El castillo de adobe

Delirio de realidad

Nuevamente estaba en la recepción, buscaba a alguien que pudiera atenderme, pero no había nadie, de pronto mire el escritorio y ahí estaban las llaves de mi habitación, la habitación numero 13, mire hacia todos lados y no pude ver quien las dejo ahí, de pronto note una advertencia pegada en la pared que decía “la habitación numero 13 siempre está ocupada, para cambio de habitación presione dos veces la campanilla”. Solo pensé “¿Qué? ¿Por qué me dan una habitación que ya esta ocupada?” así que deje las llaves sobre el mostrador y presione dos veces la campanilla, pero nadie venia, mire las llaves y ahora decían ¿14? Me di la media vuelta, estaba pensativa, al dar un paso algo me sujeto del pie y caí al piso, un piso sorprendentemente blando y rebote y pasé de estar boca arriba a estar boca abajo y de un día algo iluminado a la oscuridad total de la noche, todo dio un giro de 360 grados y desperté.

Estaba acostada  mirando hacia la ventana, de vez en cuando la habitación se iluminaba con los relámpagos, de pronto el fuerte viento abrió las ventanas de par en par y se escapó  entre las cortinas como si alguien las apartara para entrar, de pronto los relámpagos pararon y todo se quedó en silencio, la habitación estaba oscura, me cubrí con las sabanas y cerré los ojos, estaba segura de que alguien estaba en la habitación, mi celular estaba a unos centímetros de mi mano pero el miedo se apodero de mí no podía moverme, así que fingí estar dormida con la esperanza de que se iría, en eso comencé a sentir que la cama se movía como si alguien pisara el colchón, estaba segura de que estaba sobre de mí, a pesar de que no me tocara sabía que algo estaba sobre de mí, de pronto comencé a sentir una extraña fuerza empujando mi estomago como si dos manos trataran de aplastarlo cada vez con más fuerza, me sentía impotente por no poder tomar mi celular y llamar a alguien, estuve así por aproximadamente 20 minutos que me parecieron eternos,  sabía que era el fin, resignada me arme de valor, nadie venia, nadie sabía que estaba en problemas, solo pensé "ya que truene lo que tenga que tronar" y me quite la sabana de golpe dispuesta a pelear y gritar, pero al dar el primer manotazo no había nada sobre de mí, la habitación estaba oscura miraba hacia todos lados, un relámpago ilumino la habitación y no había nada, rápidamente encendí la luz y nuevamente comprobé que no había nada, ufff -¿Que fue eso?- me dije -¿cómo es posible? Estaba aliviada de que la habitación estuviera vacía, pero a la vez estaba sorprendida, estaba segura de que había alguien, decidí salir al pasillo un momento para despejar la mente y respirar profundo, pasaron unos minutos y ya estaba relajada. De pronto sentí una mano en mi hombro y una voz familiar dijo "Hola sarita, como estas" di la media vuelta y era un compañero de clase al que no esperaba encontrarme ahí por nada del mundo.

Sara - Hola, ¿Qué haces aquí?

Cristian – lo mismo te pregunto, ¿me estas siguiendo? vine unos días a acampar con Alex.

sara - ¿Alex está aquí?

Cristian - sí, venimos el año pasado y decidimos regresar, en fin, estoy cansado me voy a dormir.

Cristian entro a la habitación 13, no lo podía creer, ¿acaso había estado espiándome? casi en cuanto cerró la puerta se abrió la puerta de la habitación número 15, al escuchar cómo se habría voltee y me puse eluda al ver a "Cristian" de nuevo, traía un cigarrillo en los labios y usaba pijama, se sorprendió de verme.

Cristian - hola, sarita no esperaba encontrarte aquí.

Entre a mi habitación y cerré la puerta con llave, ni siquiera le respondí, me acosté en mi cama y deje la luz encendida, tenía tanto miedo, ¿qué rayos está pasando en este lugar? mañana mismo me iré, no tomare ninguna fotografía, solo regresare a casa y no volveré nunca.




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