El Cazador

EL COLLAR

El día estaba por terminar, todos había salido a sus casas excepto el jéfe de redacción y yo. Unos minutos después justo antes de salir, entró Ximena, la chica encargada de escribir la columna de literatura en el periódico, lucía muy agitada y ansiosa de hablar con el jéfe. No hice mucho caso y seguí recogiendo mis cosas para ir a casa, mientras guardaba algunos papeles en mi escritorio pude escuchar a Ximena decir que la policía había encontrado el cadáver de un hombre en medio del bosque, lo raro era que nunca lo habían visto por el pueblo. Después de todo lo que Ximena le había contado, el jéfe le dijo algo, pero no pude escuchar y Ximena salió furiosa de la oficina, no quería meterme en problemas, así que me hice el disimulado y de re ojo vi que el jéfe se quedó parado en la puerta de su oficina mirándome fijamente y me dijo.

—¡Andrés ¡

—Dígame jéfe. En que le puedo ayudar.

—Necesito que vayas a cubrir la noticia del bosque.

—Pero…

—Nada de peros, es la última oportunidad que te doy, si fallas te vas de aquí.

—Está bien, no lo voy a defraudar.

—Eso espero, de lo contrario no te molestes en regresar.

Sabía que Ximena se iba a molestar mucho, pero una noticia como estas era lo que estaba esperando para poder remediar todo lo que había hecho, esta vez no podía fallar, tenía que conseguir a como del lugar la premisa de lo ocurrido, lo malo es que no tenía ni un solo peso para llegar al bosque, así que me puse el abrigo y salí corriendo lo más rápido que pude para poder llegar a tiempo al lugar de los hechos. Después de unos treinta minutos por fin llegue al lugar, lo malo es que ya habían cercado todo el bosque. Lo único que podía hacer era esperar a ver si podía colarme para poder conseguir la noticia.

El reloj marcaba las siete y treinta de la noche y varios policías llegaron a relevar a los que estaban ahí, pero habia algo diferente en ellos,estaban con otros uniformes fue ahí que me di cuenta que eran hombres del inspector en jefe, en el transcurso del cambio de guardia llego una carreta, la de Santiago, el médico del pueblo, junto a él estaban dos policías montando a caballo y custodiando. Se detuvieron en la entrada y dos policías se aceraron para revisar el interior de la carreta, fue ahí cuando logre meterme por unos arbustos de la entrada y esperé hasta que la carreta siguiera su camino para ir detrás de ella y así poder llegar al lugar donde estaba el cadáver.

Después de un par de metros se detuvo y me oculte detrás de un árbol para observar todo lo que iban a hacer, para mi sorpresa no fue Santiago quien bajo de la carreta, era el inspector en jefe acompañado de otras dos personas que no conocía, las mismas que de una forma sospechosa y cautelosa subieron el cadáver a la carreta y se retiraron de la escena del crimen. Al ver que ya estaban lejos fui al lugar donde estaba el cuerpo para poder buscar algún indicio o pista para poder escribir la noticia, pero no encontré nada. La última oportunidad que tenía para demostrarle al jefe la clase de periodista que podía ser se me fue de las manos, resignado y enfurecido empecé a maldecir y patear todo lo que encontraba en mi camino, no había nada que pudiera hacer para remediar las cosas… de repente vi un destello de luz en el camino, era una luz un poco verde y blanca e inmediatamente fui a ver de dónde salía.

Cuando llegue al lugar pude ver que aquella luz salía de un collar, era una luna con una especie de piedra en el centro, nunca había visto algo parecido, de pronto vi unas luces que venían del sur, así que, guarde el collar y fui corriendo a casa sin regresar a ver a nadie. Unos metros antes de llegar  pude sentír que alguien me estaba siguiendo, pero al regresar a ver no había nadie, así que seguí con mi camino y por fin pude llegar a casa. Eran las ocho y treinta de la noche y fui a preparar un poco de café y así poder descansar después de un día muy largo, me senté en el sofá y me puse a leer el periódico, cinco minutos después mis ojos se cerraban poco a poco hasta el punto de quedar dormido. De pronto empezaron a golpear la puerta como si se tratase de una situación de vida o muerte, desperté asustado y fui a ver qué pudo haber pasado para que alguien golpee la puerta de esa manera, al abrir la puerta y para mi sorpresa no había nadie, salí un poco para ver si alguien estaba por ahí, pero no había nadie.

Enfadado y con frio volví a la casa para terminar mi café e irme a dormir de una vez por todas. No pasaron ni dos minutos que me senté en el sofá y volvieron a golpear la puerta, pensé que me estaban haciendo algún tipo de broma de muy mal gusto, así que salí lo más rápido que pude para ver quién era, lo malo es que al abrir la puerta no encontré a nadie y eso me hizo enfurecer aún más y decidí salir a la calle y esperar para ver si alguien estaba escondido por ahí. Caminé por varios minutos de un lado a otro y al ver que no venía nadie volví a casa y para mi sorpresa la puerta de la entrada estaba cerrada. No había viento para que se pueda cerrar, entonces pensé que era un plan para hacerme salir de la casa y así pudieran entrar a robar. Di una vuelta alrededor de la casa y pude ver una sombra que caminada y botaba todo lo que encontraba, fue ahí que tomé la decisión de entrar para poder enfrentar al ladrón, derribe la puerta de una patada y entré a buscarlo para poder enfrentarlo, pero no había nadie, por más que busqué por todos lados no había nadie dentro de la casa, lo más extraño fue que nada estaba roto, todo estaba en su lugar, no entendía lo que estaba pasando si yo pude ver y escuchar como las cosas se rompían, lo único que encontré en desorden fueron mis escritos que estaban esparcidos por el suelo.

Seguro de saber que no había nadie ,ás dentro de la casa cerré la puerta y me puse el pijama para ir a dormir. Mientras hacía una última inspección me puse a pensar en lo que había pasado, pero no pude encontrar una explicación lógica, así que apagué la luz de la sala y fui a mi cuarto a dormir.




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