El cazador

Capítulo II

El lugar estaba lleno de gente, incluso de personas que no conocía, cosa que no le gustaba nada. También se había dado cuenta de la cantidad de estudiantes que se habían presentado al funeral, a pesar de que no habían hablado con ella en su vida. Estaba segura de que casi nadie de los presentes en esa iglesia conocía a la verdadera Claire Williams. Le hacía sentir furiosa, pues todos ellos sentían pena tan solo por un momento, a los pocos días dejarían de acordarse de ella. Sabía que solo estaban ahí por apariencia, por no quedar mal.

La ceremonia ya había finalizado, todos hablaban entre ellos y creaban tal bullicio que a Juliet le daba la sensación de que estaba en un concierto o algo por el estilo. Podía escuchar a la gente conversando de nimiedades, e incluso podía oír a algunos riendo entre ellos. Solo había una persona con la que quería hablar ya que sabía que ella le entendería. Por ello, comenzó a abrirse paso entre el mar de personas hasta encontrarse con Kate Williams. La mujer llevaba un vestido negro que le llegaba por las rodillas, de mangas largas y escote cerrado. No tenía una chaqueta consigo, ya que en aquel lugar casi nunca hacía falta llevar una. Calzaba unos tacones bajos, también negros, además de un pequeño bolso del cual colgaban precariamente unas gafas de sol.

—No han aparecido, ¿verdad? —preguntó Juliet, aunque sabía que es una pregunta estúpida.

—No —respondió la mujer, mirando al suelo.

—Lo siento —dijo Juliet, arrepintiendo sus palabras.

—No te preocupes. Estás muy guapa hoy, Juliet —halagó Kate, sonriendo una sonrisa débil pero sincera.

—Gracias. —En ese momento fue ella quien desvió la mirada.

Se había arreglado para la ocasión, aunque más bien le habían obligado sus amigos pues llevaba tres semanas sin haber pasado por la ducha y no podían dejar que se presentase así al funeral. Esa misma mañana, Jackie, la otra chica del piso, le había ayudado a maquillarse y escoger ropa adecuada. También consiguió, junto con los otros dos chicos que vivían con ellas, que comiera algo más de lo que había estado comiendo durante la desaparición de Claire; les parecía que debido a que se había terminado el estrés y la espera se encontraba mejor, pero igualmente su mejor amiga estaba muerta y sabían que eso iba a hacer complicado el convivir con ella. Además de que ellos no solo habían perdido a una persona, habían perdido a dos, ya que Juliet ya no era la misma que había sido.

—Todavía no me puedo creer que esto sea verdad —dijo Kate, rompiendo el silencio.

—Yo tampoco. Bueno, sí, pero no. No lo sé —dudó Juliet, sintiéndose tonta al no poder explicar sus sentimientos.

—Ni siquiera he llorado —susurró la mujer, pues no quería que nadie escuchase esas palabras.

—Yo sí, mucho. Pero es normal si no lo haces, estás en shock —aseguró la aspirante a psicóloga.

—Claro... —Se abrazó a sí misma, sintiendo un aire gélido golpeándola.

—De verdad, no te preocupes. Esto va a sonar mal, pero... Tarde o temprano lo harás.

—Supongo que sí. Gracias, Juliet. No sé qué haría sin ti —sonrió, cogiendo la mano de la chica.

—Si no soy de ninguna ayuda, Kate... —respondió, con un sentimiento de impotencia despertando interior.

—Podrías serlo.

—¿A qué te refieres? —preguntó Juliet, perpleja.

—Quiero que me ayudes a encontrar al que hizo esto —susurró de nuevo, mirando a su al rededor, paranoica de que alguien estuviese escuchando.

—Ya sé lo que dije, pero... —Recordó aquel día en la morgue, cuando fueron a identificar el cuerpo de la joven.

—Sé que puedes ayudarme —prometió, mirando fijamente a la chica, esperando a que la respuesta fuese positiva.

—¿Hay algún avance en el caso?

—Sí. Supongo que escuchaste en las noticias la aparición de otro cuerpo, dos días después del de Claire.

—Escuché algo, pero estaba demasiado ausente —respondió con suavidad, como si hubiese hecho algo malo.

—No pasa nada. Te contaré todo sobre ello en cuanto pueda. Pero aquí no deberíamos hablar de ello.

—Claro. Entonces, ¿estás en el caso?

—Aún no, pero convenceré a mi jefe de que me ponga al menos de ayudante. No puedo quedarme de brazos cruzados, Juliet. Necesito hacer algo por ella, todo aquello que no hice cuando aún vivía... —lamentaba Kate, frotándose los ojos con las palmas de las manos, aunque no lloraba—. Te llamaré. Debería irme ahora.

La mujer se perdió de nuevo entre la aglomeración de gente, dejando a la pobre chica perpleja. No sabía cómo sentirse respecto a las palabras de la tía de su amiga, pues, aunque por un lado pensaba que se estaba volviendo un poco loca, por otro quería hacerle caso y unirse a ella en el caso. Al final, ambas sentían que no habían hecho nada por Claire antes de su muerte, sentían que podían haberlo evitado y sabían que no había vuelta atrás de algo como aquello, pero por lo menos podían intentar detener a esa persona para impedir más víctimas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.