La luna se había ocultado detrás de las nubes y el collie de Andrade no para de ladrar y aullar, se cree que el perro presiente el momento de la muerte, y si esta es la de su amo, lo hacen con más razón. Mientras los perros aullaban y la luna se ocultaba, Andrade estaba terminando de adjuntar un archivo en su correo electrónico en el que se leían estas líneas:
A Sofía
Las cosas se han complicado, y mucho, de lo contrario no me vería obligado a escribirte, así, mediante maquinas automatizadas que no van con mi personalidad, pero por fortuna y por desgracia sabia como estaban las cosas con nosotros, y es por eso mismo que un par de meses atrás, comencé a tomar clases de computación que me ayudasen a salvar y compartirte el proyecto en el que he estado trabajando en los últimos cinco años, tu sabes muy bien que soy hombre de pluma y papel, cuando mucho una máquina de escribir, que incluso no me da la inspiración de una buena pluma deslizándose por el papel, mal que bien este asunto del internet y la tecnología brinda una facilidad de herramientas para completar y compartir lo que hasta el momento he trabajado, esta es mi tercera noche trabajando en la transcripción del manuscrito al formato digital, para que tú puedas leerlo, pues ya está concluido, y con este trabajo concluido siento que daré mi paso a la otra vida con todos los papeles en regla.
Como te he dicho este es mi tercer día de trabajo y dudo que él vaya a concederme más tiempo, de hecho no se siquiera que ha sido lo que lo ha demorado, pues tengo entendido que el llego a Tegucigalpa el pasado viernes, y ya domingo, o mejor dicho lunes para ser más exactos, y no tengo la menor idea de que ha sido lo que lo ha demorado más tiempo, lo esperaba el mismo viernes o cualquiera de los días posteriores, pero como ya he explicado antaño, él no se presentó esa noche ni la siguiente, pero yo creo que mi tiempo se está agotando…
en ese momento el doctor escucho como el portón corredizo, se abría lentamente haciendo los engranajes crujir suavemente, no tuvo siquiera, que asomarse a la ventana, para ver que ahí se estacionaba una limusina negra, y que de su interior había bajado alguien con no muy buenas intenciones.
En ese momento Andrade escucho una amigable voz familiar cerca de él.
—No temas aún estoy aquí para defenderte en cualquier problema amigo mío.
—Eso es lo que me gusta creer, pero ciertamente, la cuestión va más allá de ello, son tres y dos de ellos cargan plumas con espectros en ellas, y es muy probable, que después de esta noche, sean tres de ellos los que carguen las plumas con sus espectros en ellas.
— ¿Estás resignado?
— No… no. Es simplemente que estoy aceptando tranquilamente lo inevitable, ellos tienen sus espectros, yo te tengo a ti, pero no sé si los dos seremos lo suficientemente fuertes como para poder, salir de esta con el cuello limpio, ellos en determinado momento podrán neutralizarte, y cuando ello pase…
Andrade no supo cómo continuar, razón por la cual guardo silencio de súbito, estaba asustado y aunque la presencia de su luz lo tranquilizara un poco, sabía que su protección no sería suficiente por esa noche.
Cuando escucho como el sonido de una pluma se deslizaba rasgando uno de los leones de piedra que tenía en la entrada de su casa, decidió que se había distraído mucho y que era tiempo de reanudar su tarea de enviarle su ultimo escrito a Sofía, que sabría utilizarlo bien para el beneficio de aquellos que quedaran, aquellos que habían logrado escapar al cazador de sueños, volvió su vista nuevamente hacia el ordenador, continuo con el correo.
Ya no me queda demasiado tiempo, en este momento me encuentro adjuntando un archivo con mi último escrito, al cual titule “dorado y plateado” texto en el cual explico cómo personas como tú, yo, o el tienen una especie de capacidad que va más allá de la de un humano común, la capacidad de ser acompañado por un espectro o por una luz que han de ayudarles en lo que este les ordene, yo los he utilizada para ayudar a la gente mediante mis textos, así como tú has decidido dejarlo dormido de alguna forma, pues así como te crees responsable de tus alumnos, lo harías de tus lectores, y pese a que tu pluma ya ha sido mojada un par de veces, nunca has querido publicar nada que con ella hallas plasmado, pues sé muy bien tu filosofía, que dicho sea me parece ilógico de que pienses que no eres del todo buena y que no consideras tus escritos como dignos, antes de irme te diré mi último consejo, un consejo de amigos, nunca menosprecies algo que de tu corazón sale.
Con este mensaje de despedida, el escritor mando el correo con el archivo adjunto en el cual llevaba años trabajando, Augusto Andrade mando el correo y con eso, puso su grano de arena, para contribuir a que, en su nación, desaparecieran, que al menos se les pusiera un límite a los ladrones de sueños. Que estaban llenando de sombras su patria.