El cazador de plumas

Hay maestros, y maestros

—Lo primero que deben saber de mi clase —Dijo, mientras arrastraba un pupitre igual al de sus estudiantes frente al resto de la clase, casi encarando a Sebastián que estaba de primero en la fila, algo extraño en él que hubiera preferido la última línea, pero que al ser el primero por cerca de una media hora antes, quedo en esa posición, no se sentía incómodo como en otras clases, se dejó llevar por el reto— Es que no soy como el resto de catedráticos, no me gusta ejercer mi posición de superioridad como habrán comprobado que otros maestros hacen, no, tengo métodos muy distintos, si bien en esta clase estaré al frente, lo haré únicamente por ser una introducción de ese modo, todos pueden contemplarme bien y hacer las preguntas con mayor facilidad. El resto de las clases tendrán lugar… bueno ya lo verán.

Hubo alumnos impactados, otros fuera de contexto por la franqueza y a la vez familiaridad con la que esta maestra les hablaba, había algunos que se sentían emocionados y otros, que pensaron que la clase estaba resultando más interesante de lo que hubieran esperado, como ser el caso del chico rubio de ojos miel que se sentaba a unas cuantas sillas de Sebastián, con quien se miraron, por un breve instante, el levanto una ceja y sonrió en aprobación de la clase, Sebastián solo se encogió de hombros y sonrió por su lado de igual manera, sin saberlo, tuvieron un extraño compañerismo… Sebastián decidió que le agradaba el sujeto.

—Comenzaré con lo básico, nunca paso lista, me parece tonto, si ustedes no van a venir a esta clase, pues igual me daré cuenta, además no quito derecho, sin embargo, siendo hoy el primer día, quiero saber sus nombres y rostros, así que vamos a comenzar.

Sebastián recordó un par de nombres de los que la maestra menciono, Andrea Guzmán y Diana Rivas, las chicas bonitas del salón, como era de esperar y luego Eduardo Conde, el sujeto rubio que por algún motivo le había caído bien.

—Está es la materia de literatura, quizá ustedes sean amantes de los libros, si ese es el caso, le aseguro que no querrán siquiera que la clase se acabe, y si no aman los libros, hay algo que sí apostaría a que aman y que se relaciona con ellos… Las buenas historias, sí, es común que encontremos buenas historias en películas, series de televisión, comics e incluso anime, pero todo deriva de algo, una historia escrita… o más bien dicho, la manifestación de la mente de un autor, que concibió dicha historia, la puso por escrito y finalmente termino en algo mayor, algunos autores, tuvieron la dicha de verla florecer, otros… tristemente no tuvieron idea del impacto que esta iba a tener. A lo largo de la historia, hemos de encontrarnos una variedad de estos ejemplos, como puede ser el caso de Miguel de Cervantes Saavedra, pues hoy en día nadie se escapa de conocer a Don Quijote de la Mancha, no digo que todos le hayan leído, pero al menos conocen su nombre y créanme, eso es decir mucho, claro, si no queremos alejarnos tanto en la historia, está la trilogía del milenio, cuyo autor falleció poco después de haber entregado el manuscrito del tercer volumen a su editor, tristemente, este escritor no habría de ver ninguno de sus libros publicados.

La clase guardaba silencio siguiendo las palabras de la catedrática, sí, ella tenía ese efecto en ellos, siempre lograba hacerles callar y escuchar, ella siempre apelaba a la curiosidad de ellos, buscando siempre la mejor entrada, como si estuviera escribiendo una historia ella misma, tejiendo cada palabra, siempre había un alumno idiota, generalmente hijo de padres adinerados u otros que pretendían encajar de la peor manera, dio gracias de que no parecía haber tales estudiantes en esta sección.

—No parece que la televisión o el cine sean muy amigos de la literatura, pero se sorprenderían de saber cuan bien se llevan ambos, el cine toma historias magistrales de la literatura y las adapta en un guion que está destinado a la gran pantalla, con ello han conseguido restablecer antiguos intereses populares, como lo fueron los templarios, que ahora han vuelto a la literatura gracias a Dan Brown con sus novelas, en especial el código Davinci, también adaptado a la pantalla grande.

—Pero Dan Brown no es el único escritor que toca el tema de los templarios, en lo personal hay Umberto Eco lo hace… y de manera aún más profunda, muchos hablan de Brown, pero después de haberlos leído a ambos, no queda lugar a dudas, de que Eco es un verdadero, erudito y que maneja mejor la profundidad de las conspiraciones que Dan Brown, claro, este último es un excelente narrador y hace que su obra sea de mayor alcance debido a lo amigable de su prosa, así como que sabe ser intrigante.

Sebastián había hablado casi sin darse cuenta, cuando reparo en ello, se percató de que el resto de la clase lo estaba mirando, iba comenzar a ponerse nervioso, pero no tuvo tiempo.

—En efecto, Umberto Eco nos demuestra que es un maestro en sus obras de el Péndulo y El nombre de la rosa, pero que se puede esperar de uno de los padres de la semiótica y alto colaborador de la formación de la comunicología.



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En el texto hay: magos celestiales, espectros, amor

Editado: 18.08.2019

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