Estoy en el auditorio, me sudan las manos. En unos minutos saldré a cantar, pues la maestra se enteró de mi don y me pidió que cantará.
Escucho que me nombran, mi corazón parece salirse de mi pecho. Subo las escaleras mirando el público tratando de no parecer nerviosa.
Agarro el micróofono y miro al publico, la mayoría son alumnos desesperados de que acabe de cantar para ya irse de vacaciones