Capitulo siete.| Parte I

[Mientras que se dice que ]Paul es cruel y perverso. 

Nadie en su sano juicio confiaría en alguien que se hace llamar asimismo Oveja Negra, tampoco en alguien que usa una máscara la serie de HBO Watchmen enseña eso,  sin embargo yo soy famosa en este mundo no por ser el ser más cuerdo y más brillante que pueda existir. Si lo fuera a lo mejor no estaría  pasando estas locas cosas. 

Decir que ese hombre, demasiado extraño pero encantador,  trajo a mi vida desgracias seria falso, porque no lo hizo de alguna manera, él me fue de mucha ayuda para entender todo lo que me pasaba, ya estaba jodida cuando lo conocí asique era algo parecido a un psicólogo o  un entrenador. Uno que sufrió demasiado por mi culpa. Él no era mi amigo, pero fue un gran apoyo. 

Hay personas a las que conoces y con solo verlos una vez, sientes que puedes quererlo, odiarlo o confiarle tu vida, como fue en mi caso con aquel señor. 

Esas palabras no las respondí con altanería o cualquier tipo de mala actitud que me caracterizara. Al contrario, mi lado más finolis salió a flote teniendo por resultado de que solo le sonreí de lado, como si con aquel gesto tratara de indicar algún tipo de señal oculta. Su presencia no me ponía nerviosa, tampoco había algo en el que me hiciera odiarlo. Su presencia oscura era tranquila, no entendía el por qué ocurría esto pero lo cierto es que había algo en su persona que se me hacía familiar. No negare que mi razón gritaba que estar allí era una mala idea, ella me formaba tremendas discusiones internas, la voz de mi cabeza me decía que me fuera de allí  porque era mejor ser cobarde con vida que una valiente muerta.  Pero algo en Oveja Negra me hacía confiar en él. Sentía que no era incorrecto hacer lo que estaba haciendo.  

Me senté en la acera, cerca de él, no le llene de preguntas pues me imagine que por su edad cercana a la de mi padre tal vez eran de aquellos que no le tenían paciencia a las juventudes de hoy en día y temía que eso pudiera desesperarlo haciendo se negara ayudarme, espere en silencio hasta que terminara de fumar su caro habano. En mi aburrimiento me puse a estudiar un poco su morfología para tener aunque sea una pista de quien pudiera ser, por la forma en la que su traje se le pegaba a los músculos de sus brazos supe de manera inmediata que no era mayor que mi padre (quien en esos años tenía 40)  sino un poco más joven como unos 35 años, tal vez. Trate de buscar otros detalles que me permitieran reconocerlo sin embargo note rápidamente que estaba bien cubierto, en sus manos llevaba guantes negros hechos de cuero, en su cuello un extraño dibujo se asomaba, ¿era el tatuaje de una serpiente? No lo supe porque su traje hecho a la medida tapa el resto, y  gracias a  los orificios de su máscara note que tenía los ojos de un lindo color avellana, a lo mejor con la intensión de mantener su identidad oculta. 

«Alana, deja en paz todo esto, supéralo, acepta que estás loca. La vida es larga sino haces pendejadas. No sé, tal vez vivas lo suficiente para casarte con uno de tus ídolos de la WWE o algún cantante. » Escuche a mi cobarde conciencia hablar y por reflejo, rodé los ojos. Soy demasiado curiosa, cuando algo se me mete en la cabeza necesito llegar hasta el fondo de eso para poder descansar en paz y últimamente no dormía muy bien pensando y analizando mi situación con aquel chico. NO ME GUSTABA PAUL. NO ESTABA ENAMORA DE PAUL pero no dejaba de pensar en él, en su oscuridad y en su magia. Era eso, solo eso, por esos momentos no creía que existirá alguien capaz de amarlo. 

 — ¿Qué sabes de Paul Stampone y sus hermanos? —Pregunto aquel hombre. Haciendo que apartara mirada de él para posarla en el cielo. 

Era de mañana, hacia demasiado sol, mi frente comenzaba a llenarse de sudor  y mi el comenzaba a picar por la radiación solar. Todo estaba en silencio apenas autos pasaban, algunos miraban a donde estábamos pero retiraban sus ojos de nosotros, un poco asustados por lo que veían, tal vez en esos momentos pensaban que solo éramos dos locos.  Algunas veces nos miraban con curiosidad o asco, tal vez pensando que aquel hombre  que me acompañaba era un hombre casado que estaba hablando con una prostituta o su amante juvenil amante. 

Comencé a buscar las palabras correctas para decirle, no sé por qué pero ese tipo me daba la sensación que debía demostrar que era más inteligente de lo que lucía. ¿Era por su pinta de esos; ricos-súper- poderosos-que-cuyo-tiempo-y-mierda-son-de-oro? Tal vez, a lo mejor.

Confesare que jamás supe el verdadero nombre de Oveja Negra, tal vez porque sabía que si lo hacía no obtendría ninguna respuesta. Además su vida no me interesaba, no quería saber porque usaba una máscara de animal, cuantos años tenía o a que se dedicaba, yo quería acabar con mi duda con relación a los Stampone, quería exponerlos a pesar de que sabía bien que saldría herida. Soy estúpida y de nada me sirve negar lo que es obvio. 

—Solo sé que es peligroso y que tiene muchos secretos capaces de prender el mundo en fuego. —Le respondí. —Ah, también sé que él y sus hermanos botan rayos de colores por el culo como ese meme del gato con cuerpo de pop tart. 

Una carcajada salió de los labios de aquel hombre como si él estuviera entre el minúsculo porcentaje de adultos con los que me relacionaba que conocían de la existencia del famosísimo meme Nyan Cat. 

—En pocas palabras no sabes nada de ellos. —Dijo con una acida burla. Pero en lugar de mandarlo a la mierda por usarme como entretenimiento, me calle la boca y deje que siguiera hablando. — Por lo visto Damon les enseño hacer bien las cosas a esos chicos pero ¿Los escuchaste diciendo algo con relación a los Dantes? 

Quise preguntarle a que se refería pero las palabras de Paulo peleando con su hermano mayor llegaron a mi mente en esos momentos, él había dicho que la magia Dante no funcionaba con Caínes ni híbridos. Y según ese chico dueño de una cara de limón yo era uno de esas excepciones. Luego de unos segundos, las palabras del chico con lentes llegaron a mi cabeza, él estaba tratando de explicarme aquello pero su habladuría me había fastidiado, sé que eso había sido un error  pero frustrante escucharlo hablar de manera tan poco directa.