El chico de la otra realidad

Prefacio y advertencia

A d v e r t e n c i a

Esta historia contiene:
Temas sensibles☢️
Suspenso 😱
Misterio 💀
Romance 👩‍❤️‍💋‍👨

Y aunque a veces te sientas un poco confundidx, luego entenderás 
por qué.

P r e f a c i o

Un furor se metía dentro de mis huesos y sentía ganas de explotar. Era una sensación que ya había experimentado antes y parecía peligrosa por lo profunda que era. Oí en torno a mí el susurro de las sombras, el rasgado de las ramas de los árboles que chocaban unas con otras.

ㅡDetente... ㅡadvirtió una voz a lo lejosㅡ ¡Para! ¡PARA, YA ! Es suficiente.

Era una voz suave, femenina y masculina a la vez. Pudo ser perfectamente mi propia voz susurrándome al oído para intentar calmarme de la rabia, un monstruo que se había metido en mi piel, porque la que actuaba no era realmente yo. Me giré, pero sólo había noche, así que no sabía quién era el dueño de esa voz.

Avancé, teniendo la sensación de que me aproximaba, pero ¿a qué?

Seguí avanzando, intentando ignorar mis propios latidos, concentrándome en mis pies, que parecían saber a dónde iban. De manera instantánea salté a otro lugar, como suele ocurrir en sueños, solo que parecía ser uno muy real. Un líquido espeso recorría mis manos y se estrellaban gotas en línea recta sobre mi cara una y otra vez. Sentía la ira yendo y viniendo, la vulnerabilidad de mis pensamientos.

 ㅡDetente ㅡgritó la voz en un sollozo insoportable, pero ya no era dulce ni femenina y tampoco era mi vozㅡ ¡DETENTE, POR FAVOR! ¡DETENTE, DETENTE, DET...!

Silencio. Me dolieron los oídos de tanto silencio.

Las gotas calientes se deslizaban en mi rostro, en mis manos y en todo mi cuerpo. Fue cuando me detuve que sentí el líquido que recorría cada espacio frío de mi organismo y por una vez sentí que amaba el silencio. Lo amé tanto que sonreí, pero era un silencio agónico, casi delicioso y macabro a la vez.

La noche no se acababa, era eterna. 

Por fin, la oscuridad se hizo menos densa y me encontré con mi propio cuerpo que descansaba sobre un cúmulo de hojas rojas y naranjas. Pero uno de mis ojos observaba atentamente las copas de los árboles y no vacilaba ante las ráfagas de aire que levantaban las diminutas moléculas de la tierra, no parpadeaba cuando el brillante líquido rojo correteaba a través de mi pupila. 

Más abajo, mi mano pálida sobresalía retorcida contrastando el rojo y naranja del espeso bosque y el resto de mi cuerpo, inamovible, parecía un viejo maniquí abandonado de una tienda de ropa barata que se había hundido en la quiebra.

¿Qué hacía mi cuerpo sin vida entre la maleza y por qué sentía que quería morir al mismo tiempo?

Más tarde comprendí que no quería morir, sino matar.

A sangre fría.


Nota de la autora

Hola chicxs... Decidí hacer este emocionante prefacio para que se familiaricen con la historia y con la protagonista.

Como autora siento empatía con ella, espero que ustedes también... Bueno bueno, sigue al siguiente capítulo. 

 




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