El chico de la otra realidad

Capítulo XII

No volvía de mi sorpresa. Mientras me sumía profundamente en la belleza de los árboles y en el canto de los gorriones, un sabor en la boca enfatizaba tonos metálicos parecidos a la sangre, el aroma a tierra húmeda llegó como una bomba. Mi mente quiso revelar involuntariamente aquellos recuerdos dormidos y quise derrotarlos, impedir que volvieran a mi realidad en ese momento tan maravilloso. Ya sé que es absurdo, pero miré a mi alrededor y pensé que los árboles no eran los culpables de mis recuerdos, pero sí la sensación que un bosque generaba en todo mi cuerpo, un efecto colateral de las vivencias de mi huida.

En ese preciso momento entendí que los arboles tienen voces y que pueden decir muchas cosas si sabes escucharlos, justo lo que me había dicho el chico raro que conocí unos días antes en ese lugar.

Allí, en mis intentos fallidos por no recordar, noté apenas que Lorent llegó junto a mí. Me contempló y revolvió cada una de mis páginas, recorrió algunos de mis versos con la vista, hojeando al azar. Encontró que había un problema dentro de mis historias.

ㅡOye, sé que no es fácil estar aquí dentro ㅡintervino Lorentㅡ. Vamos, son tus primeros días. Los primeros días son muy duros para todos. Los nuevos nunca saben qué esperar de la vida que les tocó así que, a los viejos, no nos queda más que aceptarla.

Miré sus ojos, eran tan azules que casi podías reflejarte en ellos. Me di cuenta de que la mayoría del tiempo no me miraba a los ojos, pues a veces miraba al suelo, algo que se movía sutilmente o lo que sea, pero esa forma de mirarme cuando sus ojos por fin se encontraban con los míos me volvía loca. Ni siquiera sabía que un chico pudiera volverme loca, quiero decir, nunca había sentido eso en mi vida.

ㅡMe gusta como el viento mueve las flores...

Miré a mi alrededor buscando flores, pero no había ni una, sólo habían árboles.

ㅡ...de tu blusa ㅡañadió con vergüenza.

Lo miré ruborizada mordiéndome un poco el labio que me ardió cuando recordé que seguía herido. Empezó a andar y yo lo seguí, un poco por instinto y un poco por miedo a quedarme sola. Hasta ese momento, estar rodeada de árboles me aterraba, me traía muy malos recuerdos, pero Lorent de alguna manera lo sopesaba.

ㅡCasi no te conozco, Lorent, podrías ser un asesino en serie y yo no puedo evitar seguirte.

Lorent asintió.

ㅡY eso que aún no has conocido a mis monstruos.

Quería intrigarme, pero no lo logró, había algo en él que me llamaba y me hacía querer tocar el fuego.

ㅡA veces el rey monstruo que vive en mis profundidades se lleva una parte de mí para retarme, si le gusta, se lleva otra parte. Si trato de jugar con él y engañarlo para intentar controlarlo, se adormece, pero no quiere decir que no siga viviendo allí dentro.

ㅡ ¿Hablas de los medicamentos? ¿Quiere decir que...?

ㅡEspero poder dejar los medicamentos algún día. Siento que soy un inútil cuando tengo que tomarlos, simplemente no soy yo cuando hacen efecto en mi cuerpo. Aunque a veces pienso que eso nunca llegará ㅡme estremecí un poco al escuchar su decepciónㅡ. Un chico de diecisiete años necesita hacer algunas cosas, como conducir su primer coche o lanzarse de un acantilado en un campamento de verano ¿me entiendes?

ㅡLa verdad es que no, no te entiendo. Jamás he hecho alguna de esas cosas, aunque no suenan nada mal.

ㅡYo tampoco las he hecho, pero puede que algún día lo hagamos, Cassie Williams ㅡafirmó.

Mi nombre se escuchaba tan bien en el manto de su voz, sobretodo porque no quería sonar atractivo, pero lo era, sin duda alguna.

ㅡ ¿Tienes mucho tiempo aquí en el Fergus Falls?

ㅡLo suficiente. He entrado y salido infinidades de veces desde que era un niño.

ㅡNo te creo.

ㅡReprobé muchas veces "¿cómo ser un chico normal?" y mírame, aquí estoy otra vez ㅡparecía feliz de decirloㅡ. La verdad es que esta es como mi casa, todos me conocen y realmente me siento a gusto.

ㅡYa veo por qué siempre estás fuera de tu habitación, eres uno más de los suyos ㅡmencioné.

ㅡEs eso o ya se cansaron de repetirme que no ronde por el hospital tantas veces al día. No me gusta quedarme en un solo lugar, me siento agobiado ㅡrespondió.

ㅡQuizás suene algo tonto pero, ¿lo que tienes se puede curar?

ㅡSería algo tonto si la respuesta fuera obvia.

ㅡTienes razón.

ㅡ ¿Quieres saber mi mejor respuesta?

Afirmé mientras me sentaba en el césped y me disponía a escuchar con atención.

ㅡViviré con este monstruo hasta el final de mis tiempos, si es que no acaba conmigo primero o con el concepto de estar vivo.

ㅡ ¡Vaya!

Un escalofrío recorrió mi espalda. No sabía por lo que Lorent había pasado y no sabía que tipo de monstruo habitaba en su cuerpo, pero me sentía como en casa, como si lo hubiese conocido en otra vida.

ㅡSí, toda una revelación ㅡironizó.

ㅡ ¿Y ese chico? ¿tu compañero del fútbol americano? ㅡbromeé.

ㅡ ¿Charlie? Charlie esta loco ㅡse rió y agitó su cabezaㅡ, creo que por eso somos tan amigos, estamos exactamente igual de locos. Nos conocemos desde que éramos pequeños. De hecho, le hablé sobre anoche, de cuando estuvimos en el techo del edificio viendo las estrellas.

ㅡ ¿Y no es arriesgado que alguien más lo sepa? Cualquier persona puede descubrirte y nunca más podrías subir.

ㅡCharlie no diría ni una palabra, sabe que voy casi todas las noches a ver las estrellas, lo sabe desde el primer día que lo hice, pero nunca me ha acompañado porque le tiene pavor a las alturas. Ya lo conocerás, es un cobarde ㅡme sonrió y sus labios me cautivaron.

ㅡ ¿Y qué te ha dicho?

ㅡ ¿Sobre qué?

ㅡNo lo sé, sobre mí ㅡaventuré para indagar si alguien en el psiquiátrico le había mencionado algo a Lorent sobre mi secuestro.

ㅡMe preguntó si eras humana.

Me partí de risa.

ㅡ ¿Por qué rayos te haría esa pregunta?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.