Capítulo XXXIII

ㅡPrimero debo darte las gracias de que hayas hecho lo correcto para salvar a Lorent. Cuando los vi en medio del bosque, sentí que el mundo se me venía abajo ㅡdijo Robin, yo seguía sin poder mencionar una palabraㅡ. Segundo, te contaré algunas cosas porque creo que te mereces saber la verdad. Además, hemos estado viendo tu evolución en estos últimos días y creemos que no debemos presionarte más. Los medicamentos parecen estar dando buenos resultados en tu corazón. Quisiera que el Dr. Sanders te hiciera un nuevo chequeo esta misma tarde para ver como sigues en cuanto al trastorno de estrés postraumático, pero no me queda duda de que pronto podrás volver a casa.

Casa. Esa palabra incierta que se asociaba a una familia casi desconocida. El hecho de escuchar esa palabra también me hacía pensar en que me iba a alejar de Lorent.

ㅡSuena un poco aterrador, lo sé, pero es lo mejor, Cassie. Creemos que es importante que vuelvas a formar lazos con tus familiares y que poco a poco puedas volver a la normalidad. En cuanto a Lorent, no sé qué cosas sabes sobre él porque una vez me dijiste que trataban de conocerse sin saber nada sobre sus trastornos mentales, pero aquí va su historia. Lorent nació de una familia complicada y desde pequeño se supo que algo no estaba bien en él. Su madre falleció cuando él nació y...

ㅡEspera, espera ㅡla detuveㅡ. Pensé que su madre había muerto hace apenas unos años, Aiden me lo contó todo.

Robin respiró profundo. Estaba claro que yo no sabía absolutamente nada.

ㅡLorent puede imaginar muchas cosas, Cassie. Desde que es capaz de volar, hasta que su madre seguía viva, a pesar de nunca haberla visto en su vida ㅡapretó los labios como tratando de recordar algoㅡ Un día tuvo la sensación de que la gravedad se había extinguido. No te imaginas lo que ocurrió cuando uno de los doctores lo descubrió en un árbol, sentía que podía flotar, como si estuviera en el espacio.

Recordé el momento en que mencionó que le había contado a Charlie sobre mí y le había dicho que yo no era de este planeta, algo que me hizo sonrojar en aquel momento, pero no sabía que podía ser contraproducente. Todo el cuento sobre su madre me revolvió el estómago.

ㅡCuando fue creciendo, Lorent pasó sus días de familia en familia, las llaman familias de acogida, hasta que llegó a este hospital. La única persona que siempre estuvo atenta fue su abuela Nora ㅡese era uno de los nombres que había leído en la lista de visitas de Lorent, sólo quedaba descubrir de quién eran las siglas A.W.ㅡ, pero era una señora algo mayor y nunca pudo hacerse cargo de él. La inestabilidad de su familia era algo que empeoraba la situación mental de Lorent así que se decidió dejarlo internado aquí hasta que cumpliera su mayoría de edad o hasta que viéramos cambios en él. La verdad es que dejarlo sólo cuando cumpla dieciocho años es algo que nos preocupa, porque la forma increíble en que ve las cosas es algo positivo, pero no está consciente de su enfermedad, sabe lo que tiene, pero le pone poca importancia, así que muchas veces no le pone atención a tomar sus medicamentos, lo cual empeora todo.

ㅡDe haber sabido todas esas cosas, hubiese hecho lo posible por convencerlo de que siguiera sus tratamientos al pie de la letra, pude haberle dado el empuje que necesitaba para seguir viviendo una vida feliz y lejos de los problemas ㅡdije.

ㅡNo es así de fácil, Cassie. Es algo que hemos intentado por años, pero cuando se tiene esa enfermedad es difícil convencerte de que la tienes. Se llama esquizofrenia y a hace que veas cosas que quizás no están realmente allí. 

Había escuchado el nombre de la enfermedad de Lorent cuando Becca mencionó que también la tenía pero, por la expresión de Robin, asumí que su diagnóstico no se podía comparar con el de Lorent.

ㅡSe acostumbró a tener alucinaciones, así que empezó a ignorarlas, como si absolutamente todo lo que veía formaba parte de la realidad, así que  dejó de prestarle atención a la enfermedad. La esquizofrenia de Lorent tiene un nivel de intensidad difícil de manejar. Aunque se le ve más calmado ahora que cuando vino al hospital por primera vez. Él era un chico curioso, quería entenderlo todo, le gustaban los libros que hablan sobre los planetas. Se preguntaba cosas de las que ningún niño era capaz a su edad. Se preguntaba por qué el universo existe, de donde se creó y no podía atribuírselo a la casualidad. Cuando conoció a Charlie se hicieron inseparables ㅡRobin sonrió mirando a la nadaㅡ. Charlie lo complementaba. A él no le gustaban los planetas, pero amaba el fútbol y no había otra cosa que quisieran hablar más que de eso. Algún día quisiera verlo estudiar ciencias o astronomía.

ㅡ ¿Es eso posible? ㅡpreguntéㅡ ¿Lorent podría ser capaz de salir y hacer grandes cosas?

ㅡSí, es posible. Tiene un intelecto grandioso, estoy segura de que cualquier universidad le daría una beca, pero primero tiene que poner de su parte para salir de aquí, en unos meses cumplirá dieciocho años. 

Algo muy grande creció dentro de mí con sus palabras. Comencé a desear con todas mis fuerzas que eso ocurriera y estaba dispuesta a ayudarlo.

ㅡAl principio, algunos días eran buenos ㅡsiguió diciendoㅡ, otros días escuchaba voces que no existían, veía cosas oscuras que se desvanecían en segundos y... hoy lo viste tener uno de esos fuertes episodios. La razón, la horrible razón ㅡcorrigióㅡ por la que tuvo ese último episodio fue porque se enteró de algo que ni siquiera nosotros sabíamos hasta hace unas pocas semanas, después de internarte en el hospital. Estuvimos apunto de trasladarte a otro lugar cuando lo supimos, pero ocurrió lo de tu corazón y fue imposible. Luego pensamos en trasladar a Lorent, pero eso ponía en riesgo muchas cosas, sobretodo porque no queríamos contribuir con la inestabilidad que caracterizó su vida durante muchos años.

Me estaba empezando a marear, tuve la sospecha de que lo que Robin estaba a punto de decirme era lo peor que iba a escuchar en mi vida. Ella tomó un respiro, parecía no saber manejar la situación.