El chico de la otra realidad

Epílogo

Octubre 2019

Ocho meses después
Halloween

Aún me parece extraño ver la habitación donde viví desde pequeña. Mi casa no es la misma sin Allie y sin Taz, mi Mastín Napolitano, aunque aún hay marcas de la empedernida destrucción de sus dientes, pues están aún marcados en viejos muebles y tapetes.

La habitación de Allie sigue intacta y cada vez que atravieso el pasillo, siento que está allí escuchando música o preparándose para salir.

Me encuentro sentada sobre mis sábanas pensando en qué demonios me voy a poner esta noche para Halloween. Hace un par de meses que comencé a retomar mis estudios y no quiero ser la chica nueva que hace el ridículo con un disfraz en frente a las personas que he conocido en el instituto. Tengo toda mi ropa y la que he heredado de Allie en el suelo de mi habitación.

Entre el cementerio de telas frente a mí, encuentro un overol de mangas largas color blanco y, de inmediato, Lorent viene a mi mente de nuevo. Esbozo una sonrisa, tengo el disfraz perfecto para esta noche. Si tan sólo mi padre dejara que pinte el casco que usaba cuando montaba su vieja motocicleta con spray blanco...

ㅡ ¡Cassie! ¡Cariño! ㅡgrita mi madre desde la cocina.

ㅡ ¿Sí, mamá? ¿Qué ocurre? ㅡpregunto alzando la voz para que me escuche, sin despegar los ojos del overol blanco, pensando en las posibilidades de que se ajuste a mi cuerpo.

ㅡ ¿Podrías bajar, por favor?

Me pongo rápidamente las zapatillas y corro escaleras abajo, muero de hambre, seguramente está listo el almuerzo. 

ㅡOye, má, crees que papá me deje usar su cas....

Alzo la mirada cuando me encuentro con ella en la cocina y dibuja una sonrisa cómplice. Tiene una carta en sus manos.

ㅡ ¿Qué es eso, mamá? ¿Es para mí?

Cuando voy a quitársela de las manos, ella la aleja bromeando y hace que la persiga por toda la planta baja de la casa para que se la arrebate. Se lanza al sofá y yo me abalanzo sobre ella riendo sin parar. Mi madre se echa hacia atrás y me observa por un instante, sus ojos se ven brillantes y nos quedamos unos segundos sólo hablándonos con los ojos.

ㅡTe amo, Case ㅡel apodo me acelera el corazón.

No sé qué decirle a mamá, así que me inclino hacia adelante, envolviendo su cintura y presiono la mitad de mi rostro en su pecho. Pasa sus manos sobre mi cabello, hacía años que lo necesitaba. Hacía años que nos necesitábamos.

Después de un tiempo aferrada a su cuerpo, me separo y pongo los ojos tan pequeños como puedo.

ㅡ ¡Ahora, dámelo! ㅡordeno entre risas.

ㅡOk, ok... Lo tendrás sólo cuando me digas quién es Christopher Lorent de la Universidad de Ohio y por qué tiene dibujados unos planetas y unas estrellas en el remitente.

ㅡ ¿¡Lorent!? ¿Universidad de Ohio?

ㅡ ¡Oooh, Lorent! ㅡdice mi madre de forma sensual.

Sonrío con mayor amplitud y le arranco la carta de las manos. Siento la sangre que recorre mis mejillas de inmediato.

Corro a mi habitación y cierro la puerta detrás de mí. Cuando abro la carta es un récipe médico del Hospital Psiquiátrico Fergus Falls.

Cassie.

No creas que porque estés leyendo esto en un récipe del hospital donde nos conocimos quiere decir que siga internado allí. Hace cuatro meses cumplí dieciocho años y los doctores me dejaron salir a vivir. Al salir del hospital me llevé un par de récipes en el bolsillo para poder escribirte, porque no tengo una mejor manera de hacerlo.

Tengo muchos amigos nuevos, no son imaginarios, por si eso pensabas. Estamos creando una banda que te encantará escuchar. Aunque extraño con todo mi ser al «locosinremedio» de Charlie, pero es maravilloso poder jugar fútbol con un balón real.

No he tenido más episodios psicóticos y los doctores ya no están tan preocupados por mí, aunque mantienen contacto conmigo casi a diario. Hace ocho meses que no he interrumpido mi medicación y estoy feliz de poder recuperarme y de ver avances todos los días.

Pienso en ti cada día de mi vida, cuando me levanto, cuando veo las estrellas, cuando leo un libro... y no puedo esperar un minuto más para volver a verte. Fui tan afortunado de conocerte.

Como no puedo esperar a verte, escribo esta carta unos días antes de partir a Minnesota, para que cuando suene el timbre de tu casa, estés terminando de leer estas palabras.

Aquí estoy.

Lorent.

Abro mis ojos de par en par y escucho el sonar del timbre de mi casa. Lorent ha vuelto a mi vida.

🪐🌛🌟

Nota: Quiero agradecerles a todos por el amor y la constancia. Espero que esta historia se siga compartiendo a pesar de haber llegado a su final, pues tiene un gran mensaje.

Estaré un poco triste por decirle adiós a todos estos personajes que me llenaron, me hicieron llorar y reír. Pero desde que empecé a escribir esta historia todo fue imparable... Me encantó escribirla y adoro el apoyo que me han dado para publicarla en físico. Sabemos que eso está escrito en el destino... Si el destino de esta historia es ser publicada, seré increíblemente feliz... Estaré avisando por mis redes sociales si eso llega a ocurrir.

Gracias y mil veces gracias.




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