El chico de la Ventana

Sorpréndeme

¿Cómo carajos me deje convencer para esto? —Me pregunté desesperadamente mientras intentaba cruzar la cerca que separaba el patio de Simón con el mío.

Rebobinemos.

Después de que le dije Susana que sería una mala idea y que estaba bromeando con eso de los calzones y el polvo pica pica e invadir propiedad privada, la muy bruja me reto y me enumeró cada una de la veces en que Simón me hizo creer que yo le gustaba:

*Abrazos por La espalda.

*Cena los jueves.

*Besos en la frente.

*Caricias distraídas

y un montón de cosas más.

Cuando me di cuenta ya tenía el polvo pica pica en la mano y estaba atravesando la cerca de Simón con la elegancia de una gacela.

El césped estaba húmedo y la cerca tenia estacas muy filosas lo que me produjo varios rasguños, estire mis manos, las apoye y salte para quedarme sentada en el borde, luego cruce una pierna y luego la otra, sostuve mi cuerpo y me balancee para el aterrizaje, cuando de pronto mi pie se resbaló y bueno, digamos que el aterrizaje fue comer tierra y lo digo literalmente ya que mi cara termino boca abajo en el suelo. Lo primero que escuché fueron las carcajadas de Susana, me levante sacudí y escupí la tierra, sabía horrible, esperaba que no me hubiese tragado ninguna lombriz. Susana balaceó sobre sus pies y con aire de bailarían tuvo un aterrizaje perfecto, nada que ver comparado con el mío.

— Alexa ten cuidado nos pueden oír los otros vecinos—susurro sigilosa mientras me tomaba de un abrazo y me jalaba hacia la casa.

— ¿Cómo se supone que entraremos? —Pregunté agachándome antes de llegar a la puerta trasera— la puerta está cerrada ¿y si Simón esta allí adentro?

—No lo está, lo vi salir hace un rato—me respondió, ella también se había agachado ¿él había salido? ¿Cuándo?

— ¿Tú sabes dónde está su cuarto, cierto?

Asentí con la cabeza.

—Bueno, entonces vamos—dijo enderezándose

— ¿Cómo se supone entraremos a la casa? —le pregunte mientras la tome del brazo e hice que nuevamente se agachara— la puerta de atrás está cerrada Y a menos que me digas que en tu otra vida fuiste una ladrona experta en abrir puertas, no te creeré.

—Tengo mis trucos—afirmó

—No lo dudo, pero como lo harás, lo único que tenemos con nosotras es un sobre de polvo pica pica y unos guantes de látex—replique

—Entonces…—miro hacia arriba y sonrió maliciosa—será por la ventana.

Es posible que mis ojos se convirtieran en bolas de billar y se fueran rodando.

—Olvídalo, desde allí alguien puede vernos y entonces si estaríamos en problemas, porque como le explicaremos a la policía que solo queríamos entrar al cuarto de alguien para hacerle una pequeña broma y que el paquete incluía un polvo pica pica y calzones, pensara que estamos locas y yo le daría la razón.

—Deja de ser tan dramática, tu mente esta sofocada de tantas novelas de misterios que lees.

—Eso solo fue hace un mes que me aficione con las novelas de misterios—masculle—luego la tome por el brazo y la zarandee—por favor vámonos, esto obviamente no está saliendo como lo planeamos

Ella enarcó una ceja, lo bastante para que me diera cuenta de que no nos iremos de allí sin conseguir lo que estamos buscando.

—Escucha Alex…

No terminó de hablar porque algo que voló con el viento terminó estampado en su cara. Me reí sin disimulo alguno y luego con mucho cuidado y demorándome demasiado la ayude a quitarle el trapo que tenía en la cara.

—Quítamelo—chillo

—Eso es lo que estoy haciendo—le respondí, luego estiré el trapo hacia el sol y ladee mi cabeza, la prenda me resultaba bastante familiar.

—es una camisa de hombre—comento Susy

Efectivamente era una camisa de hombro, pero no de cualquier hombre, era de Simón, la reconocería en cualquier parte, esta era mi camisa favorita, se lo comente un día cuando estábamos estudiando Química y desde entonces él se la ponía regularmente...Bastardo.

—Es de Simón, ¿pero de donde vino? Levanté la cabeza y a continuación inspeccioné el patio con mis ojos, en mis labios se formó una pequeña sonrisa al descubrir el tendedero con toda su ropa—incluyendo algunos calzones— en una esquina del patio. Susana me siguió la mirada y luego susurro con evidente satisfacción—al parecer Dios nos ama y quiere que cobremos venganza.

*******

¿Te sientes mejor? —me preguntó Susana mientras estábamos comiendo pizza sentadas en la cocina.

¿Me sentía mejor?

Sin duda, más tranquila porque no habíamos cometido allanamiento de morada y supimos usar correctamente el polvo pica pica.

—Sí, me siento mejor—admití

Ella sonrió orgullosa, llevo un trozo de pizza a su boca mastico suavemente, trago y dijo

—Te dije que la venganza podría ser divertida.

Si, se que dije que pasaría mi luto de rechazo de una manera normal, pero después de escuchar el mensaje de voz de Simón, los planes de venganza de Susana comenzaron a tener sentido. Luego de descubrir la ropa en el tendedero, nos precipitamos hacia ella, nos pusimos lo guantes y vaciamos en sus calzones (todos, por supuestos) 3 sobres de polvo pica pica, luego huimos como alma que lleva el diablo al descubrir que la señora Patricia estaba llegando a la casa, saltamos la cerca o mejor dicho volamos, terminamos las dos de espaldas con la adrenalina a cien y riéndonos como locas.

—Bien—dijo parándose de la mesa y limpiándose la boca con una servilleta—segunda fase.

Yo arquee mi ceja inquisitiva…por favor que esta vez sea legal.

—saca tu mejor traje de noche, porque Bebe te voy a llevar de fiesta.

Oh Demonios…mi pizza se quedo atragantada en alguna parte de mi tráquea y esófago.

—Olvídalo—le respondí tomando un vaso de agua para pasar la pizza que todavía se encontraba alojada en alguna parte de mi garganta—Mira, porque no nos quedamos rentamos unas películas sangrientas que tengan chicos calientes y te quedas a dormir.




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