El chico de la Ventana

Crónica de una amistad en Pedazos

Estoy casi dormida, de hecho casi puedo sentir como atravieso esa niebla que separa el mundo real del imaginario, pero de la nada, antes de que pueda atravesar esa bruma confusa, siento que soy observada, vigilada desde un ángulo, un par de ojos quema mi ser y no puedo quitarme esa sensación…casi estoy despierta y poco a poco esa niebla se disipa.

Pero no hay nadie, solo estoy yo y esa terrible sensación de que un par de ojos recorrieron mi cuerpo… ¿Qué será?

***

Mi teléfono me despierta, casi tengo la terrible sensación de que podría ser la mama de Bárbara para decirme que tuvo otra crisis, pero me equivoco, es la madre de Simón la que me esta llamado. Contesto sin dudarlo.

— ¿Señora Patricia? —mi voz sonó ronca por el sueño

—Oh, Alexa lamento tener que despertarte tan tarde pero… pero no sabía a quién llamar.

Me fijé en la hora, eran las 2 de la mañana, si era bastante tarde, pero su voz sonaba muy preocupada

— ¿ocurre algo? —pregunté

—Es Simón—su voz tiembla—ha salido desde muy temprano y no ha regresado, no contesta su celular y no tengo idea de donde pueda estar de…de casualidad te dijo algo ¿sabes dónde está? O ¿si tenía que hacer algo?

El terror me invade… ¿Simón desaparecido? Eso era imposible.

—Lo lamento señora Patricia pero él no me ha dicho nada y tampoco sé dónde podría estar

—Oh por Dios—solloza— ¡estoy tan desesperada! él ha estado actuando muy raro últimamente, pero pensé que no era importante, cosas de chicos me dije.

—Tranquilícese voy enseguida para allá

—Te lo agradecería, no quiero estar sola.

Desesperada agarré lo primero que encontré, una chaqueta de franela bastante gruesa y un par de pantalones cortos de jeans. Salí del cuarto rápidamente, no había necesidad de decirle nada a mi madre ya que se tuvo que ir de emergencia al hospital debido a un accidente…accidente, me detengo abruptamente sobre las escaleras…el hospital había llamado a casa porque hubo un choque, un borracho atropello a varios vehículos, habían muchos heridos. Oh por Dios, me paralicé. No puede ser, regresé inmediatamente y busqué mi teléfono y sin perder más tiempo llamé a mi madre; ella contesta al quinto timbrazo y me asegura enérgicamente que todos los heridos eran personas mayores de edad y solo una niña de 5 años, respiro tranquila y corro a la casa de patricia.

La calle estaba desierta, agarre con fuerza mi teléfono y mis llaves en mi mano izquierda, mientras que la derecha temblaba de frio. Toque con mis nudillos la puerta y espere, la señora Patricia abrió de inmediato y lucia 10 años más vieja, mas cansada y como si no hubiese dormido en días, me sentí un poco mal al respecto, había dejado visitarla y no sabía mucho de su vida últimamente, me había alejado de ella.

—Hola Alexa, lamento esto—dijo alejando de la puerta para que yo pasara.

— No hay problema.

— Es solo…que estoy asustada.

Me senté en la mesa del comedor, habían pasado pocos días desde que había pisado esta casa, sin embargo sentí que habían pasado semanas.

— ¿Ha intentado llamarlo al celular?

—Eso fue lo primero que hice, está apagado.

Me estaba empezando a poner nerviosa, que podría hacer simón a hasta altas horas de la madrugada. Él no era la clase de chico que tiene a su madre asustada y sin poder dormir ¿y si en verdad le había pasado algo?... algo realmente malo.

— ¿Puedo preguntarte algo Alexa?

Me retorcí en la silla, Temía esa pregunta. Sabía cuál era, lo presentía. Pero no tenía escapatoria. Así que solo sonreí y respondí— por supuesto.

— ¿Simón y tú… tuvieron una pelea? ¿están molestos por algo? ¿él te conto algo?

La mire detenidamente antes de responderle, parecía nerviosa y muy preocupada por mi respuesta, especialmente por la última

—Sí, tuvimos una pelea—le confirmé—Y no creo que volvamos hacer amigos de nuevo.

Sin duda, No después de la manera en que me hirió. No después de me supe que él podría ser así de cruel.

—Tan… tan mal fue la pelea— tartamudeo sorprendida—caramba, no me esperaba eso.

—Yo tampoco me lo esperaba.

Aún podía sentir algunos fragmentos de mi corazón moviéndose por mi cuerpo, pero tenía que encontrarlos, aún si en el proceso mi corazón y mi alma e incluso mi cuerpo, no volvieran hacer los mismos.

— ¿Puedo preguntar por qué fue la pelea?

Allí estaba, la pregunta del millón. Como le decía que su hijo me había roto el corazón bajo la lluvia al estilo de Collen Hopper, que me había insultado de la peor manera que existe y que casi le rompo los dientes. No, sin duda, no era fácil decir eso.

Pero antes de tener que defenderme se oyeron unas voces en el jardín delantero. La señora patricia se abalanza hacia la puerta para saber De qué se trataba el alboroto, yo indudablemente la seguí.

Y lo que vi me sorprendió.




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