El chico de la Ventana

25% de Esperanza

Varios chicos trataban de sostener a Simón de pie. Al principio me asuste, pensé que estaba herido o algo le había pasado, sin embargo al acercarme me llego el fétido olor a alcohol. El idiota estaba borracho.

¡Borracho!

La Señora Patricia lo contemplaba con la boca abierta. Y sus amigos tuvieron la decencia de parecer avergonzados.

—Pero…pero ¿qué diablos paso? ¿Por qué mi hijo está en ese estado? —exclamo furiosa.

Y yo iba por ese mismo camino. Así que él idiota estaba de juerga mientras nosotras estábamos aquí con el alma en un hilo, pensando que se estaba desangrando en alguna una zanja oscura, pero que desconsiderado.

—Señora Dieppa…—comenzó uno de ellos. Mientras intentaba por todos los medios sostener a Un Simón ebrio

—Cermeño—corrigió con los dientes apretados.

—Señora Cermeño—volvió a comenzar— lo que sucedió fue que mis padres salieron de viaje y organice una pequeña fiesta en mi casa...

—Dudo que haya sido pequeña—comente.

Sus tres amigos me fulminaron con la mirada, yo cruce los brazos sobre mi pecho y me concentre en una hoja seca que había cerca de mi zapato. No iba a retirar lo dicho.

—En fin, no sé como pero las cosas se salieron de control y Simón bebió más de la cuenta.

Mi cabeza se alzó de golpe y no pudiendo resistir agregue —Más de la cuenta, ¡mírenlo está completamente ebrio!—

Y Como para comprobar mi punto, el cuerpo de Simón se estremeció y vomito sobre sus zapatos.

¡Ay Jalisco!

Después de un incómodo silencio, uno de ellos añadió—Puede que tengas razón.

—Solo… —dijo Patricia haciendo ademanes locos con las manos como para controlarse—Métanlo. En. La. Casa.

Los 4 entraron a Simón a la casa, lo dejaron en el sofá y colocaron una cubeta al lado por si vomitaba de nuevo, luego inventaron excusas tontas y se marcharon.

La señora Patricia miraba fríamente a un Simón desmayado mientras susurraba:

—Que le sucede a ese Jovencito, sabe perfectamente que no puede mezclar Alcohol con esos medicamentos.

— ¿Medicamentos? —Repetí y me acerqué a ella.

—Que quiere decir con medicamentos… ¿Simón está Enfermo?

La señora Patricia esquivó mi mirada y se concentró en quitarse el esmalte de sus uñas—Señora Patricia...—Intenté de nuevo, pero ella volvió a ignorarme.

Simón de la nada se levantó, tropezó mi hombro y fue a donde su madre con desesperación como si recordara algo urgente

—Mamá, tráeme a Alex por favor, necesito disculparme con ella, me porte muy mal, no quiero Morirme sin que ella me haya disculpado.

— ¿Cómo que morirte? —Pregunté Alarmada.

Simón se congeló y lentamente se dio la vuelta para mirarme, sus ojos se alarmaron cuando se dio cuenta que estaba presente.

— ¿Qué haces aquí?

—Simón, dime la verdad… ¿Cómo que morirte? ¡¿Sucede algo malo?!

—…Hijo debes decirle… —Intervinó Su mamá

—NO—Gritó y niega rotundamente con la cabeza.

—¿ Qué demonios está pasando?—Exclamé furiosa

Hubo un silencio incomodo…

—Simón tiene un tumor en el cerebro…—Indicó su madre sin vacilación.

El aire que inhale se quedó atascado en mi pecho mientras olvide momentáneamente como se respiraba

— ¡NO TENÍAS NINGÚN DERECHO!—Vociferó herido Simón.

Lo miré y mis Ojos se humedecieron….

El río tristemente

—Trabajé tanto para que no me miraras de esa forma, Alex—susurró

— ¿Es cierto? —Pregunté temblando.

Vino hacía mí y tomó mi cara entre sus manos—Mi pequeña y dulce Alex, Mi grises, eres lo mejor que me ha pasado en estos 6 meses, Conocerte, Amarte, quererte…siempre lo voy a atesorar—Besó mi frente— Apartarte de mí fue lo más difícil que tuve que hacer en esta vida....Quiero que sepas....que siempre te amaré.

No...

No...¡Jodidamente NO!

¡Esto no podia estar pasando!

Siempre soñé con esas palabras pero no así...no de esta manera.

Mis lágrimas se derramaban por montones, no podia hablar, el dolor que sentía en mi pecho era demasiado. Dijo que me amaba, pero lo dijo como si se estuviera despidiendo.

—El próximo jueves tendrán que operarme para sacar el tumor—lo miré asombrada, sin embargo el no parecía aliviado—Es demasiado riesgosa, solo existe un 25% de esperanza de que salga bien.

—En…entonces no la hagas—tartamudee temerosa

El solo sonrió y me dijo…

—No sabes cuantas veces imagine que te tenia así…cerca de mí—Me abrazó—que podía olerte, sentirte…

—Sabes cuánto tiempo perdimos por tu culpa—le contesté y me aferré a él—Porque ahora que sé que sientes lo mismo que yo, no voy a apartarme de ti, Simón.

—Lo sé. Pero no quería ser egoísta Alex, no te podía amar y luego dejarte…solo te podía ofrecer un 25 % de esperanza de quedarme a tu lado, no era justo.

—Yo hubiese decidido si era justo.

***

Miré dormir a Simón a mi lado, estamos en su cama, estamos los dos juntos. Después de su confesión quiso recostarse, dijo que quería estar conmigo y por eso estamos pegados como chicles, no ha soltado mi mano desde que me confesó lo de la operación. Tengo un miedo horrible, aún estoy temblando, este hermoso chico saludable junto a mi está en riesgo de muerte, el chico al que amo puede morir…Una lagrima solitaria brota por mi ojo derecho.

—No llores—Comentó simón y abrió sus ojos.

—Creí que dormías—dije y limpié mis lágrimas.

—No voy a desperdiciar el tiempo durmiendo mientas tu este aquí—Miro mis labios—Dios muero por Besarte.

El estómago me dio una voltereta.

—Porque no lo haces—Lo tente

Se enderezó enseguida y corrió hacia el baño de su cuarto—Dame un segundo.

— ¿Qué pasó? —le pregunte riendo

—No quiero que nuestro primer beso sea con aliento a cerveza—Murmuró cepillándose los dientes




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