El chico de la Ventana

Mis amigas

Pase gran parte de la mañana con Simón, pero en cuando le dije que me iba a ir, puso pucheros e intenta sobornarme para que no me vaya

—Tengo que bañarme Dieppa, carga mi celular, estar con mi madre, te prometo que regresó más tarde…

—Está bien—dijo triste y me abrazó— Si no vienes yo voy.

Sonreí contra su cuello y aspire su aroma.

Llegué a la casa y mi madre estaba en la mesa del desayuno comiendo algo.

—Veo que arreglaste las cosas con Simón—Comentó.

Yo me detuve y arqueé una ceja— ¿Cómo lo sabías?—Pregunté

—Por favor, el chico no se apareció por aquí por 2 días, es obvio que habían peleado.

La miré un rato e intuí algo de lo que no me había percatado antes...Algo que ella tendría que saber...

—Tú lo sabías—No agregué nada más. Ella debía saber de qué estaba hablando

—Sí.

— ¿Por qué no me lo contaste? —Traté de mantener la calma

—Él no quería que lo supieras.

—Dime la verdad—sostuve sus manos cuidadosamente y las apreté— ¿Crees…crees que la operación es muy riesgosa?

Ella me devolvió el apretón, se levantó y me abrazó tiernamente.

—Si corazón, si lo es.

Así que lloré.

Rompí en llanto en cuanto ella dijo lo último, solloce silenciosamente en su hombro y ella me arrulló, sollocé sin vergüenza en los brazos de mi madre, me desahogué por primera vez desde que me enteré que podría perder a Simón, pude quitarme la máscara de valiente que mantuve puesta delante de él.

Mis ojos estaban algo hinchado, incluso después de tomar una ducha, sequé mi cabello con la toalla y me senté en la cama mirando hacía la ventana.

Él no estaba en su cuarto.

Lo extrañaba.

El timbre de la puerta sonó con insistencia, bajé con cuidado y pensé por un momento que podría ser Simón.

—Oh…mi pequeña Alex…—Bárbara se abalanzó hacia mí en cuanto abrí la puerta, me abrazó y Liz se unió de la misma forma. Por encima de mi hombro ví a Susy esquivando mi mirada.

—Susana Margarita Torres… ¿Qué hiciste?

****

—Ese pedazo de Bazofia—Despotricó Barby—No puedo creer que te haya rechazado… ¡a ti!, ¿Cómo se atrevió?

—No eso no, bueno si me rechazó pero…

—No lo defiendas—Intervino Liz—Jugó con tus sentimientos Alex, te ilusionó y luego te causó mucho dolor, Susy nos contó todo.

Yo miré a Susy en ese momento, ella miraba a todos los lugares menos a mí. Desde que todas entramos a mi habitación he intentado aclarar la situación pero están tan molestas que no me han dejado hablar.

—Y para rematar, la ventana de tu cuarto queda junto a su ventana, ¡qué horror!

—Es que no lo entiendo—Liz se sentó en mi cama y me tomó de las manos—Parecía que tú le gustabas, es que Alex simón te miraba de una forma…

—Basta—Gruñó Bárbara.

—Chicas, sé que no les conté lo de simón pero…

—Y te perdonamos por eso, con razón estabas tan mal en la iglesia, te acababa de rechazar….Esa Bazofia.

—Chicas…

—Sabes lo que no entiendo—Intervinó Susy por primera vez—La que vez que salí con él a comer helado no dejaba de preguntar por ti, que te gustaba, si estabas saliendo con alguien y esas cosas…

—Vieron, una persona no hace eso si no está interesado,

—Es un manipulador eso es lo que es…

—Chicas—Intenté de nuevo

—Hola—La voz lejana de Simón llegó desde la ventana

¡Oh no!.

Las chicas jadearon insultadas... Liz se levantó como resorte de la cama y abrió el vidrio de un tirón.

— ¿¡Pero cómo te atreves!? —gritó

—Pedazo de Bazofia—Dijo más atrás Bárbara

La cara de confusión de Simón era demasiada cómica.

—Mi prima es Odontóloga sé cómo tirarte esos bonitos dientes que tienes—Amenazó

—Aunque no apruebo la violencia—Indicó Liz—Pagaría por ver eso.

La carcajada que me sobrevino fue demasiado para retenerla.

— ¿Alex? —Pidió ayuda Simón

— ¡No le hables! No te atrevas a dirigirte a ella. ¿Sabes qué? Quédate allí que te voy a dar tu merecido—Susana salió precipitadamente de mi habitación y bajo rápidamente las escaleras, las chicas siguieron sus pasos…

Oh Diablos, si no hacía algo, las chicas le tirarían los dientes

Corrí rápidamente y las llamé aterradas, pero las chicas estaban en una misión. Visualice A Simón saliendo de su casa por el patio trasero, corrí hacia él de inmediato. Las chicas se detuvieron y empezaron a insultarlo, sin embargo Simón siguió caminado e ignorando las chicas, llegó donde yo estoy y sin perder tiempo, tomó mi rostro entre sus manos y me besó

Un beso lento.

— ¿Pero qué carajos? —Dijo la pequeña Liz y de inmediato tapó su boca con las manos

—Oh Liz, vas a tener que rezar 10 avemarías por esa palabra—Rio Susy.

—Lo vale—Intervino Bárbara.

**********

—Así que están saliendo.

Todos estamos en la cocina de mi casa incomodos, bueno yo y las chicas, simón está demasiado tranquilo disfrutando de nuestra vergüenza.

—Alex porque no nos dijiste nada—Susurro furiosa Susy

—Intenté, pero estaban demasiado obstinada con insultarlo

Liz está rojo tomate, nunca vi a nadie tan avergonzada en mi vida

—Ay Dios, voy a tener que ir a confesarme con el padre ¿Cierto? —Dijo

Todos reímos y la tensión e incomodidad se fueron

Susy se acercó y me susurró cuidadosamente—No les has dicho nada sobre el polvo pica pica ¿Cierto?

Yo puse mi cara de Poker y negue hacia los lados—Nadie puede enterarse de eso.

—Me lo llevaré a la tumba —Contestó

—Pero a ver si entiendo—Barbará aún seguía en shock—Tú la rechazaste—Señalo a simón— y luego te arrepentiste ¿Por qué? ¿Como? ¿Cuál fue tu excusa?

Me moví incomoda en mi silla, no sabía si Simón quería que su condición se supiera.

—Barby…

—No, Alex. Las chicas tarde o temprano se tienen que enterar.




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