El chico de las Estrellas

Capítulo 3. “Ella”

Fénix

-¿Fénix? ¿Cómo el ave?-pregunto confusa Alida mirando a su abuela y después mirándome a mí.

Cuando Estrellita me pregunto que si alguna vez yo tenía hijos o hijas que nombre me gustaban más, dude mucho en responder ese día porque para uno tener hijos tenía que enamorarse primero y yo, nunca me había enamorado. Así que lo pensé mucho y solo respondía que si llegaba a tener hijas las llamaría Aldora y Alida, nombre de unas diosas griegas que tenían por significado: Aldora su nombre significaba regalo con alas y Alida significaba vestido con alas.

Sí, el significado me gustaba mucho y eso solo me gustaba porque si alguna vez quería tener hijos iban a hacer un regalo con alas a mi vida. Pero, al ver como el mundo se acaba, se me quitaron las ganas y ahora solo cumplo mi misión.

-Si, como el ave. Mis hermanos no fueron muy creativo que digamos.-mentí un poco, porque después que el ave renace de la ceniza se vuelve parte de la constelación y yo soy esa ave y esa estrella que vuelve a su hogar.

-Muy original.-mi vista se posó en la dueña de esa voz tan dulce que pareciera que no fuera real, tenía unos ojos grises muy lindos y todo de ella gritaba belleza. Ella dio un paso adelante tímida antes de extender su mano y dármela como saludo, cuando mi mano toco la suya todo mi cuerpo se estremeció por la electricidad que yo jamás en mi vida había sentido.-Soy Aldora, un gusto en conocerte.

Ella apartó su mano de la mía muy rápido, como si también fuera sentido lo mismo que yo al tocarnos. Sacudí la cabeza sacando aquellos pensamientos cuando me invadieron y mire la nueva casa de los Smith, todo gritaba que la decoración fue de Aurora. A donde mirara dejaba su huella.

"Nos quedaremos afuera montando guardia amo.-la voz de los guardianes sonó en mi cabeza antes de mirar a Aurora dar un paso al frente.

-No duraré mucho, solo vine porque tengo negocios que resolver y porque le prometí a Estrellita que volvería.-lo último lo dije más para convérseme a mí mismo que ella ya no estaba con nosotros.

-Fénix se quedara en la habitación de invitado y ayudara a Aldora en el negocio mientras que termina sus asuntos aquí.-Aurora se separó de su esposo y agarro mi mano guiándome hasta la cocina donde había en la mesa una pequeña tarta que decía Feliz Cumpleaños Princesas y tenía un número dieciocho en el medio.-Las chicas están cumpliendo años hoy, bueno eso ya tú lo sabe porque yo te lo conté.

Asentí feliz dándole la razón sentándome alado de Leo que se dejó caer a mi lado a igual que Aurora, tenía al frente a las dos gemelas mirándose la una con la otra antes de asentir como si ellas misma se entendiera y soplaran la vela.

¿Quién de la dos sería la que hablo en su mente?

Y la pregunta por qué viene al caso amigo.

Por qué más, solo quiero saber. Porque me causo risa que ninguno sabía todavía, que yo podía leer mentes.

-Felicidades.-dije sacando de mi bolsillo del pantalón que Aurora me dio para pasar desapercibido por aquí, cosa que la regañe porque los protectores podían sentir cosas y plantaba en los recuerdos de las personas que yo podía pertenecer a cualquiera de las familias que vivían en esta zona. Así que no tenía problema. Le tendí a las dos, dos collares hecho de la cueva de donde siempre caigo.-Lo había hecho antes para Estrellita, pero al ver que ella ya no estaba a lo mejor ella quería que ustedes lo tuviera.

Aldora dudo mucho antes de agarrar la que tenía la piedra azul y su hermana agarro la que tenía la piedra verde.

-¡Gracias, son muy linda!-dijo una Aldora muy sonrojada y contemplando la piedra.- ¿De dónde son? Nunca las había visto y además cambian de color.

Mire a Aurora que picaba la torta todavía observando la escena con los ojos vidriosos, porque antes de irme yo también le di una piedra de color negro, la que llevaba en el cuello, la misma que despertaba cuando yo despertaba de mis sueños.

-Las conseguís en unos de mis viajes y cambia de color porque son de emociones... además quema mucho advirtiéndote que algo malo te va a pasar o si una persona solo te quiere hacer daño.-explique llevándome una porción de la tarta que sabía a gloria en mi boca y me distraje mucho en el delicioso postre olvidándome de los demás.

Alida me abrazo por detrás antes de comenzar a brincar como loca de la felicidad, cosa que me causo risa y aproveche que estaba distraída y así pude quitarle su porción de la tarta.

***
 


Mirar el techo de la casa por horas hasta que el sol salga era tan, pero tan aburrido. Esta era una de las cosas que odiaba cuando despertaba de mis sueños, que no podía dormir en la tierra aunque intentar cerrar los ojos no podía.

Además, tenía que tener la luz encendida porque si la oscuridad me tocaba brillaba como un faro sin intenciones de apagarse, no sé cómo tuve suerte de llegar hasta esta casa sin que brillara cuando pasamos las fronteras que dividían el valle del pueblo.

Lo que si provoco que me doliera mi corazón como todos los años era ver el mundo caer, me entro unas ganas de volver a la cueva y no salir más al ver las calles solitarias y apagada. Ya no había vida, ni siquiera una flor que le diera vida al pueblo, los árboles alrededor al parecer estaban prohibidos y por eso solo la montaña los tenías. Por eso solo tuve que pensármela bien sobre la misión que tenía aquí.

Como si fuera fácil.

Resople un poco antes de enfocar mi mirada en el monopolio que estaba en la mesita de noche, este monopolio era tan raro y aburrido. El que yo conocí, uno mismo lanzaba los dados y podía mover las piezas, pero este solo tú tenías que tocar un botón y el dado se movía solo, además este nuevo monopolio como que fue inspirado en la película Jumanji cuando las piezas se mueven sola.

Deje de mirar el juego de mesa y solo pensé en las preguntas que mis viejos amigos me preguntaron en el 2018, en ese entonces todo me daba risa lo que ellos decían o preguntaba. Como la pregunta que me hizo Marta en una noche de juegos según ellos y que era verdad o reto, pero yo elegí verdad.




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