El chico de las Estrellas

Capítulo 14. "Ya lo sabia"

Aldora

-Tu padre esta aquí.

Aquellas palabras soltadas por mi abuela, solo hicieron que todo pasará en Cámara lenta delante de mis ojos. 
Lo primero que sentí fue el golpee que lleve al caer en el piso y después no recordar más hasta que alguien me tenía sostenida en sus brazos y otro me llegaba el oler alcohol.

-Vamos Aldora responde. -dijo Fénix que me sostenía, mientras que mi abuela era la del algodón con alcohol.

Mi vista se fue aclarando y atras de mi abuela estaba mi hermana y abuelo.

-Creo que va a vomitar.-dijo Fénix preocupado.

-¿Porque lo dice? - pregunto mi abuelo también preocupado.

-Su cara lo dice.

Y eso fue todo, porque ya sentía el ácido que quemaba mi garganta y me incline hacia un lado y vomite todo lo que había comido en la mañana y tarde.

-¡Que asco!

-¡En el piso no!

-¡Mierda!

Todos habían chillado a la vez, que solo Fénix me sostenía el cabello, mientras mi abuela corría a buscar algo con que limpiar.

Mi abuelo me paso un vaso con agua y me lo bebí de una sola bebida, y mi estómago lo agradeció mucho.

Pero aún así sentía esa molestia en el estómago.

-¿Que fue lo que dijistes? -pregunte ya más calmada, aunque todavía el mundo me daba vuelta.

Mis abuelos se miraron la cara triste y con muchas pena, mientras que yo buscaba una explicación con mi hermana también que solo agachaba la cabeza como si ella ya lo hubiera sabido desde uff.

Hasta cuando seguirán las mentiras.

Ya estaba más que cansada de que mi vida estuviera llena de mentira y nadie explicara nada, por miedo de que me diera algo si lo sabia.

Aunque ya me dio, pero tiene su justificación.

Mi abuela me miro con tristeza antes de voltear la cara y soltarlo.

-Tu padre esta aquí, y ya sabe lo que Alida ha hecho.

-¿Mi padre? -me señale incrédula y ella asintió con pena.

Yo negué rotundamente, porque ese hombre no podía ser mi padre.

-Yo no tengo padre y ni que se aparezca por aquí porque no lo quiero conocer. -me negaba a saber de sus existencia.

Llevaba más de 18 años sin aparecer y sin ni siquiera mandarnos una carta o lo que sea, demostrando un pequeño de su cariño con nosotras ya que mamá no estaba.

Pero no, nunca lo conocimos y 18 años después aparece.

-Pero princesa, el tiene...!-mi abuela quería seguir hablando y ni la deje.

-Jesús resucito a Lázaro el cuarto día y no hubo impedimento, pero ese señor viene a resucitar 18 años después... Pues no abuela, yo no lo quiero conocer y ni que se aparezca por aqui.

Y dicho aquello me fui hacia mi habitación. Sentía mi cuerpo muy pesado y agotado, yo sabía que la cofension me había caído muy mal. Pero eso no justificaba el daño que ya habían hecho y ahí estaba yo como Magdalena llorando en el suelo por aquello.

Nunca supimos de él, ni siquiera algo bueno porque abuela cada vez que decía algo que lo mencionara era:

- Él esta loco, toda su familia esta loca y todo lo que toca lo destruye. -Fueron sus palabras cada vez que Alida o yo preguntábamos por él.

Yo ya también estoy de acuerdo con ella, porque todo lo que toca lo destruye y solo empeora las cosas si el aparece. Por eso no quería saber de él, porque a cambiarnos de distrito mi abuela tenía una caja de cosas vieja de mamá y descubrí unas carta que supuestamente mi padre le había mandado a mi madre donde dejaba en escrito que la dejaba por ser una inútil en quedarse embarazada de nosotras y que lo mejor para todos es que nosotras no hubiéramos nacidos.

Cuando yo había leído esa carta, sabía que aquello lo que aún se mantenía vivo para buscar a mi padre y conocerlo se había muerto al leer, aquella carta y sabía que ya nada iba a ser igual para mi. Por eso el dolor que siento al saber que sabe donde nos encontramos no me deja tranquila y solo empeora más mi estado.

Me deje caer en la pequeña cama cuando otro mareo me agarro y me arrope de pies a cabeza, buscando aquella fortaleza y escudo que necesitaba.

No se si pasaron quince o treinta minutos cuando sentí que tocaron la puerta y después la abrieron.

-¿Puedo pasar? -mi abuela consultó pero ni Pío dije. Aun así la oí entrar. -Creo que debería contarte la historia que le contaba a tu mamá toda las noches cariño.

Ella se había sentado en la orilla de la cama con la intención de que me quitara la Sabana, pero así yo me encontraba más segura y sabía que si mi escudo caía, yo también caía.

Y no queríamos eso.

-Quiero saber que ha hecho Alida, para que todo esto haya salido a la luz. -Solo susurre con la intención de cambiar de tema.

Mi abuela hizo el amargo de quitarme la Sabana pero no lo consiguió y todo lo que quería era saber toda la verdad por todas.

-Cuenta la leyenda que cada veinticinco años, una estrella despierta de su siesta del cielo y baja a la tierra a recorrer el mundo.-comenzo ella a narrar ignorandome por completó. -Lo que nadie sabía es que aquella estrella tenía miedo, miedo de volver a dormir y no ver el mundo como lo había visto desde que comenzó a bajar, él recordaba cómo era la tierra antes de los humanos y se quedó enamorado, ver tantos árboles, tanta naturaleza y paz, sobre todo paz, pero cuando volvió a dormir y quedo confiado que cuando volvería a bajar solo iba a encontrar la bella naturaleza, pero eso no fue lo que paso, se encontró con personas.

"Pero no conto que bajar cada veinticinco años, el mundo iba a cambiar frente de sus ojos, conoció a muchas personas, rio, bailo, recorrió el mundo de pies a cabeza, hizo amigos, vio la naturaleza marchitarse y ahora... ahora solo le queda bajar y no volver a despertar y no recordar como dejo el mundo la última vez que bajo... ¿Quieres saber el nombre de esa estrella? Solo quédate a averiguarlo, porque por su nombre lo conocerás...
Como siempre renace de la ceniza y vuelve a donde comenzó.




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