El chico de las Estrellas

Capítulo 16. "Meses de Silencio"

Aurora

-Solo huye y no mires atrás.

Esa fueron su palabra en un acto desesperado para que todos estuviéramos a salvo.

No sabía que mal había hecho para que mi familia pagará las consecuencias en todo momento. No sé si fue conocer a Fénix y aunque lo deseo en este momento regresa al pasado y cambiar cuando lo conocí, no puedo. Ya me ha hecho bisabuela y lo que han hecho no hay vuelta para atrás.

Estrellita también cometió sus errores y yo soy la que pago sus consecuencias a igual que sus hijas, pero que más se puede pedir. Ella tomó una decisión en tenerlas y ya no hay vuelta atrás.

Me detuve mirando hacia atrás cuando sentí que todos estamos haciendo nuestras partes, menos una persona.

-¿Dónde está Aldora? -pregunte desesperada mirando a mi esposo y el también miro a su hermana que solo miraba el bolso que tenía revisando si había lo que necesitábamos.

Todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo para mirarme.

Mierda.

Camine hacia la dirección donde estaban los disparos y saque la piedra que tenía en el bolsillo.

-Voy contigo amor.-Leo se me pego atrás pero lo de tuve.

-No amor, te necesito con ellos y eres el único que dejaran entrar a la fortaleza.

-No tarde y ve con Samuel para sentirme mejor por favor.

Asentí y llame a Samuel que dejó a Franmar con las llaves de las motos que se le dio.

Ella solo me miro pidiéndome el favor con la mirada que la trajera con vida y a su bebé. Y aunque ella no me lo pidiera de igual forma la traería conmigo.

Los demás siguieron el plan y Samuel y yo agarramos otro camino, donde vimos pisada fresca.

-Deben de ser de Aldora.

Asentí dándole la razón y seguimos las pisadas, ya era de noche y sabía que mi pequeña no tenía nada encima además de su uniforme y más nada. Porque prácticamente salimos corriendo de la casa cuando Samuel vino a avisarnos.

Todo se había ido al caño en solo unos minutos y aunque esto pareciera una escena de una película y todo esperáramos nuestros salvador, nuestro héroe.

Nadie vendría a nuestro rescate.

Corrí todavía con la pisada de Samuel atrás hasta detenernos cuando vimos un reflejo de luz que se encendía y se apagaba, de inmediato Samuel y yo nos miramos y pensamos lo primeros que paso por nuestra mente.

-Fénix.-susurramos los dos asustado retomando el camino.

Sabía que el único que brillaba en la oscuridad era ese idiota y lo comprobé cuando llegamos y lo vimos tirado en el suelo, todo sucio. Mi pequeña estaba sosteniendo su cabeza llorando, cosa que solo hizo que mi pobre corazón se estrujara un poco y pensara lo que no que quería pensar.

Pero al parecer como que noto nuestra presencia que se asustó un poco y cuando enfoco bien su vista, fue como si se arrancara un peso de encima.

-Está muy mal y solo delira, no puede abrir los ojos y me preocupa abuela.-fue lo primero que dijo cuándo me acerque.

Lo toque y estaba ardiendo en fiebre.

Él no podía morir, todavía no.

Pensé mirando a Samuel que también estaba preocupado, y buscaba ayuda con mi mirada.

-Cargarlo, llévalo a la cueva ellos te guiaran.-le señale al pequeño colibrí que alumbraba alrededor de ellos como protección.

-Nos veremos dentro de unos días.-fue lo que contesto antes de cárgalo y prende la huida.

Cuando me voltee hacia mi nieta, ella me miraba con una cara de horror y de incredulidad. Me acerque a ella con intención de verla pero se separó cuando di un paso.

-¿Es verdad?- pregunto incrédula mirándome a la cara con los ojos lloroso.

Yo solo trague fuerte y asentí.

-Te lo contare todo cuando estemos a salvo.

Di un paso hacia ella agarrándola del brazo, ella al principio se rehusó pero los disparos solos la hicieron desistir y seguirme. Cuando llegamos a la única motocicleta que quedaba prendimos la huida de esa zona y maneje hasta el único lugar que jure no volver a pisar, y todo por culpa de Alida teníamos que volver. Esa niña había sacado la locura de su padre y lo primero que pasaba por su cabeza era lo primero que hacía, por eso nunca pensó la consecuencia que traía cuando hizo lo que hizo.

Salir del distrito fue muy complicado de lo que pensé, pero ya lo había hecho antes y la piedra que me había dado fénix me había ayudado mucho. Habia muchos guardias, mucha seguridad y ya sabíamos por que. Y solo por eso usé la piedra con nosotras para poder huir. Así que antes de salir del distrito dejamos la motocicleta en el arroyo seco y caminamos hasta llegar fuera del muro, Aldora siempre tuvo miedo porque era su primera vez en todo esto. Pero siempre le sostuve la mano hasta llegar al final del tune.

-Debemos llegar antes de medianoche.-le avise cuando volvimos a correr.

Cualquiera que me viera, diría que una señora de cincuenta y cinco años de ahora no puede correr o no puede hacer cosa de extremo que perjudique su salud. Pero yo, llevo más de cincuenta años ejercitándome y manteniéndome en formar por si algún día llegaba a pasar el apocalipsis o cualquier estupidez que perjudicara mi vida o la de mi familia. Y solo por eso nadie creía la edad que tenía porque no la aparentaba, muchas veces creyeron que yo era la madre y no la abuela de mis princesas.

Los desecho toxico dañaron el agua potable y la comida del distrito, solo por eso yo nunca compraba comida de mi zona, sabía que aquellos desecho solo dañaba al ser humano aunque el Alcalde no dijera nada.

Cuando alguien está en el poder, no le importar el pueblo o las personas que los apoyaron para que llegara hasta donde está. Solo le importar el y tener el poder absoluto para gobernar sobre nuestra vida, sin olvidar que solo nos están matando uno por uno.

Y solo por eso, tuve que luchar con uñas y dientes hasta llegar al murro negro que estaba custodiado por miles de personas que se mantenía oculta por si el enemigo llegaba. Me detuve con Aldora a mitad del camino cuando una luz que provino de cualquier parte de muro nos alumbro dejándonos ciega por unos minutos.




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