El chico de las Estrellas

Capítulo 17. “Rota”

Aldora (Actualidad)

Habían pasado tres meses que nadie sabía de Fénix, que todos se preocupaban por la guerra que se aproximaba entre los dos distritos.

Pues a lo único que si le agradecía a la vida era que mi vientre todavía no se notaba aunque estaba ahí el bulto que lo diferencia de antes. Chiquitico, pero ahí estaba creciendo a su paso.

Ya que todo se dañó cuando mi hermana y yo nos enteramos de la verdad, bueno prácticamente yo. Porque Alida ya lo sabia al descubrir las cartas de mamá y fue tan imprudente que fue a contacta a Natividad porque no pensaba decirle papá.

Que más bien termino fue empeorando todo.

Porque el Alcalde Ramón Kong y su ejército estaba que echaban fuego por todos lados y el señor que decía ser nuestro padre le había declarado la guerra en el momento que mi hermana se le fue la lengua contándole que casi nos matan cuando nos íbamos.

En realidad a ellos casi los matan, a mi abuela y a mí no. Me entere el mismo día que llegamos, que cuando ellos estaban saliendo por un túnel de escape los interceptaron y casi los matan si no fuera por uno de los guardias de Natividad que llego a tiempo y acabo con la mitad de los guardias de Diamante.

Resoplo molesta llevándome las manos a mi vientre mientras que miro el techo blanco de mi habitación, bueno la de mi hermana y la mía. Era compartida y teníamos que mantener las costumbres que ellos mantienen, usando ropa militar, ejercitarse todos los días… ah además teníamos que practicar tiro al blanco, defensa personal y otras cosas que no escuche porque no me interesaba.

En esto tres meses solo pensaba en Fénix, quería saber si estaba bien pero nunca hubo respuesta por aquel lado. Samuel había regresado ya que era un espía y nadie todavía se había dado de cuenta, solo por eso regreso con otro chico que al parecer eran los únicos que sabían todo y mandaban información de todo lo que pasaba en Diamante.

Hace dos meses nos enteramos que los padres de Franmar los mandaron a la horca por traición, cosa que devasto mucho a mi mejor amiga que solo por eso la daño tanto. Que ahora prefiera estar metida en todo lo que tenga que ver con arma, fuego y el régimen militar para poder entrar en el grupo que va a la guerra y así poder vengar a sus padres.

Pues así me lo revelo cuando estábamos almorzando las dos juntas en el patio trasero de la cancha de entrenamiento.

-Es un secreto...

-De tu mirada y la mía, un presentimiento. Como un Ángel que me decía...

-Ponte sería Aldora. -chillo molesta.

Yo solo me reí y me lleve el pan que tenía en mi mano para seguir alimentando a la creatura que llevaba en el vientre.

-Es que estoy sería Franmar.-la pique un poco pero ella no le gusto, así que resople cansada y la mire a los ojos, a los mismo ojos que se habían perdido tanto después de enterarse de la muerte de sus padres.-Mira Franmar yo no te voy a decir que no lo hagas porque si yo no estuviera embarazada estaría ahí mismo apoyándote, porque te guste o no, te apoyo en verdad y si tú quieres vengarte bienvenido sea. Te lo mereces y para mí sería un honor en verdad ayudarte, pero mira.-chille emocionada aunque un poco, porque los ojos de mi amiga estaban ahora rojo y sabía que iba a llorar.-Él bebe y yo siempre te daremos apoyo desde aquí para que puedas cumplir tu venganza.

-Creí… creí que me ibas a regañar.-una lagrima salió de ella pero la oculto y ahora miraba sus manos sucia por el combate de cuerpo a cuerpo.

Ella tenía un ojo morado, un golpe en la costilla y cojeaba pero aun así seguía ahí intentándolo una y otra vez. Y la felicitaba en verdad, porque yo colocaba el embarazo de excusa perfecta para no pelear y no usar armas.

Odiaba las peleas y las armas solo traían malos recuerdos que por cada año solo me traumatizaban.

Y de algo si le agradecía a Fénix era que me dejo embarazada para no poder hacer todo aquello, cuando sabía que me necesitaban al frente también.

La gente de Diamante siempre creyó que Tierra Oscura fue un distrito grande, que lo que sobraba era gente y en realidad eran armas. Y era algo que el Alcalde Ramón ignoraba por su miedo de que todo se sepa la verdad.

Pues el Alcalde contamino a nuestro distrito tanto que hasta respirar era peligroso, si no tomaba una pastilla que comenzaría a repartir hace dos meses atrás.

Sigo mirando el techo pensando en él y solamente en él, ya que ni para olvidarme de él no servía. Y yo solo quería que él estuviera bien y se enterara que tenía un hijo, me valía si él decía que no me quería más en su vida pero que se alegrara que tenía un hijo y pudiera contarme toda la verdad.

Porque todo era muy confuso para mí, mi abuela quiso contarme la historia de mis padres y cuando estuvo a punto, Natividad entro de la nada y se lo prohibió. Así que yo seguía ignorante del tema y a ninguno le hablaba.

-¿No piensa bajar a comer?- hablo mi hermana si mirarme entrando a la habitación, yo ni la mire tampoco.

-¿Y tú no piensa decirme la historia?-contraataque también con el mismo ánimo que ella pero fue como siempre.

Ella lo sabía, mis abuelos lo sabían y lo callaba.

-Cuando tú piense aborta esa cosa que lleva en el vientre.

-Esa cosa es un bebe, es tu sobrino o sobrina, mi hijo por si se te olvida.-le hable molesta.

Bueno este era nuestro pan de cada día, desde que ella se enteró de la verdad de Fénix que no provenía de este universo y que yo estaba embarazada era como un insulto o una aberración para ella.

Ella lo veía como si yo llevara el hijo del diablo en mi vientre y él sería el destructor del mundo como dice la profecía.  

-Esa cosa no es un bebe Aldora, ni siquiera sabe si es humano…-su mirada llena de rabia solo me airaba más y era con las ganas que tenia de callarle la boca de un solo golpe. Como vio que no le respondí lanzo su bolso de entrenar contra el suelo molesta y me señalo furiosa.-¡ Su padre es de otro mundo… por dios Aldora esa cosa que lleva ahí, ni… ni siquiera sabe que es humano… podría ser un extraterrestre!




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