El chico de las Estrellas

Capítulo 22. "Cura"

Fénix

-¡¿Cómo rayos pudiste intentar envenenar a tu hermana que está embarazada?!-el grito y la fuerte cacheta que impacto con tanta violencia hacia la mejilla de Alida solo hicieron que no dejara de mirar lo que tenía en manos.

Tuve que ir a la montaña y buscar una flor silvestre que crecía cerca de la cueva que siempre me ayudaba, pero no sabía cómo iba a reaccionar Aldora. Ella es humana y aunque él bebe se protegía por ser medio estrella, a ella el veneno solo la estaba matando poco a poco.

-Esa cosa que ella lleva en el vientre no es humano.-lloro Alida mirando a su abuela y después paso a su padre que miraba otro lado que no fuera a su hija.

En la habitación estábamos Frenellin, Franmar, Aurora, Leo y yo. Crux estaba con Carlos sacándole al guardia más información y preparándose porque al parecer la misión de ir a rescatar a su hermana no debía parar.

-Está mal de la cabeza Alida.-susurro Leo con lágrimas en los ojos.

Alida que ahora estaba un poco hinchada por la cachetada que le dio su abuela y lo que lloraba no dejaba de negar y mirarme con tanto odio.

-Ellos son extraterrestre brillan en la oscuridad, papá debes creerme… yo solo lo hago por su bien, mi abuela lo sabe… dile abuela, dile la verdad.-insistió ella y su padre miro a su hija como si se estuviera volviendo loca y después miro Aurora que se cruzó de brazo y comenzó a negar furiosa.

-No sé de qué me habla Alida, pa mí que está volviendo a consumir de nuevo drogas. Y eso es lo que te está dañando el racionamiento.-Aurora ya ni era capaz de mirar a su nieta.

Frenellin que todo el rato permaneció callado levanto su mirada cargada de dolor hacia su hija.

-¿Te drogas?-pregunto el dolido esperando una respuesta que más que clara ella no se la iba a dar.

Alida se le cayó la mirada y miro a su abuela con tanto odio que su mirada podía proyectar.

-¡Que yo no estoy loca y tampoco me estoy drogando!-chillo ella muy molesta.

En cambio Frenellin miro por última vez a su hija y le hizo un asentimiento a Franmar.

-Solo enciérrala en los calabozos y deja de guardia Carla.-ella asintió y ataco órdenes.

Yo por mi parte salí del cuarto de tortura y me fui a la cocina, donde comencé a calentar agua. Todos los que sabíamos la verdad no le íbamos a decir nada Aldora por el bien de ella y él bebe, yo me encargaría de estar al pendiente de ella mientras se recupera y que su cuerpo expulsara el veneno por sí solo.

-¿Te ayudo?-Aurora que al parecer me había seguido a la cocina me miraba esperando una solución a todo esto.

-Sí, necesito hacérselo en forma de té.-explique.

Ella termino de entrar y comenzó a buscar un termo, yo en cambios comencé a lavar la flor.

-Jamás creí que Alida llegara tan lejos, si veía los roses pero nunca más allá de eso.-ella dio un suspiro triste, yo aproveche echar las flores dentro del agua hirviendo.-Menos mal que Estrella no está viva, le daría un infarto de ver lo que su hija es capaz de hacer por celos.

Sí, yo también pensaba lo mismo.

-Yo solo quiero que Aldora se recupere y que todo salga bien, ojala no se llegue a enterar de lo que hizo su hermana porque esta vez sí puede ser peor.

Ella asintió y ninguno de los dos siguió hablando, yo coloque el té en el termo y subí con una nueva bandeja de comida que también le regué pedacito de esa flor.

Había dos forma de proceso de curación y yo quería que se recuperar ya, porque solo faltaba tres meses y el parto podría ser muy doloroso. Más bien tenia suerte que él bebe al usar el escudo protector retrasara el proceso del veneno.

Cuando llegue arriba la encontré en la cama ya cambiada y leyendo un libro, sonrió con alegría al verme y yo ni siquiera pude disimularlo porque esa chica me encantaba como sonreía.

Era como un rayo de luz en medio de la oscuridad.

-Te tardaste mucho con la comida.-dijo cuando deje la bandeja en la mesa con el termo.

-Hubieron unos inconveniente con el horno para calentarlo.-mentí.-Bebe Aurora dice que es té para relajación.

Ella asintió y le tendí el termo de una vez, ella lo agarro pero no dudo al beber.

-Pensé que te había vuelto a dar la locura de olvidarnos y por eso la tardanza.-se rio divertida, sin saber de lo que en verdad estaba pasando.

Yo le acomode la comida en la pierna y me acosté a su lado.

-Jamás volvería a olvidarte.-le dije mientras la veía como comenzaba a comer y bebí del té arrugando la nariz.

-¿De qué es esto? Sabe distinto a los que he tomado.-pregunto curiosa.

Yo reí pero negué divertido.

-Margarita.-otra mentira.

Al paso que voy terminare siendo el chico de las mentiras, en vez de estrellas.

-Mmm esto está demasiado bueno.-dijo ella con la boca llena cosa que me causa gracia.

Después que ella termino de comer y la obligue a tomarse toda el agua, me acosté a su lado y volví a acariciarle la panzota. Ella como que también le gustaba que se la acariciara porque siempre reía y me daba besos cuando permanecía callado por unos minutos.

-¿Ya sabe su sexo?-pregunte queriendo saber.

Ella negó sin dejar de mirarme.

-No he tenido la oportunidad de ir a ver, al parecer nadie quiere que salga de la habitación si no es para agarra sol o estirar las piernas.-dijo ella haciendo puchero y eso me causo una pequeña sonrisa.

Me incline y le di un beso en los labios y después baje a su vientre y le di otro.

-Me gustaría que fuera niña y saliera más a ti.-dije volviendo a sus labios.

Como me encantaba este lugar.

Eran tan esquicito que prefería durar años en su besos que lejos.

-Yo quiero que sea niño y se parezca más a ti.

-No entiendo porque todos cuando va hacer padres son así.-le di otro beso pero esta vez ella lo profundizo porque me agarro por las mejillas.

-Nunca van a estar de acuerdo en algo, si tú quieres niña, yo quiero niño… si tú quiere que se llame Géminis, yo quiero que se llame Donato.-enarque una ceja ofendido.




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