El chico de las Estrellas

Epilogo

Aldora

Cinco años después…

-¡Mamá mira!-el pequeño niño de cinco años chillaba mientras veía como una flores comenzaba a crecer alrededor del muro.

Yo sonreí feliz sosteniendo su mano, mientras me agachaba y las acariciaba poco a poco con delicadeza.

Ustedes se estarán preguntando qué ha pasado en esto cinco años y que fue de la vida de cada uno, también se preguntara que  paso después que mi Fex me preguntara ¿que si quería ser su parte de su constelación? fue un Sí rotundo, mientras que el idiota más sexi me hacía suya otra vez.

En esto cuatros años la tierra fue cambiado poco a poco, Los Norteños controlaron la toxina con el agua de la cascada cuando Fénix le ayudo porque al final de todo nos dimos de cuenta que la cura la teníamos frente de nuestros ojos. El mundo fue cambiado poco a poco, que nos dimos la libertad de hacer nuestras vidas sin problemas, sin guerras y ser felices.

Bueno eso fue lo que hicimos Fénix y yo, porque después de dos años mi abuela nos abandonó dejándonos un vacío en nuestros corazones y después de un año fue mi abuelo. Sabíamos que esto algún día pasaría, era nuestro ciclo en la tierra. Franmar por fin tuvo su venganza y ahora forma del ejercito de mi padre como capitana con Crux, los dos viven juntos y más que unidos, hasta piensa forma su familia también.

Carlos al fin encontró a su hermana y ahora no la deja ir sola ni al baño, y si quieren saber que paso con la historia de esos dos, bueno él intenta buscar a carolina pero ella lo rechaza y prefiere estar un buen tiempo soltera y encontrarse primero ella como mujer, para después darle la oportunidad al amor. Podrá ser con Carlos o con otra persona, solo el destino lo sabe y ella está clara en eso.

Así que ella se superó y ahora está en curso que mi padre forma para hacer crecer a todo aquel que quiera cargos de liderazgo. Al parecer a mi amiga le gusto ser doctora y lo está cursando.

Alida, bueno aunque todavía me duele en el corazón a igual que a mi padre. Murió, bueno se quitó la vida una noche mientras que todos dormíamos. Cosa que no sabíamos porque después que mis abuelos murieron, a ella le pego tanto que se descuidó y una semana después estaba poniéndose en cuentas con todos para después suicidarse.

La noticia me cayó como un barde de agua fría porque aunque no le haya perdonado que casi mata a su sobrino conmigo, yo si la quería pero a mi manera. Era mi hermana, llevábamos 22 años juntas y aunque si tuvimos nuestras peleas como hermana, me pegaba fuerte su muerte.

Y a mi padre también le pego más, porque el siempre aunque tenía mano dura con ella. Aun la amaba y la seguirá amando, era su hija y todavía no entendemos porque lo hizo.

Fénix y yo trabajamos mucho en nuestra relación, porque aunque sabíamos que no éramos como las otras parejas. Éramos especiales, debíamos trabajar mucho en la confianza y en mis celos, así que no fue fácil el camino pero logramos.

Tenemos dos niños hermosos que tienen sus ojos, su forma de ser, todo. Porque cuando Donato estaba cumpliendo tres años, venia en camino una preciosa niña llamada Elizabeth que era los ojos de su papá. Fénix eligió su nombre y por eso siempre le decíamos liza, ella no fue planeada porque pensaba que a lo mejor en un futuro cuando Donato tuviera 18 años a lo mejor tener otro, porque era joven, pero ya vemos que el destino no lo quiso así.

Ella llego a nuestra vida volviéndola pata para arriba, porque tenía miedo y volver a sufrir y no ver a mis bebe crecer. Pero confié en mi Fénix y tuvimos que cambiarnos de lugar, ahora vivíamos en una cabaña que Fénix construyo cerca de la montaña que el mismo fue dándole vida. Y ahora éramos una familia feliz con nuestro alto y bajo como cualquier pareja.

Y ah, venían mellizo tenía cinco meses porque al parecer a Fénix le encantaba verme como una vaca preñada y sufrir en el parto.

Según él y que porque yo aún era joven y debíamos tener nuestra gran familia.

Yo en cambio, después que tenga a los mellizos a escondida le diré a carolina que me esterilice. Porque aunque yo ame tanto a ese hombre, ya no vivimos en un mundo común, vivimos en una actualidad que constantemente está cambiando y debíamos sobrevivir.

-Es preciosa, mami.-dice mi pequeño Donato mientras la mira como si fuera algo del  otro mundo y es que a mi pequeño todo le llamaba la atención.

Era demasiado curioso, como yo.

-Sí, ¿tan preciosa como mami?-reí viendo como el negaba y me miraba con sus ojos negros con aquel destellos que solo las estrellas se identificaba.

-Tú eres hermosa, mami. Ella solo es preciosa.-y no lo dudaba.

-Vamos, abuelo nos espera.

Él se levantó del suelo y me agarro de la mano mientras comenzábamos a caminar hacia la ciudad de mi padre, donde buscaríamos a las dos personas que se me escaparon de la casa.

Mientras que caminábamos por la ciudad que ahora ya no estaba muerta la tierra, se podía ver como el césped comenzaba a crecer y las flores también le daban vida al lugar. Nos dirigimos al gran edificio donde más a menudo veníamos.

-Buenos días Señora Condor.-el soldado que abría la puerta me saludo y yo le respondí el saludo.

Fénix por fin había conseguido un apellido que le gustara y aunque nos casamos hace tres años, me gustaba mucho ser la Señora Condor en vez de Smith.

El pequeño Donato le hizo un saludo militar divertido que el chico rio también imitándolo.

-¿Papi estará en problema mami?

-Un poquito.

-Yo creo que ahora será un pocote.-el pequeño murmuro bajito y yo reí divertida al ver como delataba a su padre.

El idiota de Fénix que tenía a la niña con un palo de eso de entrenamiento que solo él hace de marciales, le enseñaba golpear un muñeco de pastico.

Y era que Donato no le gustaba la violencia, siempre le gustaba estar conmigo y explorar mucho la naturaleza. Pero en cambio la niña de dos años que tenía cabello castaño y los ojos de su padre, se reía gustosa mientras que su padre le enseñaba defensa personal.




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