Hola Gruñilda.
Eres una sorpresa constante, una revelación en cada momento. Tu habilidad en el fútbol me dejó sin aliento. No pensé que fueras tan talentosa, tan ágil y decidida en el campo. Me encantaría jugar contigo, pero no estoy seguro de que pueda ganarte.
El uniforme deportivo fue creado para ti, sin duda. Te ves radiante, hermosa y llena de vida. Y, por supuesto, no te creas que no noté la cámara en el casillero de enfrente. ¡Eres una detective en ciernes! Pero no te preocupes, no te la dejaré tan fácilmente.
Me fascina tu actitud, tu libertad y sinceridad. Eres una persona auténtica, sin máscaras ni pretensiones. Tu vibra es contagiosa, y tu carita preciosa me hace sonreír. Incluso tu humor ácido me atrae, porque sé que esconde una persona sensible y noble.
Más allá de tu belleza, que me tiene embobado, es tu actitud y nobleza lo que me hace admirarte. Sé que intentas protegerte del daño, pero no todos somos malas personas. Hay algunos que valoramos tu autenticidad y tu corazón.
PD: Me gustó cómo bateaste al capitán del equipo. Fue un golpe en el ego, y no solo en el partido.
—El Poeta
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Editado: 30.10.2024