HOLA, GRUÑILDA
Hoy, el cielo se cubrió de nubes grises, pero mi corazón se oscureció aún más al verte con los ojos nublados por las lágrimas. Me duele no poder estar cerca de ti, abrazarte y hacer que sepas que no estás sola. La distancia se siente como un abismo insalvable.
Quise ir hacia ti, secar tus lágrimas y susurrarte al oído que todo va a estar bien. Pero no pude. Así que te dejo este dulce de coco, un pequeño regalo para endulzar tu mañana y hacer que sepas que estoy pensando en ti.
Sé que las notas de literatura te preocupan, pero recuerda que todo es temporal. Los momentos difíciles pasarán, y cuando menos lo pienses, todo lo que te agobia quedará atrás. Tu talento y pasión por la literatura brillarán más que cualquier obstáculo.
No llores, bonita. Tú no lo hagas. Tus lágrimas son como gotas de lluvia que caen sobre mi corazón, haciéndome sentir impotente. Pero sé que eres fuerte, que puedes superar cualquier adversidad.
En días nublados como hoy, recuerda que siempre hay un rayo de sol escondido detrás de las nubes, esperando a salir. Y yo estaré aquí, esperando a que salgas de esa oscuridad, con los brazos abiertos para abrazarte.
PD: No llores, bonita. Tú eres mi sol en los días nublados.
- EL POETA
#23156 en Novela romántica
#3948 en Chick lit
romance a escondidas, amor novela juvenil, adolescencia romance
Editado: 30.10.2024