05|Una rosa blanca

>>El sonido del reloj era un tormento para todos, el juego acababa de empezar y los líderes se hicieron pasar como jugadores asegurando su lugar como ganadores.

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Solange

Es bueno que todos estén orgullosos de ti.

Es muy bonito tener cara de niña inocente.

No le hago daño a nadie.

Bueno esa soy yo la típica chica con buenas calificaciones, que solo lee libros, tiene pocos amigos, que no sale de casa, obedece a sus padres y siempre es bien portada, en pocas palabras soy perfecta a los ojos de los demás.

Claro eso fue hasta hoy.

A las siete de la mañana del quince de diciembre de este año fue reportado el asesinato de Katherine Sleyn una joven de dieciocho años y que casualmente era hija de una de las amigas más cercanas de mi padre.

Solo nos hablábamos porque su madre era amiga de mis padres, ambas nos caíamos mal y nos tolerábamos porque era obligatorio vernos constantemente, no éramos amigas ni nada, siempre fuimos muy diferentes, mientras yo siempre era callada y bien portada enfrente de los demás, ella era chismosa, nunca se callaba y era insoportable.

Había gente que decía que a ella sus padres nunca la educaron bien y que siempre iba a ser una deshonra para su familia.

Hay veces en las que la gente no mide sus palabras.

Quizá por eso ahora está muerta, tal vez por eso ahora todo mundo llora su muerte, puede que sientan culpa de haberle dicho esas palabras y ahora está muerta.

Y está bien que lloren por eso, está bien que crean que ella se suicido de cierta forma está bien porque si se enteran de que la mataron todo mundo entraría en pánico al saber que hay un asesino en el pueblo.

Mi padre al ser policía tiene información sobre estas cosas antes que las demás personas y por ello cuando anoche llego a casa con documentos en las manos supe que algo había pasado, el no llega tarde así porque si o tampoco suele traer cosas de su trabajo a la casa por eso cuando dejo los papeles en el sofá y subió a ver a mi madre corrí intentando no hacer ruido para ir a leer los papeles llevándome una gran sorpresa.

Katherine había sido encontrada muerta en el rio ayer en la mañana, al parecer por eso mi padre había estado tan preocupado todo el día de ayer, en cuanto encontraron el cuerpo de Katherine se hizo la autopsia dando como respuesta que Katherine había sido asesinada por asfixia y que la cortada que tenía en la mano fue hecha momentos después.

Quisiera decir que me dolió su muerte, pero estaría mintiendo si lo dijera.

Simplemente al leer que había sido asesinada sentí una opresión en el pecho, por un momento pensé que fue porque estaba en shock pero claramente fue porque no convivía mucho con ella. 

Quiero decir, de manera física casi siempre estábamos juntas, pero casi no hablábamos o cosas así, por lo que no me dolió tanto su muerte.

En cuanto había acabado de leer eso mi mente se lleno de preguntas que hasta hoy en la mañana continuaban en mi cabeza, nadie de mi familia durmió ayer y no pronunciamos ninguna palabra hoy en la mañana, fue como si el simple hecho de abrir la boca fuera agonizante por lo que continuamos mi madre y yo en silencio cuando mi padre se fue.

Me encuentro en el sofá de la sala con una libreta en las piernas que contiene dos preguntas:

 ¿Por qué la mataron?

¿Qué hizo para que la tuvieran que matar?

No es que quiera ser la nueva detective del pueblo y salvar a todos como suelen contar en los libros o en las películas, es el simple hecho de tener curiosidad por quien la mato.

Es divertido pasar el tiempo tratando de adivinar quién es el asesino en una película o un libro pero en la vida real nadie quiere interferir aun que podamos saber la verdad.

El sonido del timbre siendo tocado me saca de mis pensamientos y mi madre sale rápido de la cocina, me mira a los ojos y yo ya sé que quiere decir con eso así que me levanto rápidamente y comienzo a caminar detrás de ella en silencio.

Nosotras no sabemos nada.

Mi madre abre la puerta de la casa y en nuestro campo de visión aparece el oficial Patrick con una libreta, nosotras sonreímos pero su cara seria hace que mi madre frunza el ceño y que yo borre mi sonrisa.

— ¿Ocurre algo oficial?—le pregunta mi madre con curiosidad al oficial y el comienza a hablar.

—De hecho si señorita Relish, ayer la hija menor de los Sleyn se suicido y me gustaría hacerles unas preguntas—habla el oficial con su característica seriedad mientras nuestros ojos se llenan de lagrimas.

Mi mamá se lleva una mano a la boca antes de voltearme a ver, me abraza mientras siento mis mejillas llenarse de lágrimas falsas, el oficial nos mira con pena antes de comenzar a hablar haciendo que nos soltemos en medio de sollozos

— ¿Cuándo fue la última vez que vieron con vida a la señorita Katherine?— pregunta el oficial en un tono serio pero inusualmente tranquilo con un bolígrafo y  una libreta en una mano y me pregunto cómo fui tan despistada como para no darme cuenta de ese detalle.

—La última vez que yo la vi fue hace dos semanas fue la última vez que vinieron a esta casa los Sleyn—le contesta mi madre limpiándose las lagrimas de sus ojos, su voz suena rara y yo no paró de llorar.

— ¿Y usted señorita?—me pregunta el oficial y me obligo a dejar de llorar, tardo un momento en hablar pero cuando lo hago mi voz sale entrecortada así que lo vuelvo a intentar.

—Yo la vi hace seis días—intento contestar sin que me tiemble la voz pero me resulta casi imposible por lo que continuo hablando ya sin importar que piense el oficial sobre mi voz— la última vez que la vi con vida fue hace seis días en el instituto.

— ¿se veía bien? Quiero decir, ¿se veía preocupada? ¿Desesperada?