El Chico De Mi Sueño.

4. Problemas.

Capitulo 4.

Problemas.

Me quede en la puerta viendo al salón, estaba decorado con muchas laminas coloridas y sin duda lo que más me gusto fue la gran ventana que daba hacia el jardín externo del colegio. Vista a la calle genial.

Deje mis cosas sobre el banco y el ruido de una silla cayéndose hizo que soltara un chillido, un chico había tirado la silla donde la profesora se sentaba.

— ¿¡Qué está mal contigo!? —chille sintiendo como mi corazón latía rápidamente.

—Shhh, cállate. Si nos descubren estaremos en problemas —gruñó un chico igual al que se encuentra con un destornillador aflojando los clavos de la silla ¿estoy viendo doble? ¿O son gemelos?

—Aunque nosotros ya estamos acostumbrados, tú seguramente no —dijo el que se encuentra aflojando los tornillos.

He estado varias veces en problemas amiguito, de eso puedes estar seguro.

— ¿Disculpa? —pregunte ofendida alzando una ceja.

—Pareces muy fresita, no te ofendas... Nah, mejor ofendete —bromeó aun destornillando.

Recordé las palabras de mi madre "No vayas a meterte en problemas" así que lo mire con una sonrisa arrogante, me acerque a él y le quite el destornillador para quitar el último tornillo que faltaba, ellos me miraron sorprendidos. Eran atractivos, son de tez blanca, cabello ondulado marrón y más que nada los hermosos ojos celestes sobresalían en sus rostro.

—Aurora Lascuráin no es un placer conocerlos —cuando uno de ellos iba a abrir su boca, una chica con gafas entro y se quedo viéndonos por unos segundos hasta que se fue a su lugar.

—Oh-oh, Maria la chismosa —murmuraron ellos al unísono.

Iba a preguntar el por qué del apodo pero la campana sonó y corrimos rápidamente antes de que nuestros compañeros comenzaran a llegar. Entraron dos chicos y le hicieron señas a los gemelos pero ellos negaron y descaradamente se sentaron junto a mí, uno a cada lado, quedando yo en medio de ellos.

— ¿Te molesta? —pregunto uno de ellos.

Me encogí de hombros—Ya se sentaron.

Ellos asintieron sonriendo, segundos después entro una señora con cara de pocos amigos. Todos se quedaron en silencio, ella ni siquiera saludo simplemente se dirigió hacia su silla, los gemelos y yo intercambiamos miradas y reprimí una sonrisa.

Tres... 

Dos... 

Uno...

Se escucho un fuerte ruido y nadie hizo nada, pude notar que algunos chicos se encontraban sorprendidos, no paso mucho tiempo para que todos comenzaran a reír.

Por debajo de la mesa ellos y yo chocamos los cinco.

— ¡Buena esa! —grito uno de los chicos que le había hecho señas a los gemelos.

— ¡Genial! —grito él otro.

— ¿Quién fue? —Su respiración pesada hizo que todos volviéramos a callarnos, su expresión era igual a la de Tronchatoro después que se le pasa el susto por la salamandra, no sabía su nombre pero ya sabía como decirle: Tronchatoro.

Nadie respondió.

— ¿Quién demonios hizo eso? —volvió a preguntar casi a los gritos.

—Los Uckermann y... la chica nueva —Nos acusó una voz femenina.

Ya entendí por que le dicen Maria la chismosa.

Grandioso ahora estoy en problemas, gracias a esta chismosa.

(...)

Mis ganas de matar a Maria la chismosa habían aparecido, los gemelos y yo nos ganamos una visita en detención después de clases. Tuve que decirle a mi madre que tenia que ir a la casa de una compañera a hacer un trabajo. Se supone que le prometí no meterme en problemas lo intente mamá. Una tal Victoria estaba hablando muy emocionada sobre una telenovela que no conocía, por lo tanto compartí una mirada con los gemelos que decía que preferíamos estar muertos antes de seguir escuchando a esta chica.

Un chico le metió un borrador de pizarra en la boca a Victoria y todo el salón se lo agradeció con la mirada.

—No es mala idea —dijo uno de los gemelos.

— ¿Qué opinas tu fresita? —preguntó el otro.

— ¿Meterle un borrador en la boca a alguien que te cae mal? Oigan ¿Y si lo intentamos con Maria la chismosa?

—No tonta, nos referíamos a hacer bromas juntos. Entre mi maldad, belleza, la inteligencia de mi bro y tú... lo que sea podríamos hacerle una buena broma a Maria la chismosa.

—A ver me llamo Aurora, así que no me digan ni fresita, ni tonta, por qué de fresa y tonta no tengo nada—les digo como si estuviera hablando con unos retrasados — ¿En serio jamás le han hecho una buena broma a esa chica? Pero si se ve que es débil.

Ellos ríen—Esta bien Au-ro-ra —dijo el que me dijo tonta haciendo pausas al decir mi nombre y yo pongo los ojos en blanco —Yo me llamo Lucas y el es Luke—dijo señalando al que me dice fresita.

Fresita lo hemos intentado muchísimas veces, pero la muy maldita siempre se entera antes. Ella es metiche sus amigas son metiches... nunca hemos podido hacer justicia, deberían enseñarles que no tienen que ir por la vida contando secretos de los demás—dijo Luke.




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