Capítulo 3

Tardo unos segundos en comprender donde me encuentro, estoy en una habitación de hospital, al principio no entendía que hago aquí, pero de a poco empecé a recordar. Joe me propuso matrimonio y luego todo se volvió oscuro.

Me encuentro sola en la habitación y agradezco internamente al cielo mientras varias lágrimas caen por mis mejillas, aun siento el dolor que emanaba cada palabra que el chico de mis sueños decía, la forma en la que me miraba.

La puerta se abre lentamente y me apresuro a secar mis lágrimas, puedo notar la preocupación en la mirada de mis padres, debo de admitir que me sorprende ver a mi papá aquí debido a que él siempre está viajando por trabajo o en alguna reunión importante.

Nunca asistió a ningún evento escolar, ni a nada importante. Sé que ama, pero me hubiese gustado que estuviera un poco más casa, un poco más presente, pero a pesar de todo lo amo y por lo mismo de que nunca está me sorprende verlo.

Ninguno dice nada, solamente nos abrazamos  por un tiempo hasta que el teléfono de papá empezó a sonar, pensé que saldría a contestar, pero ignoró la llamada y lo apagó. Al mismo tiempo que va entrando Joe, su cara no refleja más que preocupación y yo no puedo evitar sentirme mal.

¿Qué ha pasado? - Pregunto luego de un rato.

No lo sabemos aún, te desmayaste en el restaurante luego de que yo... - Parece indesiso en seguir hablando, mi papá lo mira con cara de pocos amigos, pero Joe pasa esto por alto y continúa - No reaccionabas, así que en medio del caos y de la preocupación de todos alguien llamó al 911 y aquí estamos.

Y los doctores aun están esperando los resultados de todos los examenes que te hicieron, pero lo mayoría dice que estás estable, ellos creen que posiblemente se te bajó la tensión lo que ocasionó tu desmayo - Dice, respondiendo así a la pregunta que estaba a punto de hacerle.

No digo nada más, nadie en la habitación habla hasta que entra un doctor y mis padres lo llenan de preguntas e inquietudes sobre mi estado de salud, Joe me toma de la mano mientras que con la otra me acaricia la frente y me sorprendo a mi misma por desear que fuese el chico de ojos azules quien ocupase su lugar.

¿Recuerdas lo que te pregunté antes de que te desmayaras? - Pregunta y puedo entrever el miedo en su mirada.

Justo cuando estoy  punto de responder, el doctor se acerca a mi para un chequeo de confirmación y poder darme el alta, salvada por la campana pequeña, dice la voz que vive en mi cabeza, ya saben, esa que todos tenemos.

Yo solo sonreía mientras el doctor hablaba y decía cosas que en realidad no estaba escuchando hasta que dijo que podía irme. Una vez lista, nos dirigiamos al acensor por el pasillo cuando escuché una voz, aunque debo de admitir que no era cualquier voz, era su voz.

Miré disimuladamente a todos lados intentando conseguir al responsable de aquella voz melodiosa que calmaba y encendía todo de mí al mismo tiempo, pero no lograba saber de dónde venía, hasta que llegamos al ascensor y ví como sus puertas se cerraban llevandome lejos del dueño de la voz