El Chico De Mis Sueños

El Vestido Perfecto

Narra Allison

- Vamos Ally.

-Emma.

- Ally, no puedes seguir así.

- Pero...

-Nada. Vamos que se nos hace tarde.

Estábamos saliendo de mi casa y nos dirigimos al centro comercial. Según Emma para distraerme un poco y dejar de pensar en Mark.

Habían pasado solo unas cuantas horas desde que nos habíamos cruzado. Mark había intentando hablar conmigo. Pero me negué rotundamente, por lo que lo estuve ignorando y esquivando todo el día. Y cada vez que intentaba acercarse, me daba la vuelta y caminaba en otra dirección.

- Ally- me tomo Emma del hombro.- Me estás escuchando.

- Sí- Estábamos en una tienda de ropa, llevábamos más de media hora viendo vestidos, para la graduación.- Pero siguen sin gustarme.

Emma traía en manos un hermoso vestido rosa palo, era sencillo pero muy elegante, tenía brillitos en el escote y de la cintura lo adornaba una cinta que hacía que se viera más sencillo de lo que realmente es.

Emma volteo los ojos- ¡Ally!- me sentenció- Dices lo mismo de todos los que hemos visto- señaló vestido que la señorita sostenía.

- Necesitas distraerte.

- Es solo que no me siento de ánimos para escoger un vestido. Además falta mucho para graduarnos.

- ¡Pero si solo faltan unas semanas!- levantó la voz y me miró indignada.

- A parte. Ya no estoy segura de tener pareja para ello. - Solo de pensarlo lo que había ocurrido me hervía la sangre.

- Ally. Tú y Mark se arreglarán. Estoy muy segura de eso.- me dio un pequeño abrazo- Además me tienes que ayudar con Alex.

Por alguna extraña razón su comentario despertó un sentimiento que ni yo misma reconocí.

- Por supuesto que te ayudaré.- le dije fingiendo una sonrisa.

Ya habíamos recorrido la mitad de las tiendas y seguíamos con las manos vacías, los pies me empezaban a doler y el estómago empezaba a reclamar comida.

Emma seguía caminando de un lado a otro, cuando frenó en uno de los aparadores.

- ¡Ally Mira!-  señaló un hermoso vestido negro y se giro para verme. - Vamos- tomo de mi mano, pero me zafe de su agarré.

- Emma, yo ya no puedo, mejor te espero aquí afuera.- me observó un tanto dudosa, pero al final accedió.

Mientras esperaba en una de las bancas, un chico se me fue acercando, al principio no le di mucha importancia. Sentí como tomaba asiento a mi lado.

- ¿Mal día?- me preguntó.

- Una semana complicada- contesté yo.

- ¿Tú novio?-  de solo pensarlo una muñeca se dibujo en mis labios.

- Tan obvia soy.- mencioné, girando un poco.

- No - mencionó muy simple.

- ¿Entonces?

- Tu amiga- señaló la tienda en la que se encontraba Emma- sale cada tanto a revisar si estás aquí.

Levanté la mirada a la tienda, y era verdad Emma se encontraba charlando con una de las empleadas, pero su atención estaba centrada en mi.

Me recargue un poco sobre mis rodillas y di un pequeño suspiro.

-¿Ya comiste algo?- me preguntó.

- Sabes la respuesta.

Llevaba la mitad del día sin probar un bocado. Emma me había insistido en desayunar un poco, pero me negué. Y en el almuerzo se me quitó al ver a Mark con alguien más.

- Sabes que tienes que comer.

- Lo sé - lo mire a los ojos- es solo que no tengo hambre.

- ¿Por qué no le mandas  un mensaje a Emma informándole que irás a buscar comida?- me dedico una mirada compresiva.

- Alex, no tengo hambre.

Escuche como suspiraba, pero no dijo nada. Nos quedamos en silencio por unos cuantos segundos, hasta que decidí romperlo.

- ¿Qué haces aquí?

- Solo paseaba- pronuncio, estaba apunto de volver a decir algo cuando su teléfono sonó. Miro la pantalla con un poco de desagrado- Tengo que contestar- me miro y le regale una sonrisa de boca cerrada.

Se puso de pie alegándose un poco de mi para tomar la llamada, mis ojos seguían sin despejarse del el. Aunque el estaba de espaldas podía ver que estaba tenso, tenia su mano en un puño y parecía tratar de controlarse, sus respiraciones eran pausadas y su mirada estaba fija en un solo punto, poco a poco fue soltando su mano, la cual paso por su cabello con frustración. Guardo su teléfono en su bolsillo trasero. Comenzó a caminar en mi dirección.

- Ocurrió algo, tengo que irme- pronuncio a secas. No me dejo ni formular una palabra cuando ya había desaparecido de mi vista.

Volvía a estar sola. Pasaron unos cinco minutos y Emma seguía sin salir de aquella tienda y entonces decidí seguir el consejo de Alex. Tome mi celular y le envié un mensaje a Emma diciéndole que estaría en el área de comida.

Tome mi bolso y lo puse sobre mi hombro, mientras pasaba por los pasillo, algo llamo mi atención. En uno de los escaparates de una tienda de ropa sobre salía uno de todos los vestidos. Era sencillo, tenia un color claro, no era muy llamativo, pero para mis ojos era perfecto, la parte superior estaba llena de piedritas y después una fina tela color crema caía.

Entre sin pensarlo a la tiendo, en la cual la chica me pregunto, que era lo que buscaba, amablemente le pedí que me mostrara el vestido que estaba en el escaparate. Ella asintió con la cabeza.

Me encontraba en el probador viéndome en le espejo, tenia una sonrisa tonta en mi cara y era algo que nadie podría quitarme, el vestido se ajustaba perfectamente a mi cuerpo. Pase mis dedos por la delicada tela del vestido, mordí mi labio inferior y me imagine entrando al salón de baile, de la mano de Mark.

- Señorita- la chica que me estaba atendiendo me saco de mis pensamiento. - necesita ayuda.

- No, gracias- salí del vestidor con el vestido puesto y le pedí que me diera su opinión. Sabia que por vender me diría que me queda genial, lo que no me espere era que el lo mencionara.

- Te queda espectacular- menciono con su voz profunda.- No es así- le pregunto a la señorita quien se puso un poco nerviosa.




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