Una Pequeña Reunión Familiar

Narra Alexander

Después de lo que había pasado el día de ayer era tiempo de terminar con todo esto, por esa simple razón, nos encontrábamos reunidos a mitad de la sala de mi tía Molly.

- ¿Dónde te quedaste anoche? – me pregunto mi madre, intentando escucharse enojada en lugar de preocupada.

- Por ahí. – dije sin importancia, logrando que Raíl se enojara y mi madre se preocupara.

- ¡Alexander! – grito mi padre, sobre saltando a mi madre.

- ¿Sí, Raúl? – dije con sarcasmo y tomando asiento en el sofá.

- Te crees muy gracioso. Pues déjame informarte que no lo eres.

- ¿Ya terminaste o seguras molestándome?

- Williams, – hablo mi madre. – esas no son formas de dirigirte a nosotros.

- ¿Ahora si te preocupas de cómo me comporte?, que irónico y yo pensando que solo te importaba aparentar que somos la familia perfecta.

- ¡Basta! – grito mi padre, acercándose hasta mí. – ¿Te diviertes? – me pregunto mirándome a los ojos, notando, que ya no me daban miedo sus palabras o lo que intentara hacerme para herirme.

- Alex, solo queremos comprender, ¿Qué es lo que está pasando?

- Bien, quieres saber que ocurre, te lo contare. – le dije a mi madre mirándola, sin sentimiento alguno. – Durante mucho tiempo, existió un pequeño, el cual quería disfrutar del mundo, pero por cada cosa que, hacia mal, su padre lo golpeaba y su madre solo agachaba la cabeza, por mucho tiempo tenía miedo en equivocarse, en la escuela aparentaba ser un desastre cuando en la realidad era el mejor de la clase, era capitán de todos los equipos, por el simple hecho de que nunca quería llegar temprano a la casa. Pero se juntó con muy malas amistades, que sus padres le recomendaron, porque los padres eran grandes socios o inversionistas. El chico, por querer ser parte de su círculo de amigos, comenzó a ser cosas muy malas, hasta que por fin logro que ellos confiaran en él y por un tiempo llego a pensar que realmente eran sus amigos. – la mire y le regale una mirada fría y una sonrisa completamente falsa.

– Un día, mientras fumaba un poco de hierba, se le ocurrió hacer una estúpida apuesta, se tiraría a la primera chica que pasara por la puerta, para el todo estaba en juego, su dinero y el de sus “amigo”, las burlas que le llegarían si no lograba hacerlo o mejor aún, lo que dirían sus padres, por perder a esas “amistades”. Y fue así como comenzó, invitaba a la chica a salir e ir a su casa, pero sin querer el tarado se fue enamorando, sin notar lo que realmente pasaba a su alrededor, sin darse cuenta que en una peda, uno de sus amigos soltó la legua y justamente con la chica, y como si eso no fuera suficiente, se acostaba con ella a escondidas, mientras el chico, sin querer, vio una luz en su mundo lleno de oscuridad, pensó que ella lo salvaría, pero solo lo estaba hundiendo.

Llego a tener muchas peleas, por ella, especialmente con sus padres, que en un punto dejaron de apoyarlo, en un ataque de necesidad el chico se escapó de casa, encontró dos trabajos, que lo ayudaban a mantener sus estudios y pagar el horrible departamento que tenía. Al final, gano la apuesta, se acostó con la chica una semana antes de que todo terminara. Cuando al fin lo logro, se enteró que ella le era infiel y destruyo toda esperanza que él había creado.

Destrozado, empezó a drogarse, a ocasionar problemas y muchas veces por poco termina con su vida. Hasta que conoció, a su ángel guardián, un chico, que lo ayudo a desintoxicarse y a olvidarse de ella. Con quien fundo una pequeña empresa, que ahora en día sigue creciendo y esperan crecer aún más. Pero, una desafortunada noche, el chico se descuidó, haciendo así que regresara a su casa, donde sus padres, lo esperaban, pero no con los brazos abiertos, sino con un boleto de avión en la mano. Porque su ex novia había salido positivo en un embarazo y ella afirmaba que era de él.

Sin poder protestar el chico fue mandado, con su tía, según ellos, hasta que todo se calmara. Para él fue un nuevo comienzo, un mes que marcaría su nueva vida, y saben que, conoció a una hermosa chica, que le regreso esa sonrisa, que mucho tiempo atrás le robaron, ese brillo, en sus ojos, que ya no demostraba, pero nada dura para siempre y sobre todo para él, sus padres al arreglar su “desastre”, mandaron a la ex a donde se encontraba el chico, haciéndole prometer que la llevaría al baile de graduación, sin decirle las verdaderas intenciones.

En cuanto el chico se ilusionaba con un nuevo futuro, a lado de alguien que lo amaba y él amaba, por tonto la invito a conocer a sus padres, sin saber ellos, habían planeado una reunión, para anunciar el famoso embarazo, donde el padre termino con ella, invitando a las personas que la engañaron por años, la chica que la molesta y rompiéndole el corazón en mil pedazos. El chico sin saber cómo reaccionar, salió en busca de ella, intentando explicarse, pero ella ya no quería saber nada de él, la siguió con la esperanza de que ella lo notara o si quiera que se quebrara y eso no paso. Haciéndolo entender que la había perdido para siempre.

- Eso madre, eso es lo que me pasa. – me puse de pie enfrentándolos – Quieren a su hijo perfecto, adivinen que, el ya no existe.

- Alex….

- Acabaron con ese pequeño, y ya nunca lo recuperaran, me quieren echar otra vez de la casa, adelante, quieren seguirme dañando, adelante los reto, total ya no siento nada. Ya terminaron conmigo, quieren que me quede con Samantha, lo hare, pero que sepan que me acostare con cuantas yo quiera, así como lo hizo ella, yo no cuidare al pequeño hijo de Christopher, que le quede claro.

- ¿De qué hablas?

- Christopher es el padre. De eso no hay duda, ella mismo me lo confirmo.

- Ella, dijo que era tuyo, se lo dijo a sus padres y….

- Duro un mes, que no me hablaba, no quería verme, y por más que quería explicarle la situación ella se negaba. Y dos semanas después, me entere de su secreto, se acostaba con él a mis espaldas.