Narra Allison
Dejando la foto a un lado, me puse de pie y salí, sabía que lo que estaba a punto de hacer era una completa locura, pero valía la pena arriesgarse.
Apenas salí de casa, comencé a correr, me sentía feliz, emocionada, solo, quería verlo, escuchar su verdad. La brisa movía mi cabello y mi corazón, no paraba de latir.
Pero ahí está, frente a su puerta, con el corazón en la mano. Me encontraba temblando, estaba tan nerviosa por lo que pasaría.
A punto de tocar, la puerta se abrió y por ella, apareció una mujer rubia, que el día de ayer me habían presentado como la madre de Alex, que ahora que la observaba más de cerca, notaba su parecido.
- Ahh, hola. - dije nerviosa y empezando a jugar con mis manos. - ¿Se encuentra Alex?
Me miró por un par de segundos y me sonrió.
- Tu debes ser Ally, ven, pasa. - abrió por completo la puerta y nerviosa entre.
- ¿Y Alex? - pregunté mientras analizaba el lugar, que se notaba más apagado de lo normal.
- No, está en casa querida. - mencionó, mientras pasaba por un lado dirigiéndose a la cocina. - ¿Quieres un poco de agua?
- No, no gracias. - mencioné, sin saber muy bien que hacer.
- Sabes, ayer, no comprendía, por qué Alex, salió a buscarte. Pero ahora comprendo un poco. Llevan solo un mes de conocerse, pero parece que llevan más que eso.
- Yo... No, no comprendo.
- Toma asiento, por favor. - señaló el sofá y tomo asiento. - Hace mucho tiempo, que no hablaba con Alex, no de la forma en como hablamos está mañana.
- Yo, no comprendo. ¿Qué quiere decirme?
- Durante mucho tiempo, Alex, dejo de hablar conmigo. Sí, tomaba mis llamadas y de vez en cuando escuchaba lo que tenía para contarle. Pero llegamos a un punto, en donde yo intentaba hablar con él, de su vida y él se excusaba, poniendo un pretexto o simplemente me colgaba la llamada. Y hoy, llegó a casa, me encontraba preocupada sabes, pero al él eso no le importaba y fue cuando explotó.
Se quedó unos segundos en silencio, que a mí parecer fueron eternos. Y una diminuta chispa apareció en su mirada, otra cosa en común que tenía con su hijo.
- Por primera vez en tanto tiempo, me habló con sinceridad, - mencionó, brindándome una dulce mirada. - la forma en que te defendió y la desesperación, que se veía en su mirada al pensar en que no te volvería a ver, fue la primera vez que realmente me mostró lo que sentía.
Seguí escuchando atentamente a todo lo que me decía, pero más dudas venían a mis pensamientos, ¿Realmente conocía a Alex? O solo creía conocerlo.
Al parecer la duda, que tenía se reflejó en me cara, por qué la mamá de Alex, dejo de hablar y sonreír.
- Muy pocas personas lo conocen. - dijo sacándome de mis pensamientos. - Pero créeme, él quiere que tú lo conozcas.
A punto de decir algo, la puerta se abrió se golpeó y casi al mismo tiempo en que se cerraba un Alex alterado aparecía en mi vista. Por lo visto aún no notaba nuestra presencia, está de espaldas a mí, estaba enojando, pero a la vez asustado, jugaba con su cabello e intentaba calmarse, sin tener mucho éxito.
Y entonces, se giró, nuestras miradas se encontraron y todo lo que le preocupa se desvaneció.
Le sonreí tímida, pero eso a él no le importo, me regreso la sonrisa y sin saber si hacerlo se acercó lentamente a mí.
Sin poder esperar más me lance a sus brazos, tomándolo por sorpresa, pero me regreso el abrazo.
- Necesitamos hablar. - le dije, provocando que me soltará y mirará con tristeza.
Asintió con la cabeza y sin darme tiempo a despedirme de su madre, me tomo del brazo y subimos hasta su habitación. Cerrando la puerta a penas entrar, lo tome con más fuerza del brazo.
Algo que lo tomo desprevenido.
- Alex...
- ¿Es por mi culpa? - me preguntó, dejándome sin palabras.
- ¿De qué hablas? - le pregunté, mirándolo a los ojos y acariciando su mano.
- ¿Te vas por mi culpa? - preguntó bajando la mirada a nuestras manos.
- Yo…no lo sé, estoy confundida. - le dije, haciendo, que me mirara a los ojos.
- Pensé que ya te habías ido. – dijo tímido - Había cajas en tu habitación y....
- Alex, no podría irme, no, sin despedirme.
- ¿Entonces, has venido a despedirte? – escuche como su voz se apagaba y su semblante se convertía en uno de tristeza.
- No, no he venido a eso. – mencione no muy segura de mi respuesta. – Estoy aquí porque… Necesito saber, toda la verdad, mejor dicho, tu verdad de la historia.
Al parecer lo que dije lo sorprendió, porque dudo unos segundos en mirarme y luego apartar la mirada. Parecía estar pensando en su respuesta, pero por cada segundo que pasaba mis nervios me consumían y mas dudas se formulaban en mi cabeza.
-Yo… necesitaba tiempo, no sabía cómo contarte todo. Aun no sé como hacerlo, pero quiero intentarlo. – levanto la mirada y me sonrió con tristeza. – Cuando me entere que me engañaba fui a buscarla, quería saber la verdad, o tal vez solo quería desahogarme, llegue a casa de Daniel y lo golpee, necesitaba desquitarme y fue a el al primero que encontré, pero el no era el responsable, después de golpearlo, Christopher se cruzó en mi camino y lo confeso todo, incluso que ella se encontraba embarazada. Por un momento no quería creer todo lo que estaba pasando, ella se había convertido en mi todo y … - pauso por un momento y por un impulso me puse de pie y me senté a su lado.
- Alex…está bien…no tienes porque…
- Ella solo jugo conmigo, se bulo de mi todo el tiempo y yo nunca me di cuenta, al enterarme de lo que ella había hecho quede destrozado, intente ignorarla, pero al parecer Christopher no tardo tanto en contarle sobro nuestro encuentro, a los pocos días de enterarme de su estado, no tardo tanto en contarle a mis padres sobre su estado afirmando que ese ser que lleva en su vientre era mío.