El Chico De Mis Sueños

Noche Estrellada

Narra Alexander

Corríamos a través del bosque, ella iba riendo, mientras que yo intentaba alcanzarla, no llevábamos zapatos por alguna razón, pero eso no importaba.

Su risa se escuchaba por todo el lugar, como una hermosa melodía, “Alex”, me llamaba, girando a sonreírme. Mientras tanto yo, solo sonreía y trataba de guardarme estos últimos recuerdos.

Llegamos a la cabaña, la cabaña que se había convertido, en nuestro lugar, donde por primera vez nos abrimos, donde comenzamos nuestra historia.

Ally llego primero a ella, entro y cerró la puerta tras ella, negando con la cabeza, tome el pomo e ingrese al lugar.

Las luces estaban apagadas, y la única luz que entraba era la del ventanal.

- Alex – me llamo Ally.

- Dime – mencione al aire.

- Necesito contarte algo. – dijo, tomando mi mano por sorpresa y llevándome a habitación de arriba.

Nos acostamos en la cama y nos quedamos mirando el cielo por unos minutos.

-Tenía alrededor de once años, si mal no recuerdo. – dijo ella rompiendo el silencio. – Cuando pensé que me había enamorado por primera vez. – seguía hablando, mientras que yo no comprendía nada. – Con el tiempo me fui olvidando de aquel chico que había conocido, en el parque de diversiones.

- Ally, ¿De qué estás hablando? – me gire a verla, pero ella solo seguía mirando las estrellas.

- Tal vez él no lo recuerda, y no importa en realidad, ya paso mucho tiempo desde aquella ocasión, en la que esos ojos, me miraron, y aquel chico tomo mi mano, la primera vez, que superé uno de mis miedos, la primera vez, que me sentí realmente liberada. – se giró a mirarme, y se veía tan relajada, y de repente una chispa, apareció en su mirada. – Esa noche, no podía parar de pensar en él, esa noche me quede mirando las estrellas y pensando en el nombre de aquel chico “Alex”.  – susurro casi lo últimos, pero lo escuche perfectamente.

- ¿Ally? – dije con confundido, realmente confundido. Me miro, por un instante y me sonrió, se acercó y dejo un delicado beso en la comisura de mis labios.

- Eras tú, tú eras ese chico, el chico de los ojos grises, quien se sentó a mi lado en la montaña rusa, quien tomo mi mano, me hizo reír y tener el mejor día de mi vida, para ese entonces, no lo sabía, pero ahora creo saberlo…

Yo seguía pasmado, apenas estaba procesando todo lo que me estaba diciendo, cuando ella, ya estaba de pie, me senté en la cama y la miré fijamente y por un momento la vi, vi a esa pequeña niña, que se estaba nerviosa, sentada en ese asiento sola.

Flashback

- ¡Esto es genial! – me decía Chris emocionado, mientras entrabamos al parque de diversiones. – Aun no puedo creer que te dejaran quedar, el resto de las vacaciones.

- “Por favor, si por favor, mamá, te lo suplico, dile a mi tía…”- dije, imitando su voz y moviéndome como él lo había hecho unas horas antes.

- ¡YA! – grito, dándome un empujón.

- Oye, no es para tanto.

- Si claro, ahora tendrás con que molestarme, lo que queda del verano. – puse los ojos en blanco y le regresé el empujón, un poco más leve.

- Venga ya, hay que divertirnos. – diciendo estas últimas palabras, salí corriendo a uno de los tantos juegos que había en ese lugar.

Chris me alcanzo en la fila a la montaña rusa, donde nos encontramos, con varios de sus compañeros de clase.

- Hola.

- Hey, Oliver, déjame presentarte a mi primo Alex. Alex, el es Oliver, es el mejor defensa que podrías encontrar. – decía, mientras no presentaba.

Oliver y yo nos dimos una mirada, como saludo y después me presento al resto, eran demasiados nombres y solo me aprendí, tres de ellos. Oliver, Santiago y Ben.

La fila avanzaba de forma rápida, los chicos hablaban de lo que tenían planeado hacer en lo que restaban de vacaciones.

Al momento de tomar asiento, en los carritos, pude notar a una niña nerviosa, se encontraba sola, pero su mirada, estaba fija en las personas que estaban sentada frente a ella.

-Alex – me llamo Chris. – Vamos. – me hizo una señal con la cabeza para seguirlo. Pero mi mirada regreso a esa niña.

Y por alguna extraña razón me acerque a ella.

-Hola. - dije, pero ella parecido no escucharme, se notaba tan asustada, que por un momento quise reírme de ella, en ese instante, se giro a mirarme y me pareció ver algo de esperanza en su mirada.

Por los altavoces comenzó a escucharse las medidas de seguridad, mientras que los trabajadores revisaban, que todo estuviera en su lugar, ajustaron nuestros cinturones y no que mi compañera de alado se sobre salto y se giro a mirar a la muchacha, bajaron la barra de metal y tomando un poco de aire me acomode en mi asiento, relajando así todos mis músculos. Cuando de repente sentí como el carrito se movía, de un lado a otro.

Negué con la cabeza, al ver quien lo estaba provocando inconscientemente tomé su mano, llamando su atención. – Oye, tranquila, ¿Es tu primera vez? – pregunte, viendo lo obvio.

-Sss..sí – contesto al instante en que el juego comenzó a moverse. Se aferro con mayor fuerza a mi mano y a la barra metálica.

- Tranquila, solo respira, te prometo que estarás bien. – mencione, esperando a que se relajara. Lo hizo, un poco, pero lo hizo.

Sonriendo divertido por la situación, levante nuestras manos, la vi con una mirada de complicidad, esperando a que ella lo comprendiere, conté hasta tres y comencé a grita, ella al principio rio y después me acompaño.

Ambos nos estábamos riendo y sonriendo, al terminar el recorrido. Al salir del carrito, escuche un “Gracias”, gire a verla y le sonreí. – No fue nada. – mencione, cuando escuche que Chris me llamaba.

- ¡Alex! – escuche entre la multitud y los vi, camine hasta ellos y Oliver, me dio una palmada en la espalda.

- ¿Algo interesante? – pregunto de la nada.




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