Tres años Después
Narra Allison
- ¡Aaaah, Christian! - se escuchaba del otro lado de la puerta.
- No puedo creerlo, recuérdame por que aceptamos esto.- dije señalando a la puerta y dejándome caer en el sofa. - Es que... simplemente no entiendo.
- Oye, no fui yo quien le dijo que podía mudarse con nosotros - se escuso Lila, mientras seguía subiéndole el volumen a la tele.
Puse los ojos en blanco y volví a tomar mi libro, en medio de mi lectura, escuchamos como la puerta de la habitación de Cristian se abría, y una chica semidesnuda atravesaba la sala, mientras que mi compañero de piso, tomaba asiento en el sofá.
- Ni se te ocurra. - amenazaba Lila a Cris con el mando de la televisión. -¡NO!- grito, saltando del sofá y tirándole el control a la cara.
Cris lo esquivo con facilidad y con una sonrisa divertida, tomo el mando y cambio el canal.
- ¡Te odio! - grito Lila, mirándolo y después mirándome en busca de apoyo.
Con calma cerré mi libro y me puse de pie.
Ambos me observaron con calma, esperando mi siguiente movimiento, simplemente inhalé, me gire y camine hasta mi habitación y cerré la puerta tras ellos.
Dándoles permiso para iniciar una pelea.
- ¡Allison, enserio, no piensas ayudarme! ¡Que gran amiga tengo!
- ¡Ally, enserio me vas a dejar solo con esta lunática!
- ¡Disculpa! ¡Pero yo no soy ninguna lunática!
-¡Oye! - grito Christian, un grito un tanto de terror se escuchó del otro lado y los gritos de Lila no se hicieron esperar. -¡No, Christian, porfavor!
Me acosté en mi cama y puede un poco de musica, dejando de escuchar el ruido de afuera y quedándome dormida.
Mis ojos me pesaban y todo a mi alrededor se veía borroso, pase mis manos por mi alrededor, en busca de me celular, al tomarla un destello de luz azul me destanteo un poco, cuando mis ojos se adaptaron a la luz, pude visualizar la hora.
Eran las nueve en punto, me había quedado literalmente todo el día, poniéndome de pie, guarde mi celular en mi bolsillo y Ali de mi cuarto, el departamento se encontraba a oscuras, camina hasta la cocina y prendí la luz, en el refrigerador se encontraba una nota pegada, la tomé y leí su contenido.
"Ally, fuimos por algo de comida.
Pov: Christian invita
Con cariño Lila"
Una sonrisa se dibujo en mis labios y abrí el refrigerador en busca de una rebanada de pastel que había escondido.
Cerrando la puerta del refrigerador, y con mi pastelito en la mano, camine hasta la isla, no sin antes tomar una cuchara.
Arrastre una silla y tome asiento, había comido tres cucharadas, cuando se escuchó el timbre, negué con la cabeza y me puse de pie
- No puedo creer que volvieran a olvidar las ....- abrí la puerta y mi sonrisa que tenía se esfumó.- Alex- dije, sin saber cómo reaccionar. - Christian, no se encuentra.- le dije con frialdad e intentando no demostrar sentimiento alguno, intente cerrar la puerta, pero el me detuvo.
- Puedo esperar. - menciono con voz profunda y sin expresión alguna.
Sin ganas de discutir, abrí por completo la puerta, dejándolo pasar, cerré la puerta y camine hasta la habitación de Lila, tome su cesto de ropa sucia y salí de la habitación, pase por su lado y abrí la puerta que conducía a dónde teníamos las lavadoras.
Deje el cesto a un lado y salí de ahí, camine a la habitación de Christian e hice lo mismo, así hasta tener los tres cestos y poner una carga de ropa.
Me dirigí a mí habitación y me cambié de por ropa más holgada, me peine con una coleta y salí en busca de una escoba, ignorando a Alexander, tome el mando de la televisión y puse música.
Narra Alexander
Era imposible, ella era imposible, se estaba paseando por todo el lugar, con un mini short y una blusa que apenas le llegaba al muslo. Se inclino un poco para tomar el mando, provocándome, poniendo música a todo volumen.
Una sonrisa divertida se dibujo en mi y apenas me di cuenta, la borre de inmediato,ella había empezado una guerrera y no estaba dispuesto a perder.
Me puse de pie y camine hasta la cocina, tome un vaso y lo llene con agua, camine de regreso y espere el momento perfecto, "accidentalmente" chocamos, el vaso cayó al suelo rompiéndose en mil pedazos y dejando una gran macha de agua en mi camisa.
- Lo siento - dije, agachándose a recoger el cristal roto.
Ella no dijo nada, simplemente se dio la vuelta y tomo la escoba y el recogedor. Con una sonrisa me los dio y tomo asiento en el sofá.
Negando con la cabeza, comenzé a quitarme la camisa, levanté un poco la mirada, conforme me la retiraba y note que ella me observaba.
-¡¿Pero que estás haciendo?!- grito horrorizada.
-¿Que?
- Agh, eres increíble, sabes muy bien lo que estás haciendo. - se puso de pie y recogió mi camisa. - Pontela- me exigió.
- Está mojada.
- ¿Y?
-¿Y? No es muy cómoda sabes.
- No, ni lo voy a hacer.
-¿Hacer qué?- le pregunté provocando la.
- No pienso caer en tu estupido juego, así que toma - me lanzó mi camisa- y vete porfavor del departamento - señaló la puerta.
Estaba claro el juego había terminado. Pero no pensaba darle la victoria tan fácil.
- Bien, solo permíteme terminar de limpiar este desastre.
Lo dudo por un instante, pero no le di oportunidad de que se negara, barrí los cristales y seque el agua.
- Creo que es tod, mencioné al aire. - gire a verla y note que me estaba mirando. - ¿Algo que te agrade?- mencioné divertido.
- No, nada- menciono esquivando mi mirada.
Tome mi camisa y me la puse encima.
Cuando la puerta se abrió de golpe y dos voces conocidas se escucharon por todo el lugar.
- ¡No puedo creerlo! ¡Allison Walter! ¡¿Cómo es posible que.... ¿Alex? - la primera en verme fue Lila. Quién Taria consigo un pedazo de pastel.