El chico de mis sueños

Capitulo 1: ¿Por qué no morí?

Nuevamente me levante llorando, no puedo comprender este sueño, no se quien es ese chico, pero la sonrisa que me da me hace sentir tranquila, mi sueño siempre es el mismo desde el día que vi morir a mi papá y hermano.

Estoy sentada en mi cama limpiando mis lagrimas, mamá toca la puerta de mi cuarto diciendo
—Isabella debemos llegar temprano a la cita con la psicóloga,
siempre estoy pensando, mi mamá no merece esto, no merece estar preocupada por mi, es demasiado injusto de mi parte traerle más preocupaciones, pero no puedo evitar sentirme triste.

Solo tengo 19 años y hace un año y medio en un día lluvioso, mi hermano, mi papá y yo decidimos ir de campamento, nos encantaba la naturaleza, poder ver la estrellas, respirar el aire puro, los árboles, todo era hermoso, de camino a una montaña cuando íbamos cantando y bromeando, todo se salió de control, un fuerte estruendo ensordecedor, todo comienza a dar vueltas a mi alrededor, mi papá golpea su cabeza en el volante del auto, mi hermano salió por la ventana, yo me encuentro en la parte trasera del auto con una herida leve en la cabeza y un brazo quebrado, todo sucede tan rápido,
—¡Papá! grito
el no responde tiene los ojos cerrados, su camisa blanca está roja por la sangre, ¿qué está sucediendo?, en el fondo escucho a algunas personas pedir ayuda, alguien dice
—Encontré una niña.
logran sacarme y pregunto
—¿Dónde está Jared?
No se encuentra en el asiento del pasajero, ¿cuándo salió del auto?
Alguien me toma en sus brazos, logro ver a Jared como a 10 metros de nosotros, no se mueve, Jared grito, no responde,
—¿Cómo está mi papá? pregunto preocupada.
no pude aguantar más y antes que respondan mis preguntas, me desmayé, la última imagen que tengo de mi padre y de mi hermano es de ellos muertos, no sobrevivieron al accidente, "¿por qué no morí?" Es lo que cada noche antes de dormir me pregunto.

Después de ese accidente todo el brillo que existía en mi se perdió, ahora me visto con camisas mangas largas para ocultar las heridas que tengo en mis brazos, las cuales demuestran todas las veces que trate quitarme la vida, uso pantalones flojos, zapatos cómodos y mi cabello que corte el día que perdí mis dos amores ahora llega abajo de mis hombros, lo amarro en una coleta, salgo de mi habitación, mi mamá me sonríe diciendo
—El desayuno está listo, es tu favorito, panqueques.
Ella sonríe pero en sus ojos puedo ver toda la tristeza, todo el dolor que le causa verme pasar por este proceso,
—Gracias mamá.
Comienzo a comer pero no le siento sabor a la comida, desde el día del accidente baje 10 libras, no he podido recuperarme.
Logré comerme dos panqueques y un vaso de jugo.
Mamá pregunta con preocupación
—¿Solo eso comerás?¿segura que no quieres más?
Levanto mi vista
—No quiero más mamá, es suficiente.
Mamá suspira
—Está bien, vamos a donde la psicóloga debe estarnos esperando, recuerda hoy es tu primer día de vuelta a la universidad.
Suspiro
—Mamá no es necesario que vuelva a la universidad, no merezco ser feliz si ellos no están.
A mamá se le corren las lagrimas por las mejillas
—Hija, ellos estarán feliz si tu y yo somos felices, se que ser médico era tu sueño desde niña.
No respondo, me pierdo en mis pensamientos.
Sacándome de mis pensamientos mi mamá
—Isabella llegamos, baja del auto.

Entramos donde la psicóloga, ella es muy dulce, logró que mis intentos de suicidio disminuyeran
—¿Cómo ha estado mi paciente favorita?
La veo, la saludo
—Hola doctora Charlotte, estoy con miedo de ir a la universidad.
—Eso es normal mi bella Isabella, solo recuerda no debes esforzarte, trata de seguir tu ritmo no te presiones.
—Está bien, doctora Charlotte.
—¿Has tenido pensamientos suicidas desde nuestra última cita?
—Solo uno, pero logré controlarme.
A ella no le miento, la verdad quiero mejorar para no seguir preocupando a mamá, lo único que le oculto es el chico de mis sueños, tengo miedo que si le cuento de él desaparezca y no pueda volver a verlo, tal vez es producto de mi imaginación, pero la sonrisa que me da me tranquiliza.
Salimos de mi cita y la psicóloga se despide de nosotras.

—Es hora de ir a la universidad Isabella.
Suspiro y asiento, me subo al auto.
Llegamos a la universidad, tengo mucho miedo, no quiero que me pregunten por el accidente.
Camino directo a mi aula escucho a las personas decir
—Esa es la chica que vio morir a su papá y hermano.
—Ella es muy fuerte, volvió a clases.
—Es la única sobreviviente.
—Debe ser duro ser ella.
La verdad las personas siempre dicen que soy muy fuerte, que me admiran, pero no soy nada fuerte, estuve un año tratando de quitarme la vida.
Suspiro y entro al aula, decido sentarme en el ultimo asiento en silencio y sin ver a nadie.

En mi receso de 40 minutos, decidí irme para el último piso de la universidad, ahí siempre es solo y no tendré que escuchar a nadie decirme lo valiente que soy.
Me acerco a la barandilla de vidrio, veo abajo, se me viene el pensamiento "si me tiro de este lugar, ¿moriré instantáneamente o quedaré como un vegetal?" Si eso sucede traeré más problemas a mamá.
Salgo de mis pensamientos cuando alguien me empuja lejos de la barandilla, caigo sentada en el suelo muy confundida.
Una voz muy dulce y nerviosa
—Oye, la muerte nunca es la solución.
Abrazo mis rodillas y comienzo a llorar
—Lo siento, lo siento volví a pensar en morir.
La persona que me ayudo está muy confundida, toca mi cabeza y comienza a acariciarla de la misma forma que lo hacía papá.
—No llores, todo tiene una solución.
Levanto la vista y veo a un chico de mi edad, cabello castaño claro, con unos ojos verdes carmesí llenos de preocupación y confusión.
Suspirando y secando mis lagrimas
—muchas gracias por tu ayuda, pero no entiendes nada de lo que es mi vida.
El sonríe, mi corazón se acelera, pensando, esa sonrisa se parece mucho a la del chico de mis sueños, ¿Puede ser posible?
                                                                       3G




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