El chico de mis sueños

Capítulo 29: No estoy loca

Justo cuando mi vida estaba siendo color de rosas, deciden tratarme como una loca, luego de mi ataque de nervios en la clínica, tuvieron que inyectarme calmantes para controlar mis nervios, le rogué a mamá que no me dejara interna, pero la psicóloga insistía que era la mejor opción y que así podré mejorar rápido.


 

Esto no esta bien, me repetía una y otra vez, caminaba de un lugar a otro, esto no está bien, acabo de comenzar a salir con Luke y ahora resulta que estaré interna, eso no es justo, mamá entra a la habitación donde estoy,

—¿Cómo te sientes Isabella?


 

La veo con mis ojos inflamados por el llanto,

—Mamá yo "no estoy loca", no quiero que me internen.


 

Ella me dice con un nudo en su garganta,

—Lo se Isabella, se que no estas loca, pero deberías pasar algunos días interna, para que mejores, hija yo trate de ayudarte pero no pude.


 

—Pero yo soy feliz contigo.


 

Ella tiene sus ojos cristalizados,

—Hija, la doctora Charlotte me explico, el porqué de tu amigo Damian.


 

Siento miedo de preguntar por qué,

—No quiero saber.


 

Mamá suspira y se acerca a mi, acaricia mi cabello,

—Lo siento Isabella.


 

La veo confundida,

—¿Por qué?


 

Ella limpia las lágrimas de sus mejillas,

—Se lo mucho que te afecto la muerte de Joey y Jared, se que ha sido muy difícil para ti superarlo, aun sabiendo todo eso decidí salir con alguien, se que tú lo sabías, porque no eres una idiota, pero aún así decidí mantenerlo en secreto y seguir viéndome con el, solo quiero aclarar que no he olvidado a tu padre, yo lo amo, pero el murio hace casi dos años y Milton, ha sido muy bueno conmigo.


 

Antes que ella continúe la detengo,

—¿El doctor Milton?


 

Ella asiente,

—Si, el me ha apoyado mucho desde el día que llegaron ustedes tres al hospital.


 

Cierro los ojos con fuerza tratando de asimilar todo,

—¿Sales con el doctor Milton, desde nuestro accidente?


 

—No, por supuesto que no, salgo con el doctor Milton hace dos semanas.—Se sincera conmigo.


 

—¿Por qué, no querías decírmelo?


 

Ella suspira,

—No quería que creyeras que olvide a tu padre, que deje de amarlo.


 

Tomo sus manos,

—Mamá, se que amas mucho a papá, no me molestaría contigo si sales con alguien más, lo que me molesta es que no confiaras en mi.—la veo a los ojos, hasta hoy me doy cuenta que sus bellos ojos azules como el color de los ojos de Jared, están tan apagados y sin brillo, todo esto es mi culpa, siempre que ella está tratando de seguir adelante, yo hago algo que apaga su brillo, suspiro y la abrazo, entre sollozos digo,

—Lo siento mamá.


 

Ella me abraza más fuerte,

—No debes disculparte por nada hija.


 

—Si debo mamá, tu siempre has sido tan paciente conmigo y yo siempre hago que te quebrantes, no permito que tu corazón sane, siempre buscaba la excusa de terminar con mi vida, para que no sufrieras por mi, pero no me daba cuenta lo mucho que te hacía sufrir.


 

La psicóloga Charlotte, nos ve y sonríe,

—Veo que ya estás mejor Isabella, lamento que te inyectáramos calmantes, pero no podíamos controlarte.—Ella se acerca a nosotras,

—Isabella, te dire que el primer paso para tu recuperación es la aceptación.


 

—¿Aceptar qué?—Digo molesta


 

Ella me ve de manera triste,

—Aceptar que tienes un problema.


 

—No estoy loca.—Digo de subiendo el tono de mi voz.


 

Ella niega,

—No claro que no cariño no estás loca, solo necesitas ayuda.


 

Con lágrimas en mis ojos veo a mamá, ella me ve suplicante, suspiro,

—Está bien, aceptaré su ayuda.


 

Mamá me abraza,

—Todo saldrá bien cariño.


 

Asiento y decido acostarme en la camilla, de la habitación,

—Ok, necesito estar sola.


 

Los enfermeros y la psicóloga Charlotte salen, mamá se acerca a mi,

—Hija, te apoyaré en todo, no necesitas estar sola.


 

—Gracias mamá, pero quiero estar sola.—Digo a mamá abrazando la almohada.


 

—Está bien Isabella.—Termina mamá cerrando la habitación, en la que supongo estaré interna.


 

No sé cuanto tiempo he pasado aquí, una enfermera entro a mi habitación diciendo que era hora de la cena, no mentiré los enfermeros son muy amables, pero no importa que tan buenas personas sean, no cambiara mi forma de ver este lugar, estaré aquí por seis meses, eso me aterra.


 

Luke

Al darme cuenta que Isabella iba a estar interna, quise correr a la clínica, pero mamá me dijo que no era muy buena idea, que ella podría sentirse incómoda, al principio me pareció una tontería, pero cuando llame a la señora Mery, me dijo lo mismo.


 

Pensaba escribirle, pero la verdad no sé qué decirle, no puedo decirle que todo estará bien, si en verdad no tengo idea de lo que ella está pasando.

Trato de comprender lo que a Isabella le está sucediendo, para así poder ayudarla, pero no se me ocurre nada.


 


 


 

Ayer fue un día bastante extraño, no quise hablar con nadie, mamá vino a dejarme ropa, pero no quise verla, estoy avergonzada de quien soy en este momento, cuando los enfermeros me pidieron salir a cenar no quise hacerlo, la doctora Charlotte les dijo que me dieran tiempo, que para mi era difícil acostumbrarme.


 

El día de hoy recibí un mensaje de Luke,

Isabella, la verdad no sabía que escribirte, pero me di cuenta que pensaba demasiado las cosas, lo único que debo decirte es que confío en que te recuperaras y yo estaré aquí esperándote cuando salgas.




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