Es difícil explicar como safamos de los regaños de mis padres, sumándole que mi madre se quedó paralizada al no poder creer el hecho de que Matt Hunter estuviera en nuestra casa era algo poco creíble.
Después de recibir los reclamos de mis padres, no fue tanto, ya que, Matt se ofreció a ayudar con la limpieza, fue divertido. Él ayudó a barrer y sacudir, aunque eso lo hicimos entre ambos, luego de terminar me ayudó a lavar la loza.
Transcurrieron varias horas, ya estaba por anochecer, era peligroso que Matt se fuera ya que por no traer auto era demasiado riesgoso dejarlo ir a pie, más que nada por los banda los asaltantes. Papá y mamá como gesto de cortesía lo invitaron a quedarse a cenar, a lo cual él contestó con un amable 'sí' glorioso y satisfecho.
Nos encontramos todos en el gran comedor, papá en la cabecera de todo, mamá a su lado y en seguida de ella Dany, Matt al costado de papá y yo al lado de Matt, y así comenzamos la gran cena familiar, mi padre decidió romper el silencio frustrado.
— y bien...— Comenzó mientras cortaba la carne en pequeños trozos en su plato— ¿Cómo va todo en la música, jovencito?
—Muy bien, gracias. — Sonrío nervioso, me miró unos instantes y sujetó mi mano sobre la mesa, a la vista de todos —Es más fácil con el apoyo de personas especiales, personas que sin importar las circunstancias están ahí, para afrontarlo juntos.
— Ya veo a lo que te refieres, señorito. — Dijo mamá, echando una mirada detenida ante nuestras manos entrelazadas— ¿Hay algo que quieran decir?
—Señores.— De nuevo habló Matt, —quiero pedir su permiso para ser novio de su hija, ¿podría ser eso posible?— Podía sentir su mano temblar, una gota de sudor se asomó por su frente, la expresión de papá era firme, mamá lo tomó por el hombro y le rogó con la mirada. Entonces papá sin ninguna expresión aún, asintió levemente, mamá besó su mejilla, la felicidad de mi madre no le cabía en el rostro, estaba plenamente feliz. Chilló por lo bajo.
—Muchas gracias, papi.— Le sonreí, ahora era yo quien tenía la sonrisa más amplia que mis mejillas— Me hac...
—Mucho cuidado con hacer sufrir a mi princesita.— Advirtió sin dejarme terminar— ¿entendido? —Matt sólo asintió aterrado por dentro.
Y la cena prosiguió en total tranquilidad, nadie hablaba, brincaba de felicidad por dentro, ahora somos novios oficiales, aunque hay un detalle, no conozco a su mamá aún, sí sé cómo es físicamente pero... nunca he cruzado palabra con ella ¿cómo reaccionará al saber que su hijo y yo somos novios? ¿lo aceptará?
La hora de dormir llegó, pero no puedo conciliar el sueño, algo no me dejaba dejar de pensar en Louisa Correa, su madre, la mujer que le dio la vida. Matt seguro ya está completamente dormido en la habitación de visitas que se encuentra justo al final del pasillo de donde está la mía.
Cuando logré acomodarme de lado y cerrar los ojos por completo mientras mantengo una almohada abrazada a mí, el chillido de la puerta abriéndose me hizo abrirlos de nuevo de golpe, tratando de escuchar algo más para saber que o quién es, pero por el contrario sólo hubo un escalofriante y terrorífico silencio. No me quedó nada más, qué voltear y mirar por mi propia voluntad, me armé de valor, giré lentamente y un suspiro de alivio salió de mí al verlo a él, sólo indicó que guardara silencio, manteniendo su dedo índice entre sus labios mientras cerraba la puerta sin girarse.
—No podía dormir. —Susurró mientras se escabullía bajo la sabana— ¿te molesta?
—Mientras no intentes...—Me interrumpió.
—Jamás haría algo que tú no quisieras, sólo abrázame,— y así fue, me acurruqué entre sus brazos. Me siento tan protegida, pronto mis ojos se sentían tan pesados que ya no los podía seguir manteniendo abiertos, poco a poco los cerré, adentrando mi cara en su pecho...
* * *
La molesta alarma del despertador sonó, sólo estiré la mano para apagadla, al volver mi brazo para abrazar de nuevo a Matt, sentí el lugar vacío, alcé la vista y no estaba alrededor de la habitación, la puerta de la duche se abrió y de ella se asomó un chico de perfecto abdomen, con la toalla alrededor de su cintura, el cabello mojado y ese pecho salpicado de algunas gotas de agua.
—Arreglé para desayunar con mamá.— Tenía entre sus manos su móvil, con la vista en él, lo miré shockeada. ¿cómo es que está como si nada así frente a mí?Sólo con una toalla alrededor de su cintura.— A menos que... quieras hacer otra cosa— Me miró —¿por qué me miras así?— Se percató de mi facción y tenía una sonrisa juguetona y divertida.
—Nada. —Tragué saliva, me puse de pie y caminé directo para ducharme.