Me desperté a las 10am, anoche me acosté tarde chateando con mis primos por Facebook hablando tonterías; Hoy no tenía clases así que después de lavarme y desayunar, me acosté a ver películas, ¡Que vacaciones las mías!
—Oriana ven a comer. —Era mi madre, pero ¿el almuerzo estaba listo? No era normal en mi casa almorzar a las 12pm.
…
—Hija necesito que vayas a buscar a casa de tu abuela unas cosas. —Dijo mamá, ya tenía lógica el hecho de que el almuerzo estuviera listo temprano.
—Mamá por amor a Dios, ¿usted está viendo cómo está el clima? Capaz salgo y me derrito. —Fruncí el ceño.
—Serás hielo. Alístate y anda ¡Por favor! No quiero discutir. —Replicó mi adorada madre.
No me quedaba de otra, me alisté y me dirigí a la parada a tomar el bus. ¡Dios mío, que pereza! Mi abuela y nosotras viviamos polo a polo, súper lejos y pensar que tenía que tomar dos buses para poder llegar y el sol que le dió por estar más playero que nunca.
Tomé el primer bus y este llevaba música a romper mis tímpanos y aparte el chico que tenía sentado a mi lado iba cantando esa música: "Si te gusta reggaetón dale", y la peor parte es que no se la sabia, solo repetía: "Si te gusta reggaetón dale" ¡por favor! yo llevaba 15 minutos en el bus y ya me la sabia. Llegué a mi primera parada donde tomaría el siguiente bus que iría directo a casa de mi abuela, este bus no llevaba la música tan alta pero llevaba una ranchera de esas corta venas, iban varias personas mayores e iban susurrando aquella canción: "Anoche estuve conversando con mi cigarrillo" y así pues, el chófer del bus repitió esa canción unas 3 veces, admito que me la sabia; pero la culpable es mi mamá desde que era pequeña la colocaba en casa y pues me la aprendí, era inevitable.
30 minutos después llegue a casa de mi abuela.
—Hija, Dios te cuide. ¿Cómo estás? —Era mi abuelita, la más hermosa de todas.
—Amen abuela, Bien ¿Y usted?
—En bendición hija, en bendición. —Respondió mi abuela alegre.
—Me alegro abuelita.
—En la mesa de la cocina están las cosas para tu mama, ve a buscarlas.
Fui por esas "cosas", quise ver lo que era pero estaba muy bien empaquetado.
—Listo abuela.
—Bueno, váyase rápido para que no ande tan tarde por allí. —Como toda abuela protectora, se despidió.
Nos despedimos y devuelta a mi trajín de buses. Afortunadamente estaba un bus detenido en la parada cerca de la casa de mi abuela y alcancé a subirme, este bus iba en un completo silencio, las personas que iban ni hablaban, pero me gustaba pues así podía viajar en mi mente sin perturbación alguna. Llegue a mi segunda parada para tomar el bus directo a mi casa, estuve como por veinte minutos; Ningún bus pasaba y ya eran las cinco de la tarde. Se hicieron las seis y gracias a Dios llegó un bus que cargo con todos las personas que teníamos una hora allí, hicimos fila, yo estaba de primera pero le cedí el paso a una señora mayor que se encontraba tras mío para luego subir yo.
Esperen, ¿Qué ven mis ojos? ¿Es el chico nuevamente? ¡Imposible! No puedo creerlo y me miró, levanto su mano señalando que había un asiento disponible a su lado; Me dirigí a sentarme con él, pero la señora a la cual le había cedido mi lugar en la fila se sentó, el chico me miró y sonrió, entonces me tocó sentarme en el asiento de al lado .
—Inclinando su cabeza al frente para poder verme dijo— ¿Vienes de la universidad?
Giré mi rostro para contestarle. —No, estaba en casa de mi abuela. ¿Y tú, estabas en la universidad?
—Él sonrió— ¡Su sonrisa es hermosa! Dentadura perfecta. —Sí, recién salgo. Por cierto, ¿alcanzaste entregar tu avance de tesis?
—Sí, gracias a Dios. ¿Y cómo te fue en tu parcial? —Pregunté.
—Salí bien, no necesite suerte. ¡Tuve éxito! —Dijo al sonreír.
— ¿Ustedes son novios? — En ese momento la señora que estaba sentada con el preguntó.
Los dos nos vimos inmediatamente y tanto él como yo nos sonrojamos.