Sonó la alarma, pues si tuve que colocar alarma porque no soy de levantarme temprano un domingo, bueno, ¿Quién se despierta a las seis de la mañana un domingo?
Tenía que tomar el bus a las ocho y media para llegar a las nueve y veinte aproximadamente a Biocafé. Que seguramente sería el lugar que Gary escogería, esa soy yo especulando en los gustos de mi amigo. Me dirigí al baño, cepillé mis dientes y me di una buena ducha; Empecé a buscar que ponerme y decidí optar por un Jean tubo talle alto con una camisa manga larga blanca con estampados coloridos, me coloqué unas converse blancas y alisé mi cabello para luego hacerme unas minis ondas en las puntas, me realicé un maquillaje fresco, muy de niña buena. Revisé mi teléfono y allí estaba el mensaje de Gary con la dirección del lugar donde nos veríamos, era en un lugar llamado "Chocolate Café" al cual yo nunca había ido. Mi mama no se había despertado así que no me despedí de ella, me dirigí a la parada del bus a esperar, pasaron treinta y cinco minutos para ser exacta para que lograra tomar un transporte, pero por suerte este era un metro bus, tenía aire acondicionado y puestos muy cómodos, incluso de esos donde puedes sentarte con alguien y verlo cara a cara.
Me senté en uno de esos puestos que a mi parecer son buenos para las parejas y buenos amigos… pero me senté en el que desde él puedes verle la espalda al chofer.
— ¡Hola!
Tenía en ese instante al chico del bus frente a mí, al parecer ya estaba en el bus cuando me subí, pues había caminado de la parte trasera del bus hasta sentarse frente a mí.
— ¡Hola! —Contesté sin ninguna emoción. Pero qué emoción podría tener si el tenia novia.
—Parece que es una costumbre encontrarnos y más en el bus. —Dijo mirándome como si tratara de descubrir algo en mí.
—Si, al parecer. —Le dije mientras quitaba mi mirada de él, me intimidaba un poco como me miraba.
—Te encuentras hermosa hoy. ¿Vas a verte con tu novio? —Preguntá al mismo tiempo que llevaba su mirada a la ventana del bus.
— ¿Novio? —Solté una risa. —Yo no tengo novio.
—Devolviéndome la mirada rápidamente como un flash dijo. — ¿De verdad? ¿Y el chico del café?
— ¿Por qué preguntas por él? ¿Estas celoso? —Dije sin pensar en mis palabras.
— ¿Celoso? —Dijo mientras su rostro se sonrojaba.
No sé por qué rayos dije eso ¡qué vergüenza!
— ¡Es broma! —Dije con una falsa sonrisa.
—Puede que tenga algo de razón esa broma. —Dijo con picardía.
— ¿Y por qué alguien que tiene novia, celaría a otra chica y más a una que es una desconocida?
Acercándose a mi rostro. —Primero, no tengo novia. Y segundo, no eres una desconocida.
Estaba mega nerviosa en ese momento, eso no lo causaba cualquier persona. Honestamente sentí tranquilidad cuando dijo que no tenía novia, pero al final es un chico… Sus respuestas siempre serán de acuerdo a su conveniencia.
— ¿Y la chica del café? —Pregunté.
— ¿Estas celosa? —Dijo él con ironía.
—No, no tendría porque que estarlo. —Gruñí en ese momento.
— ¿¡Por qué soy un desconocido?! —Con una sonrisa pícara me dijo.
— ¿Me estas respondiendo con mis mismas palabras?—Pregunté con sarcasmo.
—Tu mama tenía razón, eres muy inteligente. Recuerdas la pregunta que nos hicimos mutuamente de ¿hermanos o novios? —Preguntó mientras miraba su teléfono.
—Sí, lo recuerdo. ¿A qué viene eso?
— ¡Novios!
— ¿Qué? —Exclamé desconcertada.
—Mi respuesta es Novios, me gustaría que fuéramos novios.
Me quede perpleja ante tal respuesta. Era increíble que el dijera eso, aunque era lo que quería escuchar… Pero no, enserio; solo eran días de conocerlo, en realidad ni sabía su nombre.
—No me sorprende tu respuesta. —Dije al mismo tiempo que le regalaba una sonrisa.
—Sí, lo sé Oriana. —Tomé mi mano y dijo —Tu nombre me gusta.