Querido chico del café:
Ya hace una semana que estas en el hospital, parece que tu accidente no fue muy grave pero si tuviste ciertas lesiones en cuerpo, el día en que te fui a visitar con tu amigo Tanner (tuvimos que esperar a subirnos al taxi para que me dijera su nombre) Estabas en aquella camilla lleno de mangueras y tubos que te ayudaban a respirar.
Me sentí enferma y por alguna extraña razón sentí que todo era mi culpa, cuando despertaste y me viste sonreíste, pero no fue una sonrisa de amabilidad fue una sonrisa de cariño, amor una sonrisa real. Me dijiste con los ojos rojos y llorosos un "Lo siento Aria, lo arruine todo" Yo simplemente tape mi rostro con mis manos y tu acariciaste mi mejilla.
Tu tacto en mi piel hizo que todo mi cuerpo se estremeciera, me acerque a ti a quedar a centímetros de tu rostro, cerré los ojos imaginando lo que pudiera haber pasado, sentí tu aliento chocar con mi rostro, pero en eso la enfermera me indico que saliera del hospital y el momento se rompió.
Como me hubiera gustado que ese momento tan especial y único nunca fuera interrumpido.
Atentamente: Aria