Aparqué el auto a un lado de la acera, antes de bajarme me cerciore de que traía bien recogido mi cabello. No quería que una vez dentro ella se me abalanzara a mis mechas y tirara de ellas como la última vez que nos vimos.
Pensé por unos minutos más en si bajarme o no pero luego de meditarlo lo hice. Caminé hacia su casa y toqué el timbre. Mientras esperé a que alguien se dignara en abrir observé las casas a mi alrededor, todas las casas eran lujosas y sus propietarios eran gente adinerada. De pronto un animalito de ojos azules me observó a un lado de la puerta.
Era blanco y peludo. De inmediato a mi mente llegó misifu y me agache para acariciar su pelaje y que ronroneara como lo hacía mi gato pero no sucedió eso sino que gruñó y me observó con odio.
—Lindo gatito, no me hagas daño...¡No!
El animal se abalanzó hacia mí pero en ese mismo instante abrieron la puerta y lo tomaron en brazos. —¿Miseria?
El individuo rubio frente a mí me sorprendió, detrás de él salió Rita y sus ojos se agrandaron.
—Hola —Los saludé incómoda. ¿Desde cuándo esos dos se visitaban?
—¿Miseria, qué haces aquí? —Preguntó la chica con la voz firme, definitivamente aún estaba molesta conmigo.
—Yo, necesito hablar contigo. —Miré a Charley —A solas.
—Si, yo ya me iba. Rita nos vemos después.
Diciendo esto se alejó y ambas nos quedamos atrapadas en una especie de silencio incómodo.
—¿Vas a hablar o te vas a quedar ahí como una estatua?
—¿Puedo entrar?
—¿A que viniste Miseria? —Su voz sonó cansada e irritada y supuse que se encontraba tan incómoda como yo.
—Vengo en son de paz.
—Olle, no quiero problemas, ni contigo ni con nadie y desde ya te lo digo, no quiero tus disculpas y tampoco me voy a disculpar contigo. Ya bastante tengo con los videitos que aún circulan en instagram como para verte otra vez.
—¿Por qué me odias tanto eh?
—No te odio.
—¿Y entonces? ¿Por qué razón eres así conmigo? ¿Todo fue por Alex? ¿Tan importante fue para ti?
—Claro que no, ni que estuviera tan bueno.
—¿Y entonces?
Por un momento creí que no diría nada, sólo observó la calle y apretó el contorno de la puerta con fuerza para que no entrara en en su casa pero al final habló —No lo se, no me caes bien, siempre vas por ahí sonriendo como si tuvieras una vida perfecta.
—No tengo una vida perfecta y si vivo sonriendo es porque pienso que debemos dejar los problemas a un lado, la vida es demasiado triste como para ir por todos lados amargada. Rita, no se que concepto tienes de mí pero te juro que es erróneo. El hecho de que sonría y haga chistes a toda hora no quiere decir que sea feliz. Tengo problemas como todos, inseguridades, arrebatos y ataques de pánico. Vine a pedirte perdón por lo que hice, por seguirte la corriente, por dejarme llevar por ti. Ojalá un día dejes tus inseguridades y tus complejos de inferioridades y quieras ser mi amiga, yo estaré donde siempre y serás bienvenida.
Diciendo esto me di la vuelta pero antes de dar dos pasos dijo con voz cortante —Eso nunca va a pasar. —Y tiró la puerta con fuerza.
En serio esa chica tenía problemas, de igual forma ya yo había cumplido con ir hasta su casa a pedirle perdón, con eso estaría tranquila. Ya el tiempo se encargaría de hacerla cambiar de opinión o tal vez no.
Cuando estaba saliendo a la calle vi como Charley se encontraba recostado de mi auto. Al verme me regaló una sonrisa y dos olluelos se remarcaron en su rostro.
Hacía tiempo que no lo veía, lo último que había sabido de él era que tenía novia aunque no sabía quien era y que pronto asistiría a una de las mejores universidades del país.
—Supuse que no tardarías y decidí esperarte. Hace tiempo que no hablamos.
—Desde la fiesta de graduación ¿no?
—No, nos vimos después, o al menos yo te vi, en el cumpleaños de Lía. —Sonrió con nerviosismo.
—Disculpa, no te vi.
—Estabas con Alex, ambos estaban bailando. Por eso no te saludé. —De pronto entre ambos se notó un ambiente raro. No se como explicarlo, fue como si no tuviéramos nada en común, como si hubiera pasado demasiado tiempo y ya nada entre los dos fuera igual, si es que alguna vez entre ambos hubo algo. —¿Y qué haces por aquí? —Preguntó para cambiar de tema.
—Vine a pedirle disculpas a Rita, por lo del otro día, no se si viste el vídeo de nuestra pelea.
—Si, lo vi, todos lo vieron. Ambas se estaban peleando por él. Al parecer Alex es un chico muy afortunado. ¿No? La chica que amo y la que amé se pelearon por él.
—¿Tú y Rita están saliendo?
—Si —Sonrió —Es irónico pero, en el momento en el que más lo necesité ella estuvo ahí para mí después de que te fuiste con Alex en aquella fiesta y sucedió lo mismo cuando Rita estuvo deprimida por lo del video de la pelea de ustedes, fui el único que estuvo todo el tiempo con ella. Y aunque parezca un cliché entre ambos surgió algo, no se si fue el hecho de que de alguna forma u otra a ambos nos terminaron rompiendo el corazón pero ahora estamos juntos.
—Me alegro, de verdad. Es bueno que ustedes sigan con sus vidas. Ojalá olviden un día todo lo que sucedió y seamos amigos.
—Por mí está todo olvidado y superado. —Volvió a sonreír y después de despedirnos cada uno siguió por su camino.
En ese momento, cuando puse mi auto en marcha y aceleré en dirección a mi edificio me di cuenta de que nuestras vidas habían cambiado mucho, incluso Rita y Charley habían seguido adelante y era bueno ver como todo poco a poco iba tomando su lugar.
El tiempo iba pasando y los días de vacaciones estaban a punto de terminar. Pronto comenzaría una nueva etapa de mi vida y en ese momento estaba cerrando de una vez por todas esos ciclos que quedaban aún abiertos del tiempo de instituto. Aunque aún me quedaba uno, el mayor de todos, debía decidir si seguir por el camino del baile o optar por otra cosa. Fuera lo que fuera sería parte de mi futuro por eso debía pensarlo muy bien.