El chico invisible que vive en mi casa

Capitulo 11

POV Rose

—Ja, ja, ja, si ellas supieran—digo sonriendo.

Se cierran las llaves y se apaga el rociador—no puedo ir a clases de esta manera—expreso viendo el vestido hecho pedazos.

—Ponte el abrigo de Bily—dice el Espíritu.

Saco el abrigo de mi bolso y me lo pongo
—lo bueno es que este abrigo es grande—
luego, busco el celular de Ana y lo tiro a la basura—ya vámonos.

Salgo del baño y me voy directo a mi auto
—si regreso a casa ahora, notarán mis padres que no fui a clases y no quiero angustiar a mi madre con esto que sucedió—le comento al Espíritu mientras me siento en el asiento del conductor.

Recuerdo que tengo el diario de Adelaine en mi bolso y decido leerlo, busco la página que le sigue de la que había leído.

10 de marzo 
Mi esposo se apuesto en contra mía, tenía esperanzas con él de que me creería pero no lo hizo.

Se muy bien que eres real, una persona en realidad y no solo una cosa o un Espíritu flotante, confío en que algún día puedan creerme que tu realmente existes.

Busco en el diario la fecha de un mes después, lo leo y dice:

11 de abril
No lo aguanto más, ¿qué puedo hacer cuando veo que estoy siendo acosada pero nadie piensa que digo la verdad?

Ya les dije y piensan que estoy loca, él me observa, me da terror, espantada estoy por ello.

Librame tu, querido amigo de este calvario porque ya no aguanto más, los días se me hacen eternos, en quitarme la vida pienso.

Pero me detengo porque esto no te parece bien y agradarte, mucho quiero.

Ven, amado mío, sacame de esta situación pues, estoy desesperada.

Voy hacia la última página.

5 de mayo
Ya me despido de ti, maldición en mi vida has sido, no quiero saber de ti.

Por tu culpa dice mi esposo, loca está, llevenla al manicomio. Tengo los ojos gastado de llorar por las noches y ese hombre...ese hombre viene y me toca pero grande es Dios que no me ha desamparado.

Algún día tendrá su merecido pero, para mi desgracia él me ha elegido, dice dentro de sí, nadie me ve, haré lo que quiera con está.

Maldito con gran maldición, ruego a Dios que llegue él día en que acabe esto porque aguantar más no puedo.

Escucho que tocan la ventana del auto de donde estoy sentada y me sorprendo al ver que es Bily. Bajo el cristal—hola Bily
—le digo y él sonríe.

—Hola Rose, se te veía muy concentrada leyendo, ¿qué leías?—pregunta y yo no se que responderle.

—Ummm.

—Oh, disculpa. No es de mi incumbencia.

—Te iba a devolver el abrigo pero pasó un incidente.

—Esta bien, no hay problema. Sobre lo de anoche...—dice y puedo ver que está  ¿avergonzado?

—No pasa nada, solo estabas borracho y te dejaste llevar, eso es todo—manifiesto.

—¿Puedo invitarte un café como disculpa?—cuestiona.

—Bueno...—expreso dubitativa—esta bien
—decido al fin.

Guardo el diario en el bolso y salgo del auto—Espíritu, ven conmigo ¿si?

—De acuerdo—responde y me toma de la mano lo que me hace sonreír.

Vamos a una cafetería y nos sentamos en la mesa de el fondo. Se acerca el camarero y pedimos dos cafés.

Observo que hay como un mural donde pegan periódicos en una esquina—levantate y ve haberlo que te quiero mostrar algo—articula el Espíritu.

—Iré a ver el mural, ya regreso—le comento a Bily.

Voy hacia el mural y una noticia del periódico me llama la atención que dice: asesinato de una familia New jersey—lee ese artículo—me dice el Espíritu y sigo leyendo.

—El padre mató a su familia por ataques de ira y personas aseguran que estaban discutiendo fuertemente el día del asesinato por razones de infidelidad sabiendo que estaba embarazada tomó el arma y le disparó a su hija luego a su madre y después a él mismo—leo y veo la imagen que tiene entonces, me asombro con gran asombro.

—Es la chica de la foto del cofre—le digo al Espíritu.




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