El chico invisible que vive en mi casa

Capitulo 23

POV Rose

Quito los zapatos que llevo puestos y me acuesto en la cama de frente—Espíritu—lo llamo y siento que se acerca a mi.

—Aquí estoy.

—¿Qué debo hacer ahora?

—Esperar, tenemos que convencer a Bily de que se entregue a la policía y también buscar evidencias para que lo arresten—dice y pienso, en si simplemente debo escapar de este lugar—Rose, no tienes dinero para si quiera tomar un autobús y mucho menos un sitio donde estar en el que puedas ir, hagamos esto primero que después estarás devuelta en tu casa tranquila.

—De acuerdo. Hay algo que me da curiosidad y que me pregunto.

—¿Qué es?

—Adelaine, ella estaba embarazada y según me contaste no era de su esposo entonces, se encontraba en cinta por Chad ¿verdad?

—Correcto, no pude ayudarla porque estaba muy apenado por algo que ella había hecho.

—¿Cómo qué?

POV Espíritu

Miro a Rose recordando con nostalgia aquel día.

Inicio del flashback

Estaba Adelaine gritando con todas sus fuerzas que la soltaran pues, su esposo llamó a unos enfermeros para que se llevaran a su esposa porque pensaba que estaba loca.

—Adelaine, Adelaine—la llamaba mentalmente tratando de que se tranquilizara pero, no me escuchaba.

—Será mejor inyectarla—decía uno de los enfermeros después que Adelaine comenzó a dar puñetazos y patadas cuando la estaban sacando fuera de la casa.

Le ponen un sedante y logran hacer que se calme, la entran a la ambulancia llevándola al hospital psiquiátrico.

Luego que pasa como una hora, ella recobra la conciencia y se sienta en la cama donde la pusieron—¿q-qué pasó?—articula tocándose la cabeza pues, le dolía un poco.

—Te pusieron un sedante y te trajeron a este hospital psiquiátrico—le digo acariciando su cabeza.

No dice más nada hasta que entra un enfermero—ya despertaste—le revisan la presión arterial con un tensiómetro y miran sus pupilas—todo en orden por aquí.

Posteriormente, la llevan al comedor y cuando se sirve su comida, se sienta en una de las mesas de la esquina—Espíritu, ¿cuándo crees que podré salir de aquí?

—Tendrás que durar unos meses lamentablemente Adelaine—le contesto y ella frunze el ceño.

—No pienso durar tanto tiempo en este lugar.

—Está hablando sola—se dan cuenta los enfermeros que estaban en el comedor ya que, ella estaba sola en la mesa en la que estaba.

Termina de comer y la llevan devuelta a su cuarto, todo el día se la pasaba hablando conmigo en voz alta y aunque, yo le decía que me respondiera mentalmente, ella decía que soy una persona y que debe tratarme como tal.

Eso me hizo muy feliz porque eso es lo que quiero, que me traten como una persona pero, a consecuencia de esto, le ponían muchos medicamentos y le daban terapia electroconvulsiva.

Estaban haciendo que se deteriorara mentalmente con sus intentos de querer borrar de la mente de Adelaine mi existencia y como ella no estaba de acuerdo, seguían haciéndolo, hasta que después de unos meses tomó una decisión.

—¡No quiero volver a hablar contigo!, estoy harta de todo esto, quiero salir de aquí.

—Adelaine, calmate—manifiesto tratando de tranquilizarla.

—¡No!, no me digas que me calme. Estoy cansada de sufrir, quiero que te largues. ¡No quiero volver a verte jamás!

Final del flashback

Eso que dijo me entristeció mucho y me fui de su lado como resultado, el cerco de protección que tenía cuando yo estaba con ella se quitó y empezaron en la noche a violarla—le comento a Rose—Chad llegó nuevo al lugar y le gustó Adelaine, abuso de ella como por cuatro meses.

—Oh, que mal.

—Sí.

—¿Pero ella no pensó en decirle a alguien?

—Lo hizo, pero no le creyeron. Logró conseguir que le dieran el alta y cuando llegó a su casa quiso buscarme otra vez así que, la perdone por lo que dijo pero, ya era tarde porque ella había quedado embarazada y también pasó por todo eso.

—Espíritu, quiero que sepas que por más cosas que me pasen por tu causa yo no pensaré en querer que te vayas de mi lado, ¿de acuerdo?—expresa Rose y la miro con intensidad sonriéndole.

—Tienes que descansar por lo tanto, cierra tus ojitos y duermete—le digo cubriéndole con la sábana.

—¡Sí, señor!

Concilia el sueño después de un rato, la miro dormitar y me quedo contemplando su semblante—duerme bien, amada mía—le deposito un beso en la frente y la dejo descansar.

 




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