Capitulo 28

POV Rose

Termino de leerlo y se me arremolinan un poco los pensamientos—¿es mucho para procesar?—me pregunta el Espíritu.

—No, esta bien—respondo—¿por qué querías que leyera esto?

—Para que sepas como inició todo y además...

—Además...

—No se si debería decírtelo ahora...

—Por favor Espíritu, quiero saber.

—Tu...eres una híbrida, tu padre es descendiente de los ángeles caídos y pasa que, tu tienes que procrear una hijo con un ángel caído para que sea de sangre pura y la guerra entre los ángeles caídos y los seres humanos acabe—dice todo de golpe y me cae como balde de agua fría.

—¡¿Qué?!—expreso asombrada.

—Sí Rose, y Bily es un ángel caído pero, no tienes que tener necesariamente relaciones sexuales con él porque, el hizo una donación de un banco de esperma aunque, fue con otras intenciones—articula y yo toco mi frente pensando que ¡hay más!—lo hizo para encontrar a la mujer que es descendiente de los ángeles caídos con el propósito de que ella conciba y tener control total de esa persona para hacer más mal a los de la tierra.

—Woa, ahora si es demasiado—digo tratando de procesar todo.

—Tranquila, poco a poco lo harás—manifiesta el Espíritu tocando mi mano.

—Bien, ¿podemos resolver primero lo de Bily y también lo de mi padre?

—Muy bien, hablaremos de eso después.

Salgo del cuarto y camino rumbo a la sala para ver que van hacer conmigo sin saber si voy por el camino correcto, me topo con Fred—hey, ¿ya terminaste?—pregunta y yo asiento con la cabeza.

—Te daremos estadía por algún tiempo o hasta que te quieras ir así que, acompañame, te mostrare la que será tu habitación.

Lo sigo y llegamos a la habitación pero yo le digo que aún no quiero descansar si no, que tengo que resolver algo primero yendo a la estación de policía.

—Bien, yo iré contigo—dice y estando yo de acuerdo, vamos juntos.

Digo al primer oficial de policía que veo cuando entramos que, tengo evidencia de violaciones que le han hecho a varias chicas y que yo había sido secuestrada además de vendida en una subasta.

—Bien, ¿cuál es su nombre?—me pregunta la oficial.

—Rose Cooper Rochester.

—¿Puede decir cómo la secuestraron?

—Yo fui a la casa de Chad el doctor y descubrí una habitación como en un sótano donde había una chica encadenada le quité las cadenas pero, escuchamos pasos así que, me escondí debajo de la cama, no se que pasó con ella porque salió pero no la volví haber después que me descubrió Bily quién, me puso algo con un trapo y perdí la conciencia despertando luego encadenada para, ser vendida en la subasta—expreso y la mujer ni pestañea—parece que no me cree—pienso—tengo esta cámara donde hay grabaciones de las víctimas siendo abusadas.

Le paso la cámara y ve algunos de los vídeos—bien, con esto es suficiente. Solo déjeme su número para llamarla cualquier cosa, nosotros nos haremos cargo de aquí en adelante—dice y yo le explico que Chad trabaja en el hospital psiquiátrico y a Bily lo pueden encontrar en la universidad especificandole el horario y la materia donde puede estar.

Salimos del lugar y le pido a Fredi que vayamos a una tienda para comprar una cámara pidiéndole también, que me preste dinero para más tarde pagárselo.

—¿Para qué la quieres?—me pregunta.

—Para ponerlo en la sala de mi casa y ver si puedo grabar a mi padre golpeando a mi madre.

Le solicito de igual manera, que me lleve a mi casa, dándole la dirección llegamos y yo entro encontrando la puerta abierta además de escuchar gritos.

Enciendo la cámara rápidamente y comienzo a grabar captando en ese mismo instante a mi padre pateando en el abdomen a mi madre—¡ya para!—grito llena de tristeza y preocupación por mamá pero él no se detenía.

Marco al 911 y le digo lo que esta sucediendo entonces, Fredi escuchando el alboroto entra y despega a mi padre de mi progenitora golpeándolo en la nariz.

Se tranquiliza Yonas después del golpe y llega la policía y se lo llevan preso mientras que, mi madre la llevan al hospital.

Allí le recetan algunos medicamentos para el dolor y por suerte no tuvo nada grave y volvemos a casa.

Hablé con Fredi y le di las gracias luego de haberle pagado claro.