El Chico Menos Probable

Un cantante y un guitarrista

 

—Karlie, hola —es mi hermana Allie.

Levanto mi rostro —Allie, ¿Qué hay?

No me regañes por las papas fritas. No me regañes por las papas fritas. No me regañes por las papas fritas.

Mira mi plato. — ¿Qué dijimos, Karlie? Debes comer algo más que esto, ¿Si?

Me regañó por las papas fritas.

Mira mi familia comparte un talento: el de avergonzarme sin mucho esfuerzo. Hablo en serio, pero después de diecisiete años ya te acostumbraste a que la gente se ría por culpa de tu familia, así que ahora simplemente lo dejo ser y no me resisto.

—Comeré una manzana después —llevo un dedo a mi boca—. Y no digas esas cosas, espantaras a los clientes.

Rueda los ojos —Mira, solo quería decirte que hoy cerraremos un poco más tarde —voltea hacia la mesa donde está Adam—. Será mejor que vayas con ellos, sabes que papá no le gusta cuando te quedas sola.

Es por esto que Adam me ve como una niña pequeña, a pesar que no soy la más joven entre mis hermanas me tratan como si fuera una niña pequeña e indefensa. —Está bien, me iré a la casa de Adam —de todas formas tengo que ayudarlo con la terea—, pero, ¿Qué hay de Hannah?

Bufa. —Hannah estará con Brad o algo así, ya sabes cómo es ella.

Al menos yo sí sé ocultar mi enamoramiento por Adam, no como Hannah quien últimamente no se separa de Brad. A Brad no le molesta, tienen pasatiempos similares como videojuegos y películas de superhéroes, además él es un chico agradable. Todos en esa familia son agradables.

—Bien, bien —señalo a Adam—. Estaré con mi niñero.

Allie sonríe —Nos vemos entonces —frunce el ceño cuando nota que hay dos chicos aquí, creo que no los había visto o había asumido que las figuras al otro lado de la mesa eran Rossy y Melanie, como algunas veces sucede cuando viene conmigo a comer—-. Ah, lo siento, soy la hermana mayor de Karlie, ustedes deben ser…

Mason levanta la mano. —Somos parte del mismo club y compañeros también.

Supongo que si somos compañeros pero, ¿llevamos clases juntos? ¿Los he visto en estos días que han pasado?

—Club —levanta una ceja—. Bueno, entonces los dejo en paz, nos vemos Karlie —se dirige a ellos mientras limpia sus manos en su delantal negro—. Disfruten su comida.

Cuando Allie se va, suspiro. No me sorprendería que papá se apareciera ahora solo para terminar con el concurso de “avergonzar a Karlie” y que me preguntara si aún tengo cólicos.

Ayer me dolía el abdomen y eran cólicos por mi periodo, papá me preguntó si estaba bien cuando me vio acurrucada en el sofá y le expliqué que estaba en mis días.

Papá no se asusta con esas palabras como muchos hombres, tiene tres hijas y una esposa, sabe cómo lidiar con algo tan normal como la menstruación. Pero eso que sea normal no significa que me gustaría que preguntara: “¿Aun sientes cólicos? ¿Necesitas que compre toallas sanitarias?” Como lo hizo el verano pasado mientras que Brad y Adam estaban a pocos metros de distancia.

—Eres popular —Erick admite—. Conoces muchas personas.

Bufo. —No es ser popular, es ser la hija de los dueños de este restaurante —miro hacia Luke quien está sirviendo en otra mesa—. Luke es como de la familia a este punto, al igual que Adam. No cuenta si es familia.

Ellos prueban su comida y afirman que sabe muy bien. Yo mastico mis papas mientras me cuentan sobre su escuela anterior, Erick dice que él jugaba futbol americano pero que ahora prefiere la música, que siempre la ha preferido. Mason me cuenta que él no quería ir al club pero Erick lo convenció y que lo único que sabe hacer es cantar.

Pues sí canta muy bien.

Erick vuelve a decirle algo telepáticamente con una mirada y Mason sonríe de lado. Quiero saber qué se están diciendo pero si lo hago, estoy segura que no me dirán sus secretos.

Terminamos y ellos se preparan para pagar pero les explico que esta vez corre por mi cuenta. Luke estaba detrás de mí y entre risas, habla: — ¿Tu cuenta? Tus padres pagarán eso.

Levanto mi rostro hacia él —Luke, estoy intentando impresionar a mis nuevos amigos, ¿Vas a arruinar mi vida social?

Rueda los ojos. —Entonces paga tú y así los impresionas.

Mason saca dos billetes —Está bien —lo deja sobre la mesa—. Vamos a pagar.

Erick saca otro billete —Y la propina, por supuesto.

Luke me señala. — ¿Ves? Deberías aprender de ellos.

Toma el dinero y se aleja una vez más.

Los llevo hasta afuera de la puerta y levanto mi mano. —Nos vemos mañana.

Erick asiente. —La comida estuvo muy buena, gracias Karlie.

—Claro, cuando quieran vengan a comer aquí, los miércoles dan pastel de limón gratis después de las cuatro si ordenas un menú tradicional —anuncio señalando el rotulo al lado de la puerta.

Mason me sonríe. —Después de las cuatro, eso es después del club, ¿Deberíamos venir aquí mañana?

Me encojo de hombros. —Si quieren…

—Contigo —agrega—. Venir aquí, contigo, ¿está bien?

No tengo nada que hacer, mis amigas están ocupadas y Adam también. Creo que es una buena idea pasar el rato con ellos, quizás se conviertan en mis nuevos amigos.

Levanto un pulgar. —Suena a un plan.

Ambos se van y regreso al restaurante, Adam sigue con sus compañeros del equipo y yo me acerco al mostrador para avisarle a mamá que me iré a la casa.

—Karlie —llama Adam detrás de mí—. ¿Ya te vas? —Se levanta de un salto—. Nos vemos después chicos, paguen todo y paguen lo mío.

Escucho como se quejan pero Adam se coloca detrás de mí y sus manos se posicionan en mis hombros. —No tienes que acompañarme a casa. —Pero quiero que lo haga.

— ¿Por qué no? —Sonríe con su rostro cerca del mío—. Me gusta pasar tiempo contigo, somos amigos, ¿no?

Sí, ese es el problema.

Solo somos amigos.




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