Adam no encajaba en el término “belleza subjetiva” su belleza era, sin duda, objetiva.
Adam es alto, practica futbol americano y eso le ha dado un aspecto llamativo, sus ojos son verdes y su cabello es de un rubio sucio. Mamá me dijo un día que él le recuerda a Leonard DiCaprio joven, busque fotografías de él en internet y estoy en parte de acuerdo. Adam tiene los labios un poco más rellenos que Leo y su cabello es más oscuro.
Desde la mesa podía ver a Adam con sus amigos deportistas y un par de chicas que son animadoras. Intento no mirar demasiado hacia esa dirección pero no puedo evitarlo. Cuando te gusta alguien solo quieres observar a esa persona, solo quieres admirar su existencia por horas y horas.
— ¡Karlie! —Rossy aplaude frene a mí—. ¿Estás bien? Casi parece que te has muerto con los ojos abiertos.
Melanie suspira. —Déjala, está enfocada en Adam, suele hace esto cada vez que ambos están en el mismo espacio.
Rossy suelta una risita. —Eres adorable Karlie, pero si sigues viéndolo de esa forma alguien pensará que eres una acosadora.
La miro por encima de los aros de mis gafas. —Querida Rossy, soy una admiradora, no acosadora —recuesto mis codos sobre la mesa—. ¿Y cómo les ha ido en su club de gente superdotada?
—Es solo arte —Mel responde—. Y genial, empezaremos con retratos.
—Melly me pintará a mí y yo a ella —Rossy batea sus pestañas.
Resoplo. —Que cursis son, pero lo apruebo. Espero se casen y tengan muchos gatitos y perritos —Mel es más de gatos y Rossy de perros.
Rossy niega, con una sonrisa.
—Hola —Brad se aparece de la nada, se sienta a un lado de mí y a su lado hay un chico que no había visto antes, su es piel oscura y de cabello rizado—. Oye Karlie, ¿Puedes hacerme un favor?
—Hola Brad —Melanie saluda.
Brad sonríe rápidamente a su dirección — ¿Qué hay, señoritas? —regresa su mirada a mí—. Entonces, ¿Puedes hacerme un favor?
—No —tomo un trozo de manzana.
Brad me ignora y sigue con su petición: —Necesito que le digas a Adam que fui a casa de Johnny para estudiar, ¿sí?
Levanto una ceja. — ¿Quién es Johnny?
El chico levanta la mano y sonríe. —Soy Johnny.
—Y te lo presento ahora así que ya no es un desconocido —me da una palmada en la espalda—. ¿Si? Gracias Karlie, eres la mejor del mundo.
Brad comienza a levantarse pero tomo su sudadera y lo detengo. —Oye espera, tu eres el que lleva a Hannah y a Trevor, ¿Qué harás con ellos?
Brad toma un trozo de manzana de mi plato. —Em, Hannah estará con nosotros y pasaré a dejar a Trevor con tus padres, ¿Sí? Le diré que ayude a limpiar o algo.
—Brad… —empiezo—, sabes que tus padres no les gusta que hagas cosas así, se supone que si haces algo más te quitaran el auto.
Niega y vuelve a levantarse. —Solo estaré con Johnny, es un gran tipo —Johnny también se levanta—. Nos vemos, hermana.
Rossy entrecierra los ojos cuando ellos se mueven a otra mesa. — ¿Te dijo hermana?
Ruedo los ojos. —Es una tontería, en verano él y Adam se pelearon y Brad dijo que sería mucho mejor si yo fuera su hermana.
Melanie sonríe. —Ustedes son básicamente familia, ¿no? Siempre que voy a tu casa hay alguno de ellos ahí.
Levanto mi mano. —No digas eso nunca jamás, si fuéramos familia significa que Adam sería mi hermano y eso está mal en muchos sentidos.
Rossy niega, riéndose un poco. —Oye, ¿Qué pasó con Mason? ¿No te gusta?
Melanie se inclina sobre la mesa. —O Erick, el chico es guapo.
—Guapo —repito y mis ojos se mueven a Adam, quien ahora señala a una chica mientras sonríe—. Puede que lo sea pero en esta escuela el ochenta por ciento de los estudiantes lo son, no me impresionan.
Melanie muerde lo último de su sándwich de jamón. —El problema es que alguien está demasiado aferrada a un chico que no sabe lo genial que eres —suspira—. Como sea, igualmente sigo apoyándote y ya lo sabes, si se casan seré la dama de honor.
Sonrío tristemente. —Sí, lo serás.
Espero algún día poder tener a Rossy y Mel como mis damas de honor, aunque ese sueño parece muy lejano.
Rossy mueve su cabeza al fondo. —Um, ahí están ellos, ¿no? —apunta levantando el dedo disimuladamente—. Mira, tus nuevos amigos.
Mis ojos se dirigen a la derecha. Mason y Erick hablan entre ellos moviendo las manos de arriba hacia abajo, parecen estar divirtiéndose por la manera en que ambos sonríen y ríen.
Sin duda son mejores amigos, se ven como si estuvieran en su propio mundo cada vez que hablan entre ellos. Supongo que así me veo cuando estoy con mis amigas, nos encerramos en nuestro propio universo.
Melanie toma su bandeja —Ahora regreso, iré a tirar esto —sale de su asiento y camina en dirección contraria de mis ojos.
Rossy toma su teléfono y me enseña unas fotografías de su nueva mascota, es un cachorro rescatado del albergue donde trabaja su mamá. Parece ser un perro de esos que no tienen una raza definida, como una mezcla de varios perros. —Se llama Lulú, ¿No es hermosa?
Asiento. —Es adorable.
Luego me enseña un par de videos donde Lulú juega con unos zapatos viejos y muerde alegremente hasta arruinarlos por completo. —Es tan dulce, le gusta colocarse a un lado de mí y siempre lame mi rostro, me alegra que ahora tenga un hogar.
Sigo viendo todos los videos que ella me muestra cuando noto que algunas personas se colocan a mi lado de la mesa, levanto la mirada y Melanie sonríe mientras me da una mirada para que vea a quienes están a su lado.
Mason y Erick.
Rossy baja su rostro intentando no mostrar su sonrisa. —Ah… Melanie —no puedo creerlo que mi amiga esté jugando de cupido con estos pobres chicos—. ¿Qué pasa?
Erick sonríe. — ¿Podemos sentarnos con ustedes? Melanie dijo que podíamos ir a su mesa si queríamos.
Rossy suelta una risita, yo tomo aire. —Eh, supongo —parpadeo tres veces—. Digo, yo no soy la dueña de esta mesa. Asumo que es como de dominio público, ¿no?