El Chico Menos Probable

Brenda y su magia

 

Si la ciencia no puede ayudarme, el maquillaje lo hará.

Ayer le avisé a Allie que me iría más temprano y mentí, dije que iría con Melanie a su casa para terminar un proyecto antes de ir a la escuela. Allie no se veía muy convencida pero luego, aceptó.

Es por eso que salgo por la puerta del frente justo antes que mis padres noten lo que estoy haciendo.

Veo a Mason estacionado un poco detrás de mi casa, corro hasta él, quien está recostado en la puerta del pasajero.

—Hola —Saludo mientras siento el viento de la mañana es frío, me froto los brazos mientras recuerdo que dejé mi sudadera en mi cama.

Mason sonríe y se mueve un poco para abrirme la puerta. —Hola Karlie, pasa.

—Gracias —entro y saludo a Erick quien está en el asiento trasero—. Hola Erick.

Erick levanta una mano. — ¿Cómo estas Karlie? ¿Lista para tu transformación?

Siento cosquillas cuando pienso en eso, en que hoy podría ser finalmente el día donde Adam deje de verme como su hermanita pequeña y me mira como una chica real. Como Karlie y no Karl. —Sí, lista.

Mason entra y comienza a conducir.

Ayer por el grupo Oscar envió su dirección y también avisó que su mamá estaba muy feliz por ayudar con todo esto. Estoy tan emocionada, es la primera vez que tendré un maquillaje real en mi cara, ¡Ya quiero ver el resultado!

Hoy a diferencia de ayer, hice algo diferente con mi cabello. Esta vez presioné la secadora contra un peine para aplanar un poco el cabello y aunque aún esté algo esponjado, se ve más decente. Estoy considerando comprar una alisadora de cabello pero no sé si tengo todavía mucho dinero, ahorré un poco durante el verano cuando trabajé para mis padres pero, ¿será suficiente?

No importa, si tengo que endeudarme lo haré, con tal de hacer las cosas bien y demostrarle a Adam que yo puedo ser una chica que robe su corazón. Lo haré.

Cuando estás enamorada de alguien haces cosas muy tontas, realmente tontas. Es darlo todo o rendirte y no me rendiré. He amado a Adam por todos estos años, no es momento para tirar la toalla, es momento de hacerlo bien y dar lo mejor de mí.

Mamá suele escuchar a un predicador los domingos y una vez escuché que él dijo “en el dolor encontramos nuestra verdadera valentía” no creo que se haya referido a el dolor de un corazón roto porque tu amigo/vecino no te ama pero, de cierta forma, lo apliqué para mi vida.

En el dolor encontré mi verdadera fuerza de voluntad.  

Aun si me ha dolido, no ha sido suficiente para que quiera rendirme, en realidad ahora quiero esforzarme como nunca.

—Erick —hablo—. Tú que me comprendes en mi dolor, ya sabes, querer a alguien por mucho tiempo… um, ¿Crees que ella también siente algo por ti?

Erick se queda unos segundos en silencio. —Pienso que tal vez sí, pero en realidad creo que aún no se ha dado cuenta de que yo puedo quererla de una forma, diferente, ¿sabes? Como… yo puedo tratarla mejor.

Mason sonríe, me parece genial que no le moleste que su mejor amigo quiere a su hermana gemela. —Eso pienso yo, pienso que si Adam viera todo lo que siento por él también estaría enamorado de mí.

— ¿Verdad? —Erick responde—. Pero no es fácil, no es como si decirlo sea sencillo.

Suspiro. —No, no lo es.

Mason aclara su garganta. —Espero que se dé cuenta, Karlie —él ve al frente—. De todo lo que estás haciendo por él, de cuanto te importa, no cualquiera hace eso.

Sonrío, miro mis piernas y sacudo un papel pequeño de mi pantalón. —Gracias.

—Oye Karlie, ¿Entonces siempre te ha gustado él? ¿No has tenido otro novio o algún otro enamoramiento? —pregunta Erick.

Niego y volteo un poco mi rostro a su dirección. —No, siempre ha sido Adam. Para mí no hay nadie más.

Erick suspira. —Lo entiendo.

Cuando llegamos a la casa de Oscar, él ya está en la puerta con un sudadero gris. Levanta la mano cuando Mason se estaciona al frente, bajamos los tres y él abre la puerta de su hogar.

Su casa es muy bonita, con paredes oscuras y sofás que aparentan ser nuevos. Una señora alta y delgada sale del fondo, con una gran sonrisa. — ¡Llegaron! —Camina hacia mí y coloca sus manos sobre mis hombros—. Tú debes ser Karlie, ¡Que lindos ojos!

¿Tengo lindos ojos? —Ah, gracias.

Ella sonríe, su sonrisa es muy bonita, del tipo amable. —Mi hijo me dijo sobre su plan, es tan interesante lo que están haciendo —mira a Erick y a Mason—. ¿También son del club?

—Del club de solteros, sí —responde Mason.

Oscar y yo reímos, Erick rasca su mejilla. —Mejor dicho, el club de música.

Ella asiente. —Bienvenidos chicos.

Oscar señala a los dos —Este es Mason y él es Erick, Mason el novio falso de Karlie.

Oh, asumo que le contó todo a su mamá.

Ella se acerca a Mason. — ¡Me encantan tus pestañas! ¿Por qué los hombres suelen tener pestañas largas? Que injusto —voltea su mirada hacia mí de nuevo—. Pero tu chica, tienes ojos hermosos, ¡Ya quiero maquillarte!

Vaya, ahora resulta que mis ojos son hermosos. —Gracias, yo también estoy emocionada.

Ella me toma de ambas manos y me mueve un poco hacia adelante. —Oscar, dales algo de comer, mientras tanto esta chica y yo vamos a divertirnos.

Pasamos un pasillo y vamos hasta un cuarto del fondo, aquí todo es blanco. Muebles blancos, paredes blancas, un espejo grande con focos blancos. Veo un escritorio con diferentes organizadores y en cada uno de ellos, hay productos de maquillaje.

—Vaya —digo asombrada—. Esto es asombroso.

Ella sonríe. —Gracias Karlie, el maquillaje es mi vida, bueno después de mi hijo, claro.

Acerca una silla blanca reclinable y me pide que me siente. Ella toma un carrito con varios compartimientos y lo acerca. Se detiene frente a mi rostro y me estudia, seguramente está pensando que tonos usar y qué aplicar.

Hannah estaría tan celosa de esto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.