MASON
—Bien, necesito que me digas donde está el baño —Karlie se dirige a Chase—. Tengo como dos litros dentro de mí.
No puedo evitarlo, suelto una carcajada corta mientras algunos se quejan de su forma de expresarse.
Chase se levanta. —Ah, sí, es por aquí —señala al fondo—. Ahí, esa puerta.
—Está bien, ahora regreso —dice antes de caminar por el pasillo.
Yo suelto aire por la nariz mientras veo el lugar donde ella estaba sentada. En ese momento, Jason me empuja el hombro. — ¿Demasiado enamorado?
Junto mis cejas. — ¿Qué?
Arthur bufa. —Por favor, Mason, se te nota en la cara que te gusta Karlie.
Paso mis dedos entre mi cabello. —No me gusta Karlie, bueno, sí me gusta pero como amigos.
Erick me da una mirada, una de esas que solo él y yo entendemos.
Henry se rasca el cuello. —Sí te gusta, actúas diferente con ella.
Suspiro, recostándome en el sofá. —En realidad, actúo así con ella porque es diferente a todos aquí. Es solo… no sé, diferente.
Estamos sentados en la sala de estar de la casa de Chase. Según nos dijo no hay nadie ahora, están en sus trabajos respectivos así que solo trajo estas cajas con ropa para dárselas a Karlie. Como somos diez chicos y Karlie, algunos estamos en el suelo y otros en los dos sofás.
—Me gusta tu casa —le digo a Chase, cambiando de tema.
Él sonríe. —No es mi casa, aun no, supongo que algún día… quizás, no sé —aclara su garganta—, mi punto es, es de mis abuelos.
Guido mira alrededor. —Estoy seguro que a tu abuela le gustan las flores —tiene papel tapiz de flores turquesas muy pequeñas y flores por todas partes.
—A mi abuelo —responde—. Cuando era joven solía ser jardinero, ahora solo las ama porque sí.
—Tu abuelo se llevaría bien con el mío —Nick afirma—. Se la pasa dos horas en su jardín todos los domingos.
Chase asiente, con una gran sonrisa. —Creo que de grande seré así, me gustan las plantas así como a él.
Henry, sentado en el sofá frente a mí, hace una mueca. —Extraño a mi abuelo, murió hace cinco años.
Erick hace un ruido. —Ah, lo siento mucho —dice—. Los abuelos son muy especiales.
Erick es el consentido de sus abuelos pues fue el único bebe por muchos años. Siempre vi como lo abrazaban y le daban postres a pesar que sus padres no apoyaban mucho esa parte. Aun lo tratan de esa forma, solo que ahora tiene que compartirlos con sus hermanos.
Chase sonríe, mostrando dos hoyuelos. —Sin duda, los míos son geniales —suspira—. Mi abuelita siempre me abraza, la quiero mucho.
Bobby lo mira. —Se nota que la quieres.
Arthur mira hacia una fotografía al fondo, hay un bebé ahí. — ¿Ese eres tú?
Chase asiente dos veces. —Sí, ¿no era lindo?
Jason le guiña un ojo. —Hermoso.
Todos ríen, yo también.
Erick, sentado a mi lado, sube sus rodillas y recuesta sus brazos sobre ellas. —Entonces, ¿realmente iremos a la fiesta?
Arthur se recuesta el respaldo del sofá. —Supongo.
Guido toma una prenda de las cajas, es una bufanda. —Me agrada Karlie y creo que sería mejor si estamos ahí con ella, Adam parece un verdadero idiota.
Arthur resopla. — ¿Parece? Es un idiota.
Bobby niega, ajustando sus gafas. —Karlie está muy ilusionada con esto, espero funcione.
Nick se levanta y sonríe. —Si no funciona, creo que me gustaría invitarla a salir, es linda, ¿no?
Me muevo incomodo sobre mi asiento y bajo la mirada. Erick me da un codazo y eso en nuestro lenguaje de mejores amigos significa: finge mejor, Mason, se nota que te afectó eso.
Nick vuelve a sentarse, pero esta vez, siento sus ojos sobre mí. —Sabía que te gustaba.
Levanto los ojos. — ¿Qué?
Nick se encoje de hombros. —Vamos, no te gustó lo que dije, ¿no?
Chase hace una mueca. —Mason, si te gusta Karlie, ¿Por qué no se lo dices?
Ruedo los ojos. —No sé de qué hablan.
—En ese caso —Jason mira a Erick, con una sonrisa—. ¿Le gusta Karlie o no? Me he dado cuenta que tú eres malo mintiendo.
—Basta —digo, evitando que Erick hable de más—. El único que tiene mi corazón es Erick, ¿bien? Quiero que se alejen de él.
Todos se quejan, saben que estoy evitando hablar con la verdad. No tengo opción, estamos aquí para ayudar a Karlie y ella ha dejado bien claro que el único que le interesa es Adam. No puedo forzarla de ninguna manera a que yo le guste.
—Regresé —Karlie abanica su rostro—. Tu baño huele bien, como a flores.
Chase asiente, dándome una mirada. —Oye Karlie ¿Tienes cita para la fiesta?
Camina hasta el sofá y se sienta a mi lado esta vez. Cuando nuestros brazos se tocan, mi corazón pega un salto pero me muevo hacia Erick para evitar que suceda de nuevo.
—Um, bueno… no —responde, levantando y bajando los hombros.
—Mason, invítala —Jason me señala—. Vamos, ¿Acaso no eres su novio falso?
Suspiro, ellos se toman en serio lo de jugar a ser cupido. —Karlie, ¿Quieres ir a la fiesta? —pregunto sin verla, enfocado en el papel tapiz.
Karlie suelta una risita. —Por supuesto, siempre es un honor ser tu novia falsa.
Arthur murmura: — ¿Y si dejan de fingir?
Junto mis manos. —Bueno, ¿No deberíamos seguir con esto?
Karlie bosteza cubriéndose el rostro con las manos. —Esto es más complicado de lo que pensé.
—Tienes que esforzarte —Nick afirma—. Si es que quieres conquistar al idiota de Brien.
Ella se queja. —Ya no le digan así, él no es un idiota —se levanta de nuevo, asomándose a una caja—. Además si comenzamos a salir ya no será agradable que lo llamen de esa forma.
Trago saliva mirando su rostro. No estoy en contra que se vista como quiera o que haga todas estas cosas si eso es lo que desea pero, ¿Es Adam su único motivo? Mientras que Karlie está caminando 99 pasos por él, Adam, ¿Cuántos ha dado por ella?