El Chico Menos Probable

La chica del club está escondiéndose de él.

 

—Hola Adam —saludo cuando él está cortando el pasto.

Los sábados tiene que hacerlo, es parte de sus deberes de la casa. Brad se encarga de limpiar el polvo, aspirar y ordenar mientras que Trevor ayuda a su mamá con lavar la ropa y guardarla.

Adam me mira y sonríe. —Karlie —levanta la mano—. ¿Cómo estás?

Hoy no llevo maquillaje, me hice mis trenzas y tengo mi ropa usual. —Bien, ¿Listo para el juego?

Adam se sube las mangas de su camiseta por el calor, normalmente una acción así me sonrojaría pero esta vez tengo algo en mi cabeza, vine a hablarle por una razón y no me siento tan feliz como siempre.

—Claro, ¿Iras, no? ¿Aun iras, verdad? —pregunta un poco preocupado.

¿Acaso importa si voy? Es cierto que estos días no hemos hablado mucho porque yo no lo he buscado pero, ¿acaso él se ha acercado? Digo, vivimos al lado del otro, ¿tan difícil es buscarme?

A menos que no quiera hacerlo.

—Sí, ahí estaré. —Contesto observando un par de hojas que el viento mueve hasta la orilla de la calle.

Adam sonríe ampliamente, eso golpea mi corazón, ¿Por qué tiene que ser tan lindo?

¿Por qué me mintió?

¿Por qué lo quiero pero me lastima?

¿Por qué lo sigo queriendo?

—Oye, tengo una duda —río un poco para relajarme, aunque no funciona—. He estado pensando en unas cosas.

Asiente, recostándose sobre la podadora. —Dime.

Rasco mi cabeza. —Eh, la chica de la playa —aclaro mi garganta y bajo la mirada al césped—. ¿Cómo se llamaba? ¿Mara?

Adam se toma varios segundos para responderme. —Maya.

Asiento con una sonrisa falsa. —Sí, Maya —rasco mi hombro cuando siento un mosquito cerca—. Eh, me gustaba su cabello.

Adam no dice nada.

Tomo una larga respiración —Um, ¿Ya no hablas con ella?

Adam toca el cuello de su camiseta. —No, ya no —entorna sus ojos hacia mí—. ¿Por qué preguntas?

Me encojo de hombros. —Nada, solo pensaba en ella —lamo mis labios sintiendo el sabor a vergüenza—. Recuerdo que te gustaba, ¿no? ¿Fue solo algo de verano? ¿No has hablado con ella después de las vacaciones?

Hace una mueca. —Supongo, esas cosas no duran —expresa—. Es normal tener un romance de verano, ¿no?

Romance de verano, jamás he tenido uno de ellos.

—Entonces, ¿Todo acabó? —Lo miro a los ojos con mi corazón acelerándose—. ¿No querías continuar con ella más tiempo?

Adam niega, sonriendo. —No era tan importante.

¿No era tan importante? Me dejó una vez más plantada por alguien que según él, no era tan importante. —Y, eh, ¿Te despediste de ella? La última noche estabas enfermo y luego ya no saliste de la casa, ¿pudiste decirle adiós?

Adam me mira por varios segundos, creo que se ha dado cuenta que lo sé. —Yo, sí…, me dolía el estómago por un rato —se acerca a mí—. ¿Por qué preguntas eso, Karlie?

Aprieto mis puños. —Porque teníamos planes, ¿no?

No puedo creer que lo dije.

Adam sigue viéndome a los ojos y muerde su labio —Yo, eh… —rasca su ceja derecha—, si lo siento, me sentía mal.

No voy a llorar frente a él.

—Claro, no, está bien —quiero llorar—. Solo estaba recordando eso.

Adam estira su mano y la coloca sobre mi hombro. — ¿Quieres decirme algo más, Karlie?

Tengo que alejarme, necesito llorar ahora mismo y no puedo hacerlo frente al chico que pensaba conocer. —No, solo…

— ¡Karlie! —La señora Brien sale de su casa y camina a donde estamos nosotros—. Hola cariño, ¿Por qué están bajo el sol? Ven, entra a la casa —mira a su hijo—. ¿Ya terminaste, Adam?

Adam niega. —Aun no, me falta un poco.

Ella me toma de la mano. — ¿Quieres tomar un poco de limonada? ¿Puedes creer que aún hay calor? Bueno, hoy hay calor porque esta ciudad tiene un clima de locos.

—Señora Brien —me detengo y retiro mi mano—. Lo siento, tengo una tarea que terminar.

Ella asiente con una sonrisa comprensiva. —Claro cariño, tu siempre siendo tan responsable —no lo soy realmente, solo necesito escapar de aquí, de cada mentira que Adam me ha dicho—. ¿Te veo más tarde? Desde las vacaciones no te he visto mucho.

Aprieto mis puños con muchas más fuerza. —Claro, nos vemos después.

Regreso a mi casa despidiéndome de ella y de Adam sacudiendo la mano y con la mejor sonrisa falsa de la historia. Cuando entro me desplomo después de cerrar la puerta de la entrada. Me dejo caer al suelo y lloro con sollozos y mocos. Me siento tan estúpida.

Adam no me ve ni siquiera como su mejor amiga, me ve como la chica que es su repuesto. La que siempre está disponible para él, a la que le puede mentir.

Siempre pongo a Adam primero, siempre era yo quien esperaba por él y él solo me ha mentido, me ha dejado esperándolo en el frío de la noche, me ha robado el sueño y todas mis oraciones han llevado su nombre.

Esto está tan mal.

¿Pero por qué, si sé todo eso, sigo sintiendo que lo amo?

No puedo dejar de quererlo, no puedo arrancármelo del corazón. Sé que no es tan bueno como creía, sé que me miente y que no me querrá de la misma forma en que yo lo he querido pero aquí estoy, deseando con lo último que me queda, que todo cambie.

Si Adam tocara a mi puerta, le perdonaría todo.

No puedo dejar de quererlo.

¿Cómo olvidas a alguien que has amado por años?

¿Cómo le haces comprender a tu corazón que esa persona jamás te querrá de la manera en que tú lo haces?

 

Me fui al restaurante para no encontrarme con Adam otra vez. Estoy muy enojada y muy triste, a veces más triste que enojada, a veces es al revés.

Mis padres y Allie están trabajando, Hannah está con Brad como siempre a pesar que Brad debería estar en su casa pero recientemente entró a un periodo de rebeldía.

De todas formas estoy aquí ayudando a Luke con las órdenes. Él no confía en mí para entregar la comida pero si en apuntar lo que los clientes quieren, y al menos esto me distraerá un poco.




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