MASON
Gracias a que uno de mis lapiceros decidió sacar más tinta de la necesaria, tenía los dedos manchados de azul.
Me dirigí al baño para lavarme las manos y justo cuando entro, veo que Bobby y Arthur están frente a los lavabos, secándose las manos con toallas de papel.
—Hola —digo, levantando mi mano.
Arthur sonríe de lado. — ¿Qué rayos te pasó?
—Estoy sangrando —contesto viendo mis dedos—. Soy de la realeza, estás cosas pasan.
Arthur hace un ruido, quejándose, mientras que Bobby suelta una risa corta. —Que mal chiste —afirma Arthur.
Me encojo de hombros y camino hacia el primer lavabo, aplico tres veces jabón y dejo que el agua corra para hacer mucha espuma. Mientras yo me ocupo de retirar la tinta, Arthur y Bobby se dan miradas y me señalan con su cabeza.
Los miro a través del espejo. —Sí quieren un autógrafo, solo pídanlo.
Arthur suspira. —No es eso.
Bobby se recuesta en la pared y la secadora de manos se enciende por el sensor, se mueve hacia adelante. —Um, eso solo que, ¿tú sabes lo del beso, no?
Cierro la llave y me aseguro que me haya limpiado bien. — ¿Qué beso?
Bobby saca una toalla de papel y me la entrega. —El de Karlie, digo, ustedes son amigos ahora, ¿no?
Me seco las manos y dejo a bolita en el cesto de basura. — ¿De qué hablas?
¿Beso? ¿Piensan que besé a Karlie?
Arthur se sube a la encimera para sentarse. — ¿Entonces no lo sabes?
Junto mis cejas. —Si es una de sus bromas sobre Karlie y yo…
Bobby levanta las manos y niega. —No es de ti —ajusta sus gafas—. Es sobre como… um, bueno, parece que Adam finalmente la besó.
—O algo así —Arthur afirma—. Eso me dijo.
Hice mi mejor esfuerzo para no mostrar ninguna expresión en mi rostro pero por dentro, sentía que el corazón se me estrujaba. Sabía que esto era una posibilidad, que Karlie finalmente terminara con Adam y pensé que estaría bien.
Pero no lo estoy.
Trago saliva. —Ah, eso es bueno —digo—, después de todo es lo que ella quería, ¿no?
Bobby suspira. —Sí, supongo pero, ¿Qué hay de ti?
Muerdo mi labio inferior por un segundo. — ¿Qué hay de mí?
Arthur exhala ruidosamente. —Vamos, Mason. Te gusta Karlie, ¿no? Solo admítelo.
Sonrío, y me obligo a lucir relajado. —No me gusta Karlie de esa forma, es solo una amiga.
Bobby niega, cruzándose de brazos. —No diremos nada.
—Te podemos ayudar —Arthur me señala—. Mira, no es por nada pero Adam no me agrada en absoluto y Karlie sí, así que preferiría que se quedara contigo.
Junto el entrecejo. — ¿Por qué? —Bajo la voz, temiendo que alguien escuche esta conversación—. Karlie quiere a Adam, yo estoy bien con eso y ustedes también —digo, pasando una mano por mi cabello—. Creo que están entrometiéndose un poco en su vida personal, déjenlo así.
Bobby se recuesta en la encimera y entorna los ojos. — ¿Por qué no admites que te gusta? Es evidente, no eres bueno ocultándolo.
Ruedo los ojos. —Mejor me voy, olviden esa idea.
Arthur se baja. —Escucha Mason, el idiota está a nada de quitarte a Karlie, ¿quieres que eso suceda?
Mi estómago reacciona, es como un golpe invisible. —No importa lo que yo quiera.
—Karlie podría quererte a ti —Bobby afirma—. Mi mamá dice que tenemos que arriesgarnos, tenemos que confesar lo que sentimos y si nos rechazan, está bien. Pero lo hicimos, ya tenemos nuestra respuesta.
—Exacto —Arthur asiente—. ¿Realmente piensas que alguien como Karlie debe estar con el idiota de Brien?
Inclino mi cabeza. — ¿Por qué no te agrada Adam? —aparte de lo que sabemos por parte de Karlie.
Se encoje de hombros. —Porque es un idiota —suelta—. Y porque sabe quién es, sabe que es popular y atractivo y no pierde la oportunidad de salir con una chica hasta que encuentra a la siguiente que le gusta.
—Es cierto —Bobby hace una mueca—, Adriana Jones era mi amiga, el año pasado salió con Adam pero lo vio besarse con otra chica en el estacionamiento. Él solo le dijo que era mejor si se tomaban un tiempo.
—Karlie me ha dado razones para caerme bien —Arthur admite—. Él no.
Esto es difícil para mí. Sé que sin duda Karlie merece a alguien mejor que Adam, que no me gusta la idea de cómo en el futuro él puede romperle el corazón y que todo el concepto de ella cambiando para obtenerlo es algo de lo cual yo no estoy de acuerdo, pero, Karlie es libre.
Ella puede hacer lo que quiera, ella no va a sentir nada por mí si el único obteniendo su atención es Brien. No puedo hacer nada.
—Entonces —Bobby me mira a los ojos—, ¿Te gusta Karlie, Mason?
No sé cómo todos estos chicos que hace unas semas eran desconocidos llegaron a conocerme lo suficiente para ver detrás de lo que muestro. —Bueno, ¿A quién no?
—A mí no me gusta —Arthur afirma—. Digo, sí, es agradable pero no me gusta como para querer besarla, por alguna razón la veo como algo pequeño y frágil pero agresivo.
— ¿Cómo un chihuahua? —Bobby lo mira.
—Oigan —señalo con el dedo índice—. No comparen a Karlie con chihuahuas.
Arthur ríe. —No lo hago, solo digo que no es para mí —me empuja el hombro—. Pero sí encaja bien contigo.
—Ah, sí —Bobby sonríe—. Ambos se entienden y sé que si tú abres tu corazón con ella, comenzará a pensar en ti.
— ¿Son expertos en el amor? —Guardo mis manos en los bolsillos de mi pantalón—. ¿Me están dando una consulta? Espero sea gratis.
Arthur resopla. —Mira Mason, nuestro punto es, si tu tomas valor y le dices lo que sientes a Karlie sabemos que ella pensará en ti.
Trago saliva. —No quiero hacer eso —no quiero confundirla, mucho menos que se aleje de mí.
Bobby abrió la boca pero se detiene cuando alguien empuja la puerta, es Chase. Él nos mira y sonríe ampliamente. —Vaya, ¿Ahora aquí nos reunimos?