El Chico Menos Probable

Aquí voy de nuevo

 

Brenda es la única, además de Mel y Rossy, que sabe todo sobre lo que pasó con Adam en mi habitación esa noche. Se lo dije el miércoles cuando ella estaba libre durante la tarde y ordenó tacos para todos. Mientras los chicos comían yo me senté con ella y charlamos por varios minutos.

—Esta vez te haré algo impresionante —sonríe mientras estudia mi cara—. Ya que tienes lentes de contacto y no estarás en la escuela para que te regañen, te verás asombrosa.

—Tiene que verse bien, mamá —Oscar se coloca a su lado—. Tiene que dar su primer beso hoy.

—Es ahora o nunca —expresa Chase sentado con Erick y Mason.

Brenda sonríe. —Ese chico debe estar loco si no se enamora de ti hoy, te verás como una princesa —señala a los chicos—. Sino escoge cualquiera de ellos, todos son unos chicos muy guapos.

Yo me río y volteo a ver a Erick. —Um, Erick está ocupado.

Erick se sonroja. —Ah, sí, supongo que sí, lo siento Karlie.

Hace un puchero y niego. —Está bien Erick, ya me has roto el corazón antes, puedo con un poco más de tu rechazo.

Él sí comprende esta broma porque suelta una carcajada y me mira divertido.

Chase toma una palomita de maíz del tazón que la mamá de Oscar colocó hace unos minutos. —Yo estoy disponible, Karlie, llámame cuando necesites un hombre de verdad.

Oscar rueda los ojos. —Chase te ves tan desesperado cuando dices esas cosas.

Arrugo la nariz. —Chase, agradezco tu propuesta pero voy a pasar por ahora.

Se encoje de hombros y sigue comiendo.

—Mi hijo también está disponible —bromea Brenda—. Es algo terco pero es buen chico, te lo recomiendo.

Oscar suspira. —No gracias, por mucho que Karlie sea genial, me gustan las chicas menos agresivas.

Levanto mi puño fingiendo que voy a golpearlo y él sonríe. —No soy agresiva, soy un ángel.

Miro a Mason pero él está entretenido con su teléfono y no parece importarle mucho toda esta conversación.

—Bien —Brenda toma mi mano—. Nos vemos en unos treinta minutos chicos, ¿irán más de ustedes?

Erick asiente. —Bobby, Nick y Henry estarán allá, Arthur dijo que pasará a ver cómo va todo por aquí en un rato —afirma—. No estoy seguro el plan de Jason y Guido.

Oscar bufa. —A Arthur le gusta Karlie, por eso está celoso.

— ¿Verdad? —Chase ríe—. Se nota.

—No le gusto a Arthur —les digo, rodando los ojos—. En realidad, es posible que sí, que yo les guste a los diez y ahora pelearán por mi amor.

Vuelvo a ver hacia Mason, él no me escuchó.

—Yo no —me recuerda Erick—. Ya tengo alguien en mi corazón.

Chase dobla el cuello hacia atrás y mira al techo. —Necesito conseguirme una pareja, no me gusta la soltería.

Oscar hace una mueca y le golpea el hombro. —Tranquilo, esta noche te conseguiremos una novia o novio, lo que prefieras.

—Gracias —dice sonriendo, se regresa al sofá y se deja caer al lado de Erick—. Ve a ponerte linda, Karlie. Aquí te esperamos.

Les doy una mirada antes de empezar con mi transformación. Todos ellos se ven bien, se han vestido con ese tipo de atuendos que solo usas para momentos importantes. Camisas que parecen nuevas, colores que contrastan muy bien con el color de piel de cada uno y en el ambiente se siente sus fragancias.

—Ahora vengo —digo, antes de darle una mirada a Brenda y ella me toma de la mano.

Vamos con Brenda a su estudio y ya tiene todo preparado para mí, con varias brochas alineadas y los productos colocados sobre el escritorio. —Bien Karlie, hora de la magia.

—Gracias Brenda —sonrío—. Estoy nerviosa.

Ella acaricia mi cabello. —Cariño, es normal que te sientas así. Verás que todo saldrá de maravilla, tienes que contarme como te fue.

—Claro —me acomodo en la silla.

Ella comienza a aplicarme algo transparente en el rostro. —Es lindo que esos chicos te ayuden —asegura, mientras mueve sus dedos por mi cara—. Oscar dice que se divierte mucho en el club y que se lleva bien con todos, estoy feliz por él.

—Es divertido, el profesor Rilley es genial, no es para nada enojado y sabe mucho de música —le cuento.

Brenda coloca unas pinzas en mi cabello para retirarlo y que pueda trabajar sin problemas en mi cara. —Oscar ha tenido un par de amigos pero siempre noté que le tomaba un poco de trabajo encontrar su grupo, ahora me habla todo el tiempo de sus nuevos amigos.

No sonrío pero eso me hace feliz por Oscar, sé lo genial que se siente tener a muchas personas a tu lado y que puedas llamar tus amigos.

Ella sigue con otro producto. — ¿Sabes algo? Me alegra que ustedes tengan un lugar donde expresarse, como ese chico Chase, lo necesitaba.

Iba a fruncir el ceño pero no quiero arruinar nada de lo que está haciendo. — ¿Chase? ¿Por qué?

—Sí, ya sabes —dice tomando un frasco negro—. Después de perder a sus padres, seguro le ha sido difícil vivir su vida normal.

Un momento, ¿Chase perdió a sus papas? — ¿Murieron?

Ella me mira con las cejas juntas. — ¿No sabias? —asiente—. Sí, Chase y Oscar se conocen desde unos cinco años, no eran tan cercanos pero yo conocía a su familia —me explica—. Su mamá era veterinaria y ahí la conocí porque teníamos un gatito.

— ¿Qué les pasó? —pregunto.

Suspira. —Un accidente horrible, ellos estaban de viaje en otra ciudad y un camión les quitó la vida.

Pero Chase… es tan alegre.

—La ropa… es de su hermana, pensé que  él tenía una familia.

Asiente mientras comienza a aplicar un polvo debajo de mis ojos —Tiene a su hermana mayor y a sus abuelos, vive con ellos —golpea la brocha contra su mano—. Bueno, ahora su hermana se fue a la universidad.

Suspiro. —No sabía eso.

Se encoje de hombros. —No debe ser algo que le guste contar.

Pensamos que conocemos a las personas desde que comenzamos a compartir tiempo con ellas, creemos que porque sonríen de una forma o bromean todo el tiempo son personas sin preocupaciones y felices. Pero hay más, siempre hay más detrás de lo que vemos.




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