El Chico Menos Probable

Falsamente hablando

De vuelta a clases.

Durante la hora de almuerzo estuvimos nosotras tres, Mason y Erick. Fue bueno regresar a la rutina, ellos estuvieron hablando sobre asuntos relacionados con la escuela, no tocaron el tema de la fiesta.

Mason se esforzó mucho más para hacerme sonreír con sus comentarios y lo logró mientras que Erick, Rossy y Mel nos miraban raro.

No volteé a ver a Adam ni por un segundo. No me interesaba si estaba besando a Raquelle, si me estaba viendo o si me estaba ignorando. Cualquiera de esas situaciones sería igualmente dolorosa.

Cuando terminamos de comer, salimos al pasillo para ir todos a nuestras clases, yo me moví para tirar un envoltorio vacío en el basurero.

Los chicos ya iban un adelante así que iba a caminar para alcanzarlos sin embargo, alguien me toma de la cintura por detrás. Siento un rostro sobre mi hombro y aunque intento quitar estas manos grandes, me están apretando con fuerza.

— Me gustas más cuando puedo verte las piernas —dice ese chico.

—Déjame —me sacudo para que me suelte.

Veo que mis amigos voltean, Mason se acerca rápidamente. — ¿Qué haces? —Mason se mueve a mi lado y empuja con fuerza al chico que descubro, es Hoover—. ¡No la toques!

Hoover lo empuja de los hombros. — ¿Quién eres? Déjame estar con mi chica.

Ay, no.

¿Qué hice?

Estoy consciente que después de lo que pasó con Adam entré en un momento de locura o algo así, hice muchas cosas de las cuales me arrepiento y sé que jamás actuaría de esa manera en un día normal.

Es solo que, estaba muy enojada y mi corazón me dolía muchísimo. Tenía tristeza y furia acumulada, cuando se tiene un corazón roto y se mezcla con enojo, los resultados son terribles.

Como bailar con un tonto que no te agrada en absoluto.

—No la llames así —Mason se acerca a Hoover y lo empuja también.

Hoover tensa la mandíbula. —Tú no sabes lo que ella quiere —me da una mirada de abajo hacia arriba—, ella quiere estar cerca de mí, no sabes lo que pasó en la fiesta.

Nada pasó en la fiesta, solo bailamos un rato.

Las personas alrededor solo siguen su camino sin entrometerse.

Erick se acerca corriendo con Mason e intenta apartarlo pero Mason presiona su brazo en el cuello de Hoover y lo señala — ¡No vuelvas a tocarla! ¿Quién rayos te crees para tratar a alguien así? ¡Personas como tú me dan asco!

Erick tira de su brazo y lo aparta de Hoover. —Amigo no, no te metas en problemas de nuevo.

Mason lo ignora y me voltea a ver, se acerca y me toma de los hombros. — ¿Estas bien? ¿Te hizo algo?

Los ojos de Mason se mueven a través de mi rostro, con desesperación. —Estoy bien.

Hoover da unos pasos hacia adelante y me mira — ¿Ahora estas con él? Que rápida eres, pensé que eras virgen.

¿Qué? ¿Qué rayos le pasa a él? Puede que esté enojada con Adam pero tenía razón cada vez que me decía lo idiota que puede ser cuando se trata de respetar a las chicas.

Mason me suelta, en tres pasos largos se acerca a él y lo empuja contra los casilleros provocando un ruido muy fuerte.

Varias personas se han quedado quietas observando la escena, Mel y Rossy se colocan rápidamente a mi lado y me toman de los brazos.

—Ten cuidado con lo que dices —Mason aprieta la mandíbula—. Ten mucho cuidado, eso no es asunto tuyo.

Hoover intenta moverse pero Mason lo retiene. — ¿Entonces no lo es?

Mason aprieta la mandíbula. —Lo que hagan las chicas no es tu problema, idiota —pronuncia con dureza.

Melanie y Rossy comienzan a llamar a Mason para que deje a Hoover antes que suceda algo malo y él termine metiéndose en problemas.

Erick vuelve a acercarse a Mason. —Vamos, amigo, te pueden castigar por su culpa —Erick lo retira de él tirando de su brazo—. Por favor.

Mason cede y lo deja ir. Hoover se aparta enojado y soltando algunas groserías.

Rossy me pregunta si estoy bien y le digo que sí, solo siento mucha vergüenza. Es mi culpa, no debí actuar como tonta ese viernes.

Melanie se coloca frente a mí. — ¿Qué pasó, Karlie? Perdona por no estar contigo, pensé que nos seguías, yo… —se detiene, Melanie abre los ojos detrás de mí y sé quién está ahí.

Es Adam.

Mason también lo mira antes que yo, se aparta de Erick y camina hacia donde yo estoy.

Toma mi mano y me lleva lejos de él.

Escucho que alguien me llama, estoy segura que es la voz de Adam pero Mason no se detiene, sigue caminando tirando de mi mano hasta que llegamos a las escaleras y me suelta.

Yo me siento en una de ellas. —Es mi culpa —cierro los ojos—. Soy una tonta, lo siento tanto Mason. No debiste intervenir, ahora él será grosero contigo, lo siento.

Mason se sienta a mi lado. —No —acaricia mi espalda—. No lo eres, Karlie.

Ya le había dicho lo de Hoover, todo lo que ocurrió en la fiesta. Sabe que él se comportó de esa manera por la forma en que actué esa noche.

Paso la mano por mi cabello. —Ni siquiera sé porque hice eso, fui una tonta, solo me acerqué impulsivamente.

—Estabas enojada —señala—. Es comprensible, cuando estamos enojados hacemos muchas cosas sin pensarlas —se levanta la manga de la camisa y me enseña su hombro, tiene una cicatriz larga de unos diez centímetros—. Mira esto, prueba de lo que hace el enojo.

Abro mis ojos —Vaya, ¿Qué pasó? —la miro detenidamente, debió doler mucho.

—Digamos que tuve una pelea y fui lanzado a un cable metálico que cortó todo eso, tuvieron que ponerme puntos —me explica y se baja la manga.

—Entonces, ¿Te gusta pelear? —pregunto recordando la fuerza que tuvo cuando lanzó a Hoover a los casilleros.

Mason resopla. —No, pero lo hago si lastiman a alguien que me importa.

Lo miro con las cejas levantadas. — ¿Te importo lo suficiente como para meterte en problemas con un jugador de futbol americano?

Mason estira sus piernas. —Me importas lo suficiente como para pelear contra todo un equipo de jugadores pretenciosos —sonríe de lado—. Puede que pierda, pero lo intentaré.




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