El Chico Menos Probable

Tan, tan, tan, cerca.

 

—Hay una fiesta —le digo a Mason—. Siempre hacen una fiesta para Halloween.

Mason suspira. —Odio las fiestas.

Yo río recordando lo mal que me fue en la última. —También yo.

Ahora estamos acostados sobre el escenario. El teléfono de Mason sigue con la linterna hacia arriba y el silencio nos rodea. Él está a mi lado y yo estoy cerca de él, pero no tanto aunque nuestros meñiques se han tocado un par de veces.

— ¿Quién es tu miembro favorito de One Direction? —le pregunto girando mi rostro para verlo.

Él voltea también. — ¿Aun piensas en eso?

Asiento levemente. —Claro, dímelo ahora o morirás.

Cierra los ojos cuando ríe. —Bien, es Niall Horan, me gusta su estilo.

—Interesante —contesto, también recuerdo algo más que no me ha dicho—. ¿Qué pasó esa vez que viste un ladrón? ¿En la casa del frente?

— ¿No olvidaste eso? —Sonríe de lado—. Pues le grité y se distrajo, algunas personas voltearon y llamaron a la policía.

—El héroe del día —bromeo imaginándome a Mason de niño salvando el día y saliendo en todas las noticias—. Que bien.

Mason toca mi meñique por un segundo, esta vez sí fue intencional. —Ahora yo pregunto, ¿Qué es lo más hermoso que has visto?

Sonrío por su pregunta, normalmente las personas preguntan sobre ¿Qué es lo más raro que has visto? O ¿Qué es lo más feo que has visto? Pero nunca sobre lo más hermoso.

—Es una tontería pero, una vez vi un pájaro en la orilla de la playa. Estaba parado, viendo hacia el frente y sentí algo dentro de mí, como si entendí ese día que los animales también pueden apreciar la naturaleza, a veces mejor que nosotros —recuerdo a ese pequeño amiguito con plumas, la manera en que veía el océano me hacía querer saber que estaba pensando.

—Vaya —Mason suelta una pequeña risa—. Eso sí es hermoso, creo que los animales son inteligentes pero no pensaba en que ellos pudieran apreciar su entorno.

— ¿Qué hay de ti? —Pregunto, retirando un mecho de mi cabello de la cara, mis trenzas se están aflojando y el cabello se sale de su lugar—. ¿Qué es lo más hermoso que has visto?

Resopla, esbozando una sonrisa de lado. — ¿Tu qué crees?

Frunzo el ceño, creo que Mason es el tipo de chicos que puede apreciar todo tipo de arte, la naturaleza, la vida moderna o lo antiguo. —No sé, ¿algo de tus pinturas? ¿Un atardecer?

Mason no me responde, me mira a los ojos por varios segundos —Eso no —sigue observándome.

Ah, un momento.

Oh… ahora sí comprendo qué va a responder.

Retiro mi mirada de él y cierro los ojos. —Exacto —susurra.

Muevo mi mano para golpear la suya suavemente, cuando lo hago, él entrelaza nuestros dedos. El corazón palpita más rápido, a pesar que ya me parece imposible pues desde que me abrazó se aceleró.

No sé qué tan bueno sea para mi salud.

— ¿Te puedo preguntar algo más? —Muerdo mi labio—. Um si quieres no respondes, solo es curiosidad.

Mason gira su cuerpo y queda de lado, acomodándose pero aun con nuestros dedos juntos. — ¿Qué cosa?

Miro su hombro. —La cicatriz, ¿Qué pasó? —no puedo verla por su camisa pero, recuerdo como lucía.

Asiente un par de veces. —Bien, es una larga historia —regresa a la posición anterior, pero esta vez está más cerca pues nuestros brazos se tocan completamente y nuestros hombros también—. Confió en ti así que te la diré.

—Está bien —digo, intentando no mover mi rostro pues casi no queda distancia entre nosotros.

Estamos más cerca que nunca.

—Mi hermana Lila salía con un chico. El año pasado, ella era de penúltimo y él era de ultimo año pero no era bueno con ella, siempre intentó controlarla y era posesivo —cuenta, bajando la voz—. Un día ella se escapó de casa para ir a una fiesta y ahí le dieron de tomar algo para dormirla.

Mis ojos se abren, he escuchado ese tipo de historias muchas veces en internet pero nunca con alguien que conozco. — ¿Qué?

Deja salir un suspiro. —Sí, ya sabes, esas pastillas para hacerles cosas a las chicas.

Mi boca se abre y siento un escalofrió recorrer mi cuerpo, no quiero imaginarme lo horrible que fue eso y ahora, estoy nerviosa por lo que sigue de la historia. —Oh, no —susurro.

—Ella estaba perdiendo la conciencia cuando le envió un mensaje a Miranda —explica—. Miranda entró llorando a mi habitación y me asusté, no sabíamos exactamente donde era la fiesta pero salimos a buscarla inmediatamente —hace una pausa—. Sabía el numero de un par de personas y me avisaron de la fiesta, cuando llegamos… ella estaba siendo desvestida por él y no alcanzó a hacerle algo pero, tomó unas fotografías de ella en ropa interior.

Cierro los ojos.

—Fue… duro para Lila, ella no quería estudiar en esa ciudad, en esa escuela y bueno, nos mudamos —exhala—. Ahora está mucho mejor, ya no llora como antes pero antes de irnos, ese último día fui a buscarlo y solo quería matarlo.

Asiento, yo también sentiría eso si le sucediera algo similar a Hannah o incluso a Allie. —Qué horror, fue un alivio que al menos no llegó a lastimarla, ¿Qué pasó con las fotos?

—Bueno, con ayuda de algunos amigos de papá se quitaron las fotos de las redes sociales y yo logré romperle el teléfono en caso las guardara, él logró hacerme una cicatriz pero no me importa —afirma—. Jamás debió tocarla.

—Qué horror —repito—. Lila es tan dulce, no me imagino lo duro que fue para ella. Entonces, ¿Fuiste a golpearlo?

Suspira. —No sé qué iba a hacer, solo quería asegurarme de darle una lección pero cuando lo vi, quería hacerle daño.

Asiento. —Lo imagino, sé que cuidas a tus hermanas y las quieres, yo también me sentiría así.

—Pero el idiota era mucho mejor que yo peleando, aunque logré toma su teléfono y romperlo, él me empujó y me dejó una marca pero… no me importa. Lo haría de nuevo.

Estrecho su mano. —Mira, sé que eso fue muy feo pero estoy segura que Lila está agradecida contigo y con tu familia por cuidarla, muchas personas solo dicen “supéralo” y ya, hiciste lo que pudiste, y gracias a Dios está bien ahora.




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